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La base adecuada.

  • Redacción
  • 2004-10-01 00:00:00

Los portainjertos americanos resisten sin inmutarse los ataques de la filoxera ¿Le apetece una copa de Binova, Börner, Kober, Paulsen, Gravesac o 125 AA? ¿Que no conoce estas variedades? No se preocupe, siendo tan sólo un aficionado a los vinos, esto no constituye verdaderamente una laguna cultural. Pero los vinicultores sí deberían conocer estos vinos. Estamos hablando de la única manera de combatir la aún peligrosa filoxera: el portainjertos. Porque las cepas europeas tradicionales (Vitis vinifera) no son resistentes a esta plaga, que chupa de sus raíces. En los puntos de incisión surge la podredumbre, y la cepa se muere. Por ello se emplea, a modo de rodrigón de raíz, lo que se llama una cepa americana (Vitis species), que es inmune contra este piojo, o no le gusta. Sobre esta base se injerta una cepa europea. El injerto se efectúa generalmente en los viveros. La mayoría de las variedades de portainjertos se cultivan en Francia. Internacionalmente existen algunas docenas; es decir, muchas menos que verdaderas variedades. Ningún país está sujeto a determinados portainjertos; cada vinicultor está autorizado a servirse a su gusto del abanico internacional disponible. La mayoría de los portainjertos son a su vez cruces de cepas americanas como Berlandieri, Riparia o Rupestris. Algunas proceden de un «maridaje» entre variedades americanas y europeas. Así, la 26 G lleva «sangre» de Trollinger, y en la 41 B Mgt participa la Chasselas. Antes no se consideraba relevante la selección del portainjertos. El vinicultor aceptaba lo que le daba el vivero. Pero hoy, para conseguir más tarde uvas óptimas, se atiende mucho a que las características de los portainjertos correspondan a las condiciones del suelo. Porque las raíces son las responsables de absorber agua y nutrientes y, con ello, en última instancia, del crecimiento de la vid. A unos les gusta la tierra seca, a otros húmeda. Algunos prefieren que sea caliza, y otros, la arena, el humus o la gravilla. Son distintas sus reacciones al recubrimiento del suelo con vegetación. El ciclo vegetativo puede variar enormemente. Y naturalmente, también hay que atender a la combinación adecuada entre portainjertos y variedad de cepa. Cada error puede llevar a una reacción negativa de la vid. Así, en el viñedo, el portainjertos es el poder en la sombra.

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