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Cinéfilos y “vinófilos”

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  • Redacción
  • 2017-01-21 19:08:18

Fellini dijo que“un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria. Es nuevo en cada sorbo y, como con las películas, nace y renace en cada degustador”.

Como ya en su día se encargó de recordar Javier Angulo, director de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), el vino como “ese oscuro objeto de deseo”, que diría el irrepetible Luis Buñuel, tiene mucho que ver con el cine, empezando porque ambos “han nacido producto de la oscuridad”.
Junto con actores, actrices, directores, guionistas... el vino es también uno de los grandes protagonistas de la historia del cine y su presencia en las películas ha sido una constante desde el nacimiento del séptimo arte. Se cuentan por centenares los filmes en los que el vino juega un papel en ocasiones testimonial y muchas veces esencial.

Enumerarlas todas resultaría imposible, pero todo el mundo recuerda Entre copas que dirigió en 2004 ese genio del humor satírico que es Alexander Payne. Aquí el vino es un protagonista más de la historia. De hecho, aunque no mucha gente lo sabe, fue el propio Payne quien seleccionó personalmente los vinos que aparecen en esta película que nos enseñó a amar aún más el Pinot Noir y que cuenta la historia de dos amigos que deciden recorrer los viñedos del valle de Santa Ynez en California. Situaciones tragicómicas se suceden en una película de maravilloso final y diálogos tan cuidados como inteligentes que, por sorprendente que parezca, muchas veces fueron improvisados por los actores, como en el caso de la famosa frase de Paul Giamatti: “Si alguien pide Merlot, me voy. ¡No pienso tomar el maldito Merlot!”.

Qué decir de El secreto de Santa Victoria, dirigida en 1969 por Stanley Kramer con Anna Magnani y Anthony Quinn, el alcalde que casi al final de la II Guerra Mundial esconde un millón de botellas del preciado vino de Santa Victoria para que no caiga en manos de los ocupantes alemanes.

O El Beaujolais nuevo ha llegado, rodada en 1978 por Jean-Luc Voulfow, que toma su título de la frase que se grita en la región francesa del mismo nombre cada tercer jueves de noviembre para anunciar las primeras botellas de Beaujolais. O Esta tierra es mía, en la que Henry King dirigió en 1959 a Rock Hudson y Jean Simmons en una historia en los viñedos de California durante los años de la Ley Seca. O tantas y tantas otras como Guerra de vinos, Un buen año, El camino del vino, El año del cometa... e incluso series televisivas como la recordadísima Falcon Crest o la reciente Gran Reserva...

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