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En nombre del amor y el compromiso

  • Redacción
  • 2010-12-01 00:00:00

Paso a paso, el imperio de Alejandro Fernández se ha extendido desde su pueblo natal, Pesquera -al que consiguió situar como hito del mapa vitivinícola nacional- hasta amalgamar lo mejor de las dos Castillas. El catalizador de esa reacción en cadena es su estilo de hacer vinos personales, inconfundibles, pero que respetan la procedencia de cada uno. Como una novia, se ha vestido de blanco. Pero antes montó su casa. En este paraje abandonado de La Mancha, donde muere una herrumbrosa vía férrea, Alejandro desempolvó vigas seculares, encaló de nuevo los muros de tapiar de una magnífica y olvidada bodega, La Exportadora, y poco antes de nacer el nuevo siglo trasladó armas y bagajes, e incluso a su hija Eva, la enóloga, desde la Ribera del Duero hasta la sombra de los molinos de viento de Campo de Criptana. Y así, con uvas de cepas viejas, elegidas a capricho, pagadas con justa generosidad, nació la primera añada de El Vínculo. Su mano derecha, el guía conocedor de la zona y el cancerbero permanente de la bodega, es Pepe Pérez Gustoso, y a él ha corrrespondido una década después del estreno atender a estas recientes novedades. Airén en cuna de roble Como una novia, se ha vestido de blanco. Tras las cepas viejas y retorcidas de Tempranillo local, la Cencibel, han encontrado un mar de blancas Airén donde elegir. Así nació Alejairén que se presentó en sociedad con ocasión del pasado salón Madrid Fusión. El último es de la vendimia 2008 y desde entonces, o sea a lo largo de 24 meses, ha dormido en barricas de roble francés. El envejecimiento de los vinos blancos -y más de la uva Airén- es bastante revolucionario en la zona y el resultado se esperaba con verdadera expectación. Envuelto en botella oscura, para preservarlo de la luz, y vestido con una etiqueta neoimpresionista, diferente a las de El Vínculo aunque siempre con el emblema de los molinos locales, el vino revela, ya simplemente de oído, una densidad que en boca se convierte en untuosa y que regala al paladar una compleja y deliciosa estructura. Sigue la línea de su hermano de cuna, el tinto El Vínculo Paraje La Golosa. Efectivamente, ambos nacen en un terruño que se ha ganado por méritos su nombre, y de un viñedo espléndido que ha cumplido 60 años. El tinto,100% Tempranillo, es de la vendimia 2002, durmió en roble dos años y luego en botella otros tres. Es de color guinda muy cubierto, de aroma potente a fruta concentrada que se refresca con tonos de monte, de menta, balsámicos, de suelos de turba y grafito, y de buen roble que no impone su presencia. En el paladar deja la imagen de una buena estructura, equilibrio y la amable golosineria que anuncia su nombre. El resultado de ambos en la copa confirma la idea de Alejandro, mitad por mitad idealista Quijote y pragmático Sancho, cuando al recorrer La Mancha y acercarse a las cepas sanas soleadas, robustas y ajenas a las heladas que perturban a La Ribera, se convenció de que podrían dar vinos a la altura de los mejores. Historia de una pasión Esa fue la génesis de El Vínculo, aunque el nombre viene de aún más atrás: es el homenaje a la primera bodeguita familiar que sus padres horadaron en Pesquera. Vínculo es también el compromiso que une la empresa familiar de los Fernández con cada una de sus hijas al timón de cada actividad; y también el guiño al amor con el que bautizaron su Alenza, el Ribera del Duero de Condado de Haza, en honor de la pareja del fundador, de Alejandro y Esperanza. Vínculo es, en fin, el lazo entre las cuatro bodegas del Grupo, las dos de Ribera -Pesquera y Condado de Haza- la hermosa finca agropecuaria de Zamora -Dehesa La Granja- y la siempre crecedera y sorprendente de La Mancha. Vínculo, la bodega de Campo de Criptana, ha demostrado ser una revelación, un laboratorio de aspecto insólito, un caserón de sutil tono vainilla asomado a una vía de ferrocarril propia que recuerda la magnificiencia del pasado en la estructura del edificio, la altura, la longitud de las teselas, las vigas maestras que sustentan el maderamen que se restauró y, con el añadido de altas ventanas bien orientadas, preserva la nave de barricas y el botellero en condiciones ideales. El vínculo Avda Juan Carlos I s/n 13610 Campo de Criptana (C. Real) Tel. (+34) 926 56 37 09 elvinculo@elvinculo.com www.grupopesquera.com

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