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Sin Denominación de origen: La calidad como amparo

  • Redacción
  • 2002-09-01 00:00:00

Todos los países de rancia tradición vinícola, desde muy antiguo han procurado proteger a los vinos de falsificación y adulteraciones. Sobre todo a los que se producían en comarcas famosas. Reyes, emperadores y estadistas, dictaron leyes que protegían determinados viñedos de la especulación y el fiasco. Pero actualmente la tendencia europea y de los nuevos países productores (Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica) es que un vino de calidad no precisa destacar su pedigrí.
Los vinos sin el amparo de una DO lo están así por diversas razones: porque la bodega considera que la DO no está lo suficientemente prestigiada, por imperativo geográfico, al no existir cerca ninguna a la que integrarse, o, simplemente, porque el bodeguero desea elaborar sus vinos sin cortapisas. En todos los casos las bodegas disfrutan de libertad para elaborar y experimentar con nuevas plantaciones de viñedos de cualquier variedad, siempre que estén dentro de las normas de salud.
Es la gran oportunidad para los desconocidos. Las diversas dificultades de los vinos sin amparo oficial (sobre todo de las pequeñas bodegas) para abrirse camino en los vericuetos del mercado interior, se alivian en cuanto pasan la frontera. Y cuanta más tierra, o mar, de por medio, mejor. En países lejanos poco entienden de la filosofía de las DO o de minúsculas situaciones geográficas.
En el gran ombligo del mundo vitivinícola que es la Mancha, donde está el 50% del viñedo español y se produce hasta el 40% de su vino, han surgido innumerables bodegas no acogidas a ninguna DO. Y la calidad de los vinos catados es sencillamente espectacular.

La Ribera genera satélites

Hay zonas que gravitan muy cerca del prestigio de la Ribera del Duero. Es el caso de La Ribera del Arlanza, a punto ya de adquirir el estatuto de DO -goza del estatus de Vinos de la Tierra, situación preliminar a la formación de una DO). Se trata de una amplia demarcación, con unas 2.000 hectáreas, comprendidas en los territorios históricos de Lerma, Covarrubias y Santo Domingo de Silos, entre otros. También en la provincia de Segovia, en la cuenca del río Duratón, varios pueblos, como Valtiendas o Sacramenia, poseen un viejo viñedo con mezcla de variedades en las que impera el Tinto del país. Hace años que se hicieron plantaciones modernas, con variedades foráneas: Cabernet, Merlot, Syrah. Se distingue con personalidad propia, pues, a pesar de su cercanía con la Ribera (de Valtiendas a Peñafiel hay unos 10 km.), el suelo es completamente distinto: una gruesa capa de guijarros no deja ver el suelo. Se encuentra al límite climático en donde la mayoría de los años surgen problemas de heladas tardías.
Siguiendo el curso del Duero, detrás del límite de la DO, se hallan las mejores bodegas de los alrededores de la Ribera. Comarca que por sí misma podría constituir una Denominación. Mauro, con viñas en dos municipios lindantes, elabora desde hace años vinos notables. Cerca se ubica Alta Pavina, una bodega con un concepto de “château”, que en su tiempo plantó variedades francesas (Cabernet y Pinot noir). No lejos de las dos, una formidable empresa viene a engrosar la larga lista de bodegas que trabajan sin calificación de la DO. Se trata de la Abadía de Retuerta, todo un derroche de saber hacer, de medios técnicos y viñedo. Propiedad del poderoso grupo Novartis (al que pertenece Sandoz, dedicado a semillas, entre otras cosas), conforma una gran finca de 700 hectáreas de extensión, 205 de las cuales se plantaron con viñedo. Un ambicioso proyecto en el que se han invertido más de 2.000 millones de pesetas. El resultado ha sido soberbio desde la primera cosecha: vinos de calidad que han recibido grandes elogios en Europa y América. Viñedos que parecen tocados por la gracia de la cercana - apenas a 15 km.- Vega Sicilia.

El rizo rizado

Reflexión aparte se merecen los tintos de Rueda (a los que próximamente dedicaremos un especial de Mivino). Esta DO, actualmente a la cabeza de los vinos blancos, no admite en sus estatutos los vinos rosados y tintos. Pero las empresas se han visto en la necesidad de ampliar la oferta con el fin de acaparar cotas de mercado. Algunas de estas bodegas elaboran desde hace años tintos de buena calidad. Y ya que Rueda, como tal DO, no los puede acoger, se debaten en la duda de si denominarlos Vinos de Medina (actualmente calificados como Vinos de la Tierra con el mismo nombre) o simplemente vinos de Rueda. En el mundo existen pocas situaciones en las que haya distintas denominaciones de origen para blancos y tintos dentro de una misma tierra. Algún ejemplo en Francia (Madiran para los tintos, Pacherenc du Vic-Bilh para los blancos) o alguno en Italia. Pero nada parecido en España.
Cataluña, Baleares y Canarias completan la lista de regiones con alternativas a los vinos de comarcas con DO. Y cada año aparecen nuevos elaboradores en los sitios más inusitados. En Ronda, Gerona, Guadalajara o Teruel, lejos de lo que se considera zonas óptimas para elaborar buen vino, han surgido nuevas bodegas, ante la indiferencia de los lugareños, primero, y la sorpresa, después. Lo que demuestra que en España se pueden elaborar vinos de calidad allí donde alguien con suficiente conocimiento se lo proponga.

Bodegas Mauro nació a finales de los años 80, justo cuando crecían las inquietudes de poseer una DO en la Ribera del Duero. La primera exclusión del municipio tudelano de los límites de la Denominación, y por tanto de la bodega, fue únicamente por razones geográficas. Aunque posteriormente se hicieron varios intentos de integración, nunca se llegó a un acuerdo. A pesar del perjuicio económico que supone la privación de ayudas oficiales a la bodega, no parece importarle demasiado. La seriedad en el trabajo y el progresivo aumento de la calidad colocan sus productos entre los mejores de España. Sus vinos son de un diseño moderno, criados en maderas nuevas o de pocos años, en donde la fruta es el principal componente aromático. Además de elaborar los tipos de vino habituales, la reciente adquisición de una viejísima viña de apenas 3 hectáreas, le ha permitido hacer un vino de terruño de gran calidad.

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