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Primero, el vino primero

  • Redacción
  • 2010-01-01 00:00:00

El Salón de los Vinos de Maceración Carbónica, Primer 2009, presentó en Madrid los vinos primeros, nacidos de la cosecha recién terminada. En páginas interiores, el lector podrá encontrar cumplida reseña del desarrollo del Salón, que unió en torno a estos vinos frescos, fragantes, frutales a casi 10.000 aficionados y profesionales. Los vinos de maceración carbónica, por su condición de avanzadilla, configuran en cierto modo el retrato robot de las características de un año enológico complicado (¿y cuándo no?), un paisaje organoléptico que al primer sorbo describe la huella que la mano del hombre, el clima y sus avatares han ido dejando en la viña. Esa vendimia que marca el final de un ciclo, la última aportación de la tierra antes de retirarse a descansar. La vendimia como premio que ofrece la viña al trabajo minucioso del año, y que a su término merece al menos un día festivo por excelencia. O dos, como ha ocurrido con Primer durante los días 12 y 13 de diciembre. En la página 6 hemos dado la palabra a los protagonistas de Primer, los responsables de la elaboración de los vinos, los padres felices de las nuevas criaturas, para que nos explicaran los trabajos y desvelos desarrollados a lo largo del año hasta conseguir estos vinos espléndidos que todavía necesitan el mimo y cuidado de sus progenitores hasta su madurez en la primavera de 2010. El espíritu de Primer no es otro que la propagación entre los aficionados del conocimiento sobre esos vinos primeros elaborados según la tradición de la maceración carbónica, singular manera de vinificación donde cada uva se convierte en una microbarrica y el mosto encapsulado entre las paredes del hollejo comienza la fermentación arañando color y aromas al envase biológico que atesora cada racimo. El resultado es un vino fresco para tomar fresco, acompañante feliz de la gastronomía mediterránea, alegre, para beber con la alegría con que se celebran las primicias. Primer es, además, un concurso en cuyo final, en la próxima primavera, un grupo de catadores profesionales decidirá, según su criterio formado, cual merecería el máximo honor entre los vinos presentados. Pero antes, el público asistente ya ha decidido en la fiesta de Primer 2009 cuales han sido, por elección democrática, los seis vinos que más han gustado. Este es el mecanismo que nos hemos propuesto perfeccionar para la próxima edición de 2010.

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