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Altos de Torona Albariño

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  • Redacción
  • 2018-07-09 00:00:00

A 350 metros de altitud, en la ladera del monte Galelo , la viña mira al sur, a Portugal, más allá de la plácida curva del Miño y poco antes de su desembocadura en el Atántico. Es una redundancia que el municipio se llame Tomiño, pues no hay más que verlo, y este otero de O Rosal es el mejor punto. La viña ocupa 100 hectáreas, que en el minifundio gallego son una extensión milagrosa, como milagrosa es su orientación hacia el sol, todo el día, para que madure la uva sin obstáculos, y para que a esa altura ya no la cubran las nieblas que genera el río. Pero al estar situada en pendiente, el suelo va variando de uno a otro bancal que se suceden como amplios escalones bien ventilados y que a la vez provocan corrientes de aire tibio. Esos suelos son los que determinaron la elección de la uva plantada: Albariño, Godello, Loureiro, Caíño Blanca y Treixadura en blancas, y Caíño, Sousón y Brancellao en tintas. Esa situación y distribución implican, por necesidad, que la vendimia sea manual y que las variedades se recolecten y se vinifiquen por separado, después de una rigurosa selección que empieza en la propia viña y se refina en la cinta de recepción. La elaboración determinará un amplio catálogo, desde los jóvenes monovarietales de Albariño, Godello o Caíño hasta los Altos de Torona, que fermentan en barrica de roble francés, y el Barrica, que prolonga la crianza con sus lías hasta medio año en busca de atrapar los aromas más delicados y extraer una untuosidad entre la seda y el terciopelo. El abanico de blancos se completa con dos espumosos de Albariño, Brut y Brut Nature, elaborados por el método tradicional de segunda fermentación en botella. Toda una experiencia.
La bodega nació a principios de este siglo, pero presume de seguir la receta de los monjes de Tui del siglo xvi. Ha sido el catalizador para reunir el grupo HGA, en el que se integran vinos y aguardientes de Galicia –Rías Baixas, Ribeiro, Monterrei, Ribeira Sacra– y, fuera de allí, de Rioja y Ribera del Duero, así como licores típicos de la zona y espirituosos internacionales. En estos años, sus vinos han obtenido calificaciones memorables en los concursos nacionales e internacionales, como el galardón de Mejor Albariño del Mundo. He aquí una muestra. A cata y prueba.

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