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G ruesas cepas de Garnacha, suelos de arena suelta, grandes moles de granito, abundantes huellas de caza, pinos, tomillo, encinas y sobre todo aire, purísimo aire que da gusto respirar, aunque te roce el rostro afilado y cortante como un cuchillo. Es el ambiente agreste que se goza en lo alto de los montes de San Martín de Valdeiglesias, en un día de febrero límpido y fresco. Pero no sólo toda esta riqueza cromática y fragante se puede encontrar, también allí se hallan las viñas y bodega Las Moradas, cuya responsable es la enóloga Isabel Galindo. Lleva desde 2003 en este proyecto que comenzó el hombre de negocios llamado Martín Aramburu en 2001 y desde hace unos años ha pasado a la tutela de la familia Nozaleda. Consta la finca de 21 hectáreas, de las cuales 19 están plantadas de viñedo, la mayoría de Garnacha Tinta. Galindo declara que la materia prima que recogen en aquellos parajes es diferente: “Es un paisaje incomparable, con grandes contrastes térmicos entre el día y la noche (influye su altitud, 860 metros) donde las añadas salen tan diferentes que siempre darán vinos claramente marcados por cómo se comporte ese año el tiempo, mucho más que en otros lugares de microclima más estable”. E-mail: igalindo@lasmoradasdesanmartin.es.
La Viña
Las Moradas
El viñedo está dividido en pequeñas parcelas separadas entre sí por monte y pinar. Los suelos son de arena suelta de origen granítico, pobres en materia orgánica y con bastante fondo. Las cepas de Garnacha están plantadas en “marco real”, 1.500 cepas por hectárea, y el curioso Cabernet en vaso que llega a 1.800 cepas. En cualquier caso, el rendimiento no pasa del kilo por cepa.
Las Moradas de San Martín Initio 2005
D.O. Vinos de Madrid.
Variedades: Garnacha, Cabernet Sauvignon y Syrah.
Crianza: 13 meses en barricas de roble francés. Alcohol: 15º.
Precio: 12’5 E.
Aunque en la viña se pone todo el cuidado al vendimiar, los racimos se vuelven a pasar por una mesa de selección. Resulta un vino bravo, que necesita aire hasta ofrecer sus aromas de grosellas ácidas, sus tonos de monte bajo y sus notas minerales. Está bien estructurado y tiene un paso de boca jugoso, con los taninos maduros y suave final.
