Política sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).

Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.

Configuración e información Ver Política de Cookies

Mi Vino

Vinos

CERRAR
  • FORMULARIO DE CONTACTO
  • OPUSWINE, S.L. es el responsable del tratamiento de sus datos con la finalidad de enviarles información comercial. No se cederán datos a terceros salvo obligación legal. Puede ejercer su derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos, así como ampliar información sobre otros derechos y protección de datos aquí.

Rocío Alberdi: No hay ningún mercado imposible

  • Redacción
  • 2007-09-01 00:00:00

Optimista por naturaleza y realista por profesión. Conoce bien tanto los puntos fuertes de la comercialización exterior del vino español como los débiles. Y uno de los puntos débiles es la falta de competitividad. En cuestión de dos décadas la «fisonomía» de la economía española ha cambiado de manera sensible. Cuando en 1986 entramos en la Unión Europea, muchas regiones españolas no llegaban al 75% de la media de la renta per cápita europea, y fueron clasificadas como «Objetivo 1». Desde el año 1992, nuestra renta como país era inferior al 90 por ciento de la media europea y fuimos considerados como país objeto de ayuda del Fondo de Cohesión. Así nos hemos beneficiado de esa doble y enorme corriente de ayudas comunitarias, con más de 118.000 millones de euros. Gracias a este aporte monetario nuestro país ha protagonizado la mayor modernización de su historia. Uno de los sectores donde se han vivido los mayores cambios es el vinícola. Por citar algunos hitos de esta metamorfosis a la europea: La nueva Ley de la Viña y el Vino, la OCM del Vino, la existencia de 68 Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas, 42 Vinos de la Tierra, la aprobación de mención Viñedos de España... y ahora llega la «Estrategia del Vino 2010», un plan ideado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), que pretende convertir a España en líder mundial en el sector. Como aderezo, nuestros vinos escalan posiciones en los mercados anglosajones, en Rusia la subida ha sido espectacular, y el vino español está en boca de afamados críticos mediáticos. Además, según un estudio realizado por la consultora británica International Wines and Spirits Record (IWSR) para la feria Vinexpo de Burdeos, celebrada el pasado mes de junio, el vino español puede convertirse en 2010 en el segundo más exportado del mundo detrás Francia. Conviene reflexionar sobre lo que nos depara el futuro más inmediato en el mercado exterior y determinar los retos a los que se enfrenta el sector. Nadie mejor que la directora de la División de Agroalimentarios del ICEX, Rocío Alberdi, para entender lo que está sucediendo ahí fuera. ¿Cuál es el secreto de nuestro éxito? ¿Estamos produciendo vinos al gusto norteamericano o la calidad española se impone en los mercados más dinámicos? No creo que los vinos españoles se estén haciendo al gusto de un crítico mediático, los artífices del éxito son los bodegueros. Ellos, después de haber realizado fuertes inversiones, rodearse de técnicos muy cualificados e inquietos, de efectuar grandes cambios tecnológicos en la viña y en bodega, han logrado vinos muy interesantes. Saben, además, lo que busca el consumidor: vinos que reflejan un origen, variedades de marcada personalidad, suelos con identidad. Cada vez contamos con más vinos que plasmen la diversidad de nuestro país. ¿Pero el abanico de consumidores es tan diverso como el mundo? Cierto. Existen consumidores que buscan vinos de nivel medio y otros que van más allá, quieren vinos con expresión, y no necesariamente los más caros. Incluso en España se ha producido un redescubrimiento de los varietales. Pero el consumidor, en general, es selectivo y tiene claro lo que busca. Hace 20 años nadie hablaba de las sutilezas y matices de los vinos, ahora sí. Repito, es el bodeguero quien se ha esforzado en ofrecer vinos que se desmarquen de la homogeneización. Si hablamos de mercados ¿en cuáles tenemos más posibilidades y cuáles son los emergentes, los potenciales donde el sector debería incidir? Tenemos seis prioritarios: Reino Unido, Alemania, EE.UU., Suiza, Suecia y Países Bajos, con grandes diferencias. Los anglosajónes, sobre todo EE.UU., consumen vinos de alta calidad, con poca exportación pero un gran reconocimiento y buenos precios. Alemania es un mercado muy de descuento, aunque empieza a valorar el vino español por sus singularidades. Suiza cuenta con una excelente red de distribuidores con buenas carteras de vinos españoles. La tarea del ICEX es fomentar la buena imagen del vino y provocar el interés por él, porque se parte de la premisa de que todos son de calidad. Luego están los mercados secundarios: Canadá, Japón, Rusia y México, muy dispares. Rusia está descubriendo el vino ahora, pero aún sin muchas exigencias, mientras que Japón y Canadá demandan vinos de alto nivel. ¿Hay mercados imposibles? El término imposible no existe para el ICEX. Es verdad que hay mercados difíciles donde se sabe que el consumo va a aumentar, que tiene posibilidades de futuro como China. Podría pensarse que hay un enorme mercado potencial en China... pero los chinos no beben vino. Cuando empiecen a conocerlo, lo comprarán como algo exótico, de lujo. Por eso estamos trabajando ese mercado, al igual que en Vietnam, Tailandia... Interesa ir sembrando (invitar a distribuidores para que conozcan los vinos de España) y que surja una relación con la Oficina Comercial. Sembrar nunca viene mal y quizás donde creíamos que era muy difícil estar consigues abrir un hueco. En las acciones que realiza el ICEX, ¿cómo se compaginan los intereses institucionales con los particulares de cada bodega? En los países que acometimos una estrategia completa se cuenta con los intereses y las decisiones de todos los agentes implicados. En otros, donde las acciones son puntuales, se favorece a las empresas que ya están presentes allí. Pero el ICEX, en sus acciones, siempre se plantea la forma de llegar a todo tipo de bodegas. Para las que nunca han salido fuera o no han ido mucho más allá de su región, hay una actividad que se llama APEX (Aprendiendo a Exportar), que aporta unas líneas de actuación básicas. Si a esta bodega le interesa salir al exterior, cuenta con otra vía que se llama PIPE (Iniciación a la Exportación), donde la empresa ya tiene que aportar sus recursos. El ICEX le proporciona seguimiento, asesoría, ayuda... Y están los programas de búsqueda de distribuidor, la asistencia a ferias en un pabellón oficial... Son 25 años abriendo mercados utilizando todas las herramientas posibles. ¿El mercado virtual, por Internet, es otra vía para la comercialización? ¿Trabaja el ICEX en estos mercados on-line? En los países más desarrollados este tipo de venta es muy importante, la pena es que España está aún en pañales. El ICEX está con otras agencias de promoción exterior europeas en un portal (www. emarketservices.es) que facilita a las empresas la localización y el uso de mercados electrónicos en los negocios internacionales. Es una herramienta crucial. El comercio electrónico te puede facilitar muchas cosas pero primero hay que conocerlo muy bien. ¿Cómo ve la apuesta del MAPA con la iniciativa «Estrategia Vino 2010» de convertir a España en líder mundial en el sector? Está claro que no somos líderes, pero tenemos que serlo. En este proyecto, el MAPA reúne las reflexiones de agricultores, industria auxiliar y vinícola, distribución... de todo el sector, y propone una estrategia con la que se busca el liderazgo del vino español en superficie de viñedos, exportaciones, consumo y valor. Aquí eI ICEX va a aunar esfuerzos, buscar sinergias y una mayor efectividad en la promoción exterior. La idea es dar una imagen común y de unión. ¿No se está «forzando» mucho al sector a acometer cambios decisivos, cuando está viviendo momentos claves con la reforma de la OCM del Vino? Quizás por esto se ha tardado en presentar esta «Estrategia», para saber cómo iba a ser la reforma. En mi opinión la OCM se ha planteado bien porque para la UE era poco admisible mantener el sistema tal como estaba, con la cantidad de recursos financieros que se perdían en puras destilaciones. La reforma atiende a un principio de racionalidad económica. Es imposible tener a todos contentos. Por citar algunos temas polémicos, no admitir la utilización del azúcar va a afectar a Alemania, Austria, Francia... A nosotros no y nos parece muy bien porque es una racionalización. El arranque de viñedos sí nos incumbe porque tenemos la mayor superficie de viñedo. La cuestión es hacerlo bien, un arranque selectivo para aquellas viñas que no son productivas. Son medidas que se deben tomar porque se necesita un ordenamiento, una gestión de los recursos más eficaz. Rocío Alberdi El mundo financiero ha estado muy presente en la vida profesional de Rocío Alberdi desde que se licenció en Ciencias Económicas. Tras ingresar en el Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado en 1986 fue adentrándose en los intríngulis del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo. El destino quiso que en el 2002 aterrizara en Londres como consejera económica y comercial en la Embajada de España en la capital británica. Allí se hizo cargo de la promoción de alimentos y vinos españoles, y esa fue su «perdición». Se involucró de lleno con la cultura del vino, muy arraigada en ese país. Tanto que al concluir su estancia solicitó ingresar en el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), donde de directora adjunta de la División Agroalimentarios pasó a directora absoluta de la División, cargo que ostenta en actualidad. Conoce muy bien el mercado exterior y sabe el esfuerzo que el sector vinícola español ha realizado para borrar esa imagen dañina de exportadores de graneles. Hoy, bajo el paraguas «Vinos de España», marca creada por el ICEX, se encuentra una larga y variada lista de elaboraciones que reflejan la realidad del vino español, incluso vinos excepcionales que compiten con los mejores vinos del mundo cara a cara, sin complejos. Nuestro origen y diversidad son las armas, porque la calidad es un hecho probado.

enoturismo


gente del vino