- Antonio Candelas
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- 2025-10-05 00:00:00
Soy de los que piensan que las creaciones que nacen al mismo tiempo del conocimiento, la intuición y la inspiración tienen un valor incalculable. Este ENATE Merlot-Merlot nació en ese escenario envidiable en medio del incomparable marco del Somontano. Y nació de un impulso valiente, de la convicción de que la Merlot podía hablar alto y claro. Era 1998 y ENATE apenas empezaba a escribir su historia, pero ya había decidido dejar huella. Un monovarietal. Puro. Noble. Orgulloso de su tierra.
No fue un vino más, era una declaración de amor al lugar de origen que empezaba a resonar y a una uva exigente que siempre pide respeto y unas manos que la entiendan. Jesús Artajona, artesano de viña y bodega, y su equipo creyeron en ella cuando nada estaba asegurado. Y lo consiguieron a lo grande: graduándose con señorío en tintos importantes.
El arte siempre ha sido parte del ADN de ENATE. Frederic Amat creó una etiqueta que no solo viste el vino: lo interpreta. Un trazo, un gesto, un mensaje. Con los años, el Merlot-Merlot ha cambiado de botella, ahora borgoña, elegante y sobria. Pero su esencia permanece intacta. Incluso su nombre tiene alma: fue bautizado en bodega, mientras lo diferenciaban del Merlot-Cabernet. Una anécdota que se convirtió en identidad.
Su elaboración refleja ese mismo cuidado: fermentación a 26ºC, maceración de un mes, maloláctica en barricas nuevas de roble francés y una crianza de 15 meses. Nada es casual. Cada decisión busca la máxima expresión y el rigor más auténtico.
Y aquí estoy yo, escribiendo sobre él con el mismo respeto con el que lo descorcho. Porque este vino me atrapó desde el primer día que lo caté allá por el año 2004. Fue el que me enseñó que una botella puede ser carácter, territorio y arte. Hoy, esta cata vertical es mi homenaje personal. No solo a su evolución, sino al sueño que lo hizo nacer. Merlot-Merlot es así. Directo. Honesto. Emoción embotellada. Y es también el motivo por el que sigo creyendo que el vino tiene la capacidad de llenarnos de sentimientos nobles.
ENATE Merlot-Merlot 2012
Merlot. 15% vol. D.O.P. Somontano
Año cálido en niveles adecuados para la maduración de la Merlot, que evita así puntas amargas en el vino. Maravillosa expresión por su finura y complejidad. De una profundidad magnífica con detalles de monte bajo, fruta negra, que es madura, pero que sorprendentemente aún mantiene frescura. Mil y un matices en forma de hojas secas, especias dulces, tabaco, chocolate... En cuanto a textura, es delicioso. Equilibrado en términos de sedosidad, frescura y estructura. Noble, con vida por delante. El posgusto es mineral y es lo que nos tiene completamente asombrados.
ENATE Merlot-Merlot 2017
Merlot. 15% vol. D.O.P. Somontano
Añada marcada por las heladas primaverales, que mermaron la cosecha, y un calor especialmente intenso en junio y agosto, lo que concentró aún más el fruto. Es un vino de sol, de estilo maduro, negro, encriptado, que con el tiempo despliega matices que recuerdan al regaliz o a la ebanistería y con una sensación licorosa muy sugerente. Y, entre medias, una parte especiada y balsámica que refresca el conjunto. En boca tiene más extracto y concentración. Queda un recuerdo a canela y a mermelada de moras. Estilo completamente diferente en el que la añada es la que habla.
ENATE Merlot-Merlot 2019
Merlot. 15% vol. D.O.P. Somontano
Estamos ante un año sin sobresaltos en lo climático. Presenta una línea clásica parecida a los primeros Merlot-Merlot. Muestra una complejidad canónica en nariz con una presencia notable de fruta negra en sazón y una serie de detalles especiados muy interesantes. Apuntes mentolados, con recuerdos tostados bien integrados y de cacao. En boca es amable gracias a la sensación golosa. De gran expresión y un frescura mediterránea que resulta evocadora. Una añada que nos ha convencido por la notable seriedad que ofrece en todos los registros. Intachable.
ENATE Merlot-Merlot 2021
Merlot. 15% vol. D.O.P. Somontano
Año de grandes nevadas cuyo fruto alcanzó una madurez fenólica a unos niveles de perfección poco vistos en el Somontano. Esta añada es la muestra palpable de que estamos ante uno de los monovarietales de Merlot con más entidad de nuestro país. Aquí, la fruta es silvestre y azul, y eso le confiere un extra de viveza. Las flores están adornando el conjunto con un tostado de exquisito gusto, puesto que no avasalla. En boca hay un trabajo de integración y moldeado del tanino de un gran virtuosismo. Será una añada para el recuerdo gracias a que goza de una acidez providencial.



