- Antonio Candelas
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- 2025-10-05 00:00:00
Desde 1775, El Grifo ha sabido escuchar el pulso de la magnética isla de Lanzarote abanderando una viticultura casi imposible, tallada en hoyos de ceniza volcánica (chabocos). Pioneros desde sus revolucionarios inicios, salvaguardan un valioso legado ancestral.
Entre un jardín de fabulosos y retorcidos cactus y un paisaje magnético, casi marciano, emerge la hipnótica figura de un grifo, la criatura mitológica mitad león, mitad águila que custodiaba los tesoros del dios Apolo y los vinos más preciados del mismísimo Dioniso. Al igual que los majestuosos animales quiméricos que inspiraron su nombre, la bodega más antigua de las Islas Canarias –y una de las diez más antiguas de España–, El Grifo, también salvaguarda un valioso legado ancestral de vinos improbables. Nacidos en una tierra inhóspita gracias a la inconmensurable labor de sus viticultores, se nutren de la ceniza volcánica –picón– que ha esculpido la isla a lava y viento.
En los lunares hoyos de La Geria, excavados en esa ceniza y protegidos de los –a veces huracanados– alisios por un escudo de piedras (soco), reside el secreto de una viticultura que va más allá de lo heroico: "Sin esa ceniza, que retiene el agua y nutre a las viñas, no seríamos nada", apunta Elisa Ludeña, enóloga de la bodega. Xavier Kamio, asesor enológico, incide en esa apasionante paradoja que se da en la isla: la fertilidad indómita que brotó de la destrucción. "Esa parte volcánica aporta a los vinos mineralidad, frescor y una identidad única", explican.
La memoria de la lava
El Grifo, que acaba de ser distinguida con el Premio Turismo a la Excelencia Turística del Gobierno de Canarias, celebra 250 años de una vida dedicada a la "viticultura de lo imposible". Esta singular forma de cultivo ha hecho que la propia isla de Lanzarote sea reconocida por la FAO como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM). Y El Grifo encarna como ninguna otra bodega lanzaroteña ese ejemplo de adaptación resiliente y sostenible a un medio extremo.
Desde 1775 han revolucionado la cultura del vino de la isla con un espíritu innovador que los ha convertido en pioneros de lo improbable: fueron los primeros en embotellar en Canarias, han apostado por la viticultura regenerativa para recuperar la vida del suelo y fomentar la biodiversidad, e incluso se han atrevido a cambiar el pulso de la vid con su proyecto de vendimia de invierno.
El atractivo Museo del Vino de El Grifo es el espacio que atesora la memoria de sus ancestros, incluidas piezas tan curiosas como la piedra fundacional, marcada con una oración de protección; o unos históricos toneles de Malvasía de 1881. Como nos explicaba Fermín Otamendi, cuarta generación al frente de la bodega junto a su hermano Juan José, su bisabuelo hizo la primera solera, de la que todavía guardan algunas barricas.
Voces de una tierra fascinante
Al otro lado de la lava, aguardan las historias de las 50 hectáreas de viña de El Grifo y de los 200 viticultores que forman parte de la bodega, quienes se han aprendido de memoria el latir de una tierra indómita. Como Ramón Perera, que cada verano mantiene algunos racimos en la viña tras la vendimia para poder recolectarlos junto a sus nietas. Entre sus viñas ecológicas nace El Grifo Malvasía Volcánica Finca Ramón Tablero de Uga, una de las Experiencias de Vendimia más evocadoras. Otra Experiencia de Vendimia muy original es Majalulo 2021, de Vijariego Negro, tan insolente como el camello adolescente que le da nombre. O su Ancestral ecológico 2024, maravillosamente salvaje.
Dice Elisa que les motiva e inspira la libertad que tienen para crear diferentes interpretaciones del territorio: desde El Grifo Vendimia de Invierno Malvasía Volcánica 2024, el más salino; al Malvasía Lías 2018, que conmemora el 250º aniversario con una etiqueta que inmortaliza la obra Bajo el Volcán, de Ildefonso Aguilar.
El arte del fuego se respira en cada paso de la fascinante experiencia enoturística que ofrece El Grifo: desde su impresionante biblioteca enológica, por donde pasaron José Hierro o Saramago, al recién inaugurado Hotel El Grifo, símbolo de la vida slow. La brillante huella de César Manrique también impregna el proyecto desde el legendario logotipo que diseñó como regalo para la familia, grifo centinela de una isla "absolutamente cósmica".
El Grifo
LZ-30, Km. 11
35559 San Bartolomé (Lanzarote)
Tel. 928 524 036
Instagram: @elgrifolanzarote
Facebook: @elgrifolanzarote



