- Redacción
- •
- 2016-03-09 16:58:13
En 1989 Julián Fernández Garrido, persona dedicada en cuerpo y alma a la vid y al vino, crea su bodega en el coqueto pueblo riojano de Ábalos. Perteneciente a lo que conocemos como Rioja Alta, las 13 hectáreas que cultivan se asientan en uno de los territorios más propicios para que la uva tenga en su interior todo lo necesario para crear unos vinos que despierten nuestros sentidos y nos hagan disfrutar del terruño riojano. ¿Cuál es el secreto de esta bendita tierra para que todo el mundo hable de ella con tanta admiración? En gran medida, un clima eminentemente continental que es exigente con la cepa pero que goza de una exposición solar generosa y esto hace que la maquinaria bioquímica de la planta quede engranada para sintetizar todos los componentes de la uva con precisión. Por otro lado, los vientos procedentes de los diversos accidentes montañosos son un seguro de vida que garantiza la sanidad de la uva, cuestión importante si se quiere elaborar vinos que plasmen todas las bondades del paisaje.
Todo esto es necesario, pero de nada serviría si no interviene la experimentada y conocedora mano del hombre. Bien, pues en Fernández Eguíluz se dan estas condiciones, a partir de las cuales nacen los vinos Peña la Rosa. Manejan la técnica de la maceración carbónica con mucha maestría, tanto es así que además someten a estos vinos a crianzas y obtienen resultados cuanto menos interesantes. Pero como a la pasión por una profesión no se le puede poner barreras, en esta familia no paran de indagar para conseguir vinos diferentes sin perder un ápice de su alma riojana, como uno de sus proyectos experimentales que tiene muy buena pinta: un vino de maceración carbónica con nueve meses de barrica francesa de segundo año y cuya uva 100% Tempranillo procede de viñas viejas. Su nombre es La Cantarada de los Mozos y 2014 es la primera añada experimental.
Consejos de cata
El concepto de la elaboración está perfectamente expresado en Peña la Rosa Maceración Carbónica tanto en nariz como en boca, a lo que hay que sumar la edad de las viñas y su privilegiada zona, que dotan al vino de una frescura divertida y gran amabilidad. Un ejemplo de lo que es el vino de cosechero riojano, expresivo, perfumado y noble.
¿Y si a un maceración se le somete a una crianza que ronda los 20 meses? El resultado sorprende por la variedad de matices que no se perciben en otros vinos con crianza. El paladar está bien perfilado con buena complejidad en las sensaciones. Una rareza que hace crecer nuestras ganas de conocer las caras de esta tradicional elaboración.
Bodegas Fernández Eguiluz
Calle Los Morales, 7
26339 Ábalos (La Rioja)
Tel. 941 334 166
www.penalarosa.com
www.facebook.com/Bodegas-Fernández-Eguíluz-Vino-Peña-La-Rosa-1518573341795763
