- Redacción
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- 1997-01-01 00:00:00
No siempre es posible crear una espacio específico en nuestra casa para la bodega, o encontrar en lugar idóneo para colocar el botellero, garantizando así la humedad, silencio, temperatura y luz adecuadas, tal como hemos visto hasta ahora. Para todos aquellos que no posean las condiciones necesarias existe una solución de excelente, aunque puede resultar inicialmente algo cara: los armarios del vino, un electrodoméstico de lujo, sin duda, pero que resuelve a la perfección el problema.
En el mercado existen varios modelos, con distintas capacidades y diferentes usos, aunque todos funcionan prácticamente de la misma manera. Se trata de un mueble climatizado que conserva en su interior una temperatura constante y homogénea, con apenas la oscilación de un grado, gracias a un doble circuito caliente/frío, y un aislamiento mediante espuma de poliuretano. La aireación natural permite obtener, por condensación de las paredes metálicas interiores, una higrometría óptima, en torno al 70% de humedad. El equilibrio perfecto de su componentes, y, sobre todo, de sus compresores, montados sobre un soporte independiente, así como la utilización de caucho en todas las junturas y articulaciones, garantiza la absorción de las nefastas vibraciones. Un sistema de circulación de aire asegura su renovación constante, y un filtro de carbón activo evita la aparición de olores indeseables. La necesaria oscuridad queda asegurada por la opacidad de la puerta y la ausencia de luces interiores, si bien para su uso en restaurantes, salas de catas, etc., en los que el vino no permanece mucho tiempo guardado, se pude elegir un armario con la puerta de vidrio, que suele estar dotada de un filtro anti rayos UV. En resumen, los armarios del vino reproducen las condiciones de conservación de una bodega natural, con la ventaja de una mayor facilidad de utilización e instalación.
Dentro de los modelos que hoy se ofrecen al amante de los vinos, o al profesional de la restauración, los hay que permiten obtener en su interior diferentes temperaturas, lo que facilita el consumo inmediato de las botellas, con una temperatura ideal de degustación. La única pega, y no es poca, se deriva del alto precio de estos armarios -desde unas 250.000 pts. hasta casi el medio millón- por lo que sus destinatarios parecen ser más el establecimiento de hostelería o el enólogo profesional.
DÓNDE CONSEGUIRLOS
Interdit, S.L.
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(Barcelona)
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