• Redacción
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• 2002-04-01 00:00:00

Desarrollo equilibrado, trabajo concienzudo y visión de futuro. Todo eso puede definir la espectacular evolución cualitativa y cuantitativa de esta Denominación aragonesa desde que nació en 1974. Y no es apariencia ni triunfalismo, son datos que recientemente ha reconocido el informe Nielsen y que definen a la D.O como líder del proceso de innovación del sector, tanto en producción como en comercialización, por haber creado una nueva imagen de los vinos del alto Aragón basada en nuevos tipos y nuevas variedades, y, sobre todo, en la calidad garantizada.
Así, las ventas han crecido al ritmo del 10% en los últimos años, y se cifran ya en 11 millones de botellas que el ejercicio 2001 se valoraron en 5.000 millones de pesetas. Además, el comercio se distribuye en tres partes prácticamente iguales entre consumo local, nacional y exportación, lo que da idea de que el aprecio y el reconocimiento de sus vinos nada tiene que ver con localismos ni con modas efímeras.
La uva y el vino en la región están documentadas hace más de 25 siglos, pero su comercio comenzó con el asentamiento de los Itálicos, de la misma manera que el crecimiento del viñedo hay que agradecerlo a los monasterios y el nacimiento de la exportación se debió a la filoxera que asoló Francia en el S. XIX.
La zona se extiende, según indica su nombre, a lo pies de los Pirineos, en 43 municipios de dos zonas, en torno a Barbastro y a Huesca, es decir, a ambas orillas del río Alcanadre. Una comarca de clima riguroso y de grandes contrastes, una tierra poco productiva pero sana y permeable, capaz de producir uvas de gran calidad que dan vinos de buena graduación, afrutados y con una acidez perfecta, es decir, lo que hoy aprecian los bebedores de todo el mundo. Son el resultado de un impulso de modernización que surge de las tres grandes bodegas y de un Consejo dinámico y vanguardista que en los últimos diez años ha incentivado con todos sus medios la reputación ejemplar de la zona. Por ejemplo, el interés por trabajar conjuntamente ha desarrollado una fórmula de control de vendimia que está dando muy buen resultado. Comienza con la identificación de cada viticultor con una tarjeta informatizada. Así, cuando entrega sus uvas, la lectura del código de barras informa, tanto a la bodega como al Consejo, de quién se trata, cuales son sus parcelas, variedades, sistemas de cultivo... En el mismo proceso se añade la información sobre las uvas que entrega, incluido el primer análisis automático de grado y acidez. Eso permite conocer en tiempo real la situación de la vendimia y realizar un trazo histórico sobre la producción en calidad y cantidad de cada paraje, algo muy relevante para selecciones especiales o cuando se planifican nuevas plantaciones.
El visitante puede admirar toda esa nueva tecnología en el Museo del Vino, abierto en la hermosa sede del Consejo, en el complejo San Julián y Santa Lucía de Barbastro, donde una tienda impulsa la información y el enoturismo. Lo demás se aprecia en la copa: magistrales elaboraciones bien vestidas de variedades autóctonas y originales como la Parraleta o la aclimatación de cepas de alcurnia como la Merlot o la Chardonnay.

La DO en cifras

Sede del Consejo Regulador: Avda. de la Merced, 64 223000 Barbastro (Huesca)
Tel. 974 313 031 Fax 974 315 132 www.dosomontano.com
Presidente: Mariano Beroz.
Secretario: Francisco José Berroy.
Extensión............................................. 2.914 has.
Registro de bodegas ....................................... 11
Variedades autorizadas:
Tintas: Moristel, Parrraleta,Garnacha, Tempranillo, Cabernet, Merlot, Pinot Noire.
Blancas: Macabeo, Garnacha, Alcañón, Chardonnay, Gewürztraminer.
calificación últimas cosechas: 98 (Ex), 99 (MB) 00(B)