Política sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).

Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.

Configuración e información Ver Política de Cookies

Mi Vino

Vinos

CERRAR
  • FORMULARIO DE CONTACTO
  • OPUSWINE, S.L. es el responsable del tratamiento de sus datos con la finalidad de enviarles información comercial. No se cederán datos a terceros salvo obligación legal. Puede ejercer su derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos, así como ampliar información sobre otros derechos y protección de datos aquí.

Vinos de Valencia: Adiós, granel, adiós

  • Redacción
  • 2002-09-01 00:00:00

ara el levante español está claro el destino vitícola. Un carácter labrado durante miles de años, iniciado por sabias civilizaciones, atraidas por la benignidad del clima levantino, la fertilidad de sus suelos y el insólito magnetismo de su luz. Con ellas llegaron distintas cepas, entre ellas dos variedades hoy fundamentales en la viticultura española: la versátil Monastrell y la aromática Moscatel. En su dilatada historia, el vino de esta región ha pasado, lógicamente, por situaciones muy variadas. Desde el mítico fondillón alicantino, que en ciertos momentos de la historia llegó a ser el más preciado de los vinos, a las grandes producciones o aquellos “doble pasta” que hicieron de los puertos valencianos los más fuertes bastiones del comercio vinícola. El vino hoy pasa por una etapa rara, al menos. Las bodegas más grandes y la mayoría de las cooperativas se dedican a la producción del granel, un comercio todavía fuerte o al embotellado que inunda los mercados de vinos con precios muy bajos. Pero en este mar de vino hay una isla de vanguardia: La Escuela de Viticultura y Enología de Requena, centro formador de cientos de excelentes enólogos durante generaciones, se ha sumado a este movimiento con la investigación de algunas variedades entre ellas la Bobal.

El paraíso de la vid
Existen tres denominaciones de origen en la Comunidad Valenciana, pero el viñedo no se interrumpe prácticamente desde la suaves colinas de los viñedos de Castellón, en torno a Sant Mateu, hasta los lindes de Alicante con Murcia. Utiel-Requena es la D.O. más extensa. Nada menos que 40.000 has. ampara el Consejo Regulador. Sobre el papel, la más dinámica, con un Consejo que no para de promover nuevas ideas, como la introducción del “Vendimia Inicial”, un vino joven puesto a la venta en noviembre. Es en esta comarca del interior valenciano donde la Bobal domina. Una variedad injustamente poco apreciada, madre de vinos industriales, hasta la fecha. Pero en estas tierras rojizas se ha adaptado perfectamente la variedad Tempranillo, hay cabernets bastante expresivos, y la Merlot sirve de contrapunto ideal para suavizar el carácter tánico de las otras. La D.O. Valencia, cuyos esfuerzos por elaborar vinos tintos se cifran en victorias pírricas, desgraciadamente no apuesta lo suficiente por su auténtico tesoro que es la Moscatel. En la comarca comprendida entre las localidades de Chiva, Godelleta, Cheste, Turis o Buñol se encuentran moscateles extraordinarios, profundamente aromáticos, tiernos, equilibrados... comparables a los mejores del mundo. Solo hace falta que los viticultores y los elaboradores se lo crean. Donde lo tienen claro es en Alicante. Con el resurgir internacional de la Monastrell o la extraordinaria subida de sus vinos dulces, blancos y tintos, varias bodegas de la D.O. se encuentran entre las que elaboran los mejores vinos de España. Poco hay que contar de la provincia de Castellón, viñedos extensos y otrora abastecedores del color para el vino común europeo, por la cantidad de híbridos y tintoreras que poblaban sus viñedos. La enología de vanguardia todavía se encuentra en estado de letargo.

Esto no hay quien lo pare
Los nuevos caminos por donde el vino español discurre aparecen claros, rotundos. Vienen desde Alicante, con la pequeña bodega en Alfaz del Pí de Enrique Mendoza y sus hijos. El pionero Felipe Gutiérrez de la Vega, que sorprendió con su Casta Diva, después elaboró un fondillón distinto, y ahora, recibe una eficaz ayuda de su hijo en la difícil elaboración de tintos. En el sur junto a las bodegas “de toda la vida” Primitivo Quiles, Salvador Poveda o Brotóns, hace unos años que trabajan, y muy bien, famosos personajes del mundo del vino. Juan Carlos Lacalle (el de Cosecheros Alaveses), y Agapito Rico (el jumillano de Carchelo) se unen en la empresa llamada “Laderas de Pinoso”. Su vino, El Sequé, es digno de su nivel profesional. También Telmo Rodríguez se siente atraido por los encantos de la Monastrell, y elabora un vino muy expresivo.
Como en Alicante, tanto Utiel-Requena como D.O. Valencia buscan los vinos del momento. Curiosamente en Requena es un gigante (al contrario que en otros sitios) el que emprende la búsqueda del nuevo estilo. Gandía Pla, con su Ceremonia del 97, se adelanta a los numerosos elaboradores que tan solo un par de años después nos dejarán satisfechos con su trabajo, y apuntan lo que puede dar de sí el interior del levante español. Antonio Sarrión vuelca su saber en un vino concentrado y con una madera de gran calidad, el “Quincha Corral” de bodega Mustiguillo. Los gallegos de Mas de Bazán siguen en la línea de calidad de los inicios. Y la Bobal se viste de lujo en estos tiempos de vivos colores cárdenos y violáceos, de fruta clara y rotunda, de taninos maduros y expresivos en el vino de Daniel Expósito, “Arras de Bobal”. Meritorio es el empeño de Pablo Calatayud, en la nueva bodega familiar de Moixent. Dispuesto a recuperar la variedad autóctona Mandó,donde además investiga con Cabernet, Monastrell o Petit Verdot, y cuenta con una asesora de lujo: Sara Pérez, de Martinet.
Verdaderos hallazgos enológicos y vitícolas que cambian o cambiarán, sin tardar mucho, el concepto que todavía se tiene del vino valenciano.

enoturismo


gente del vino