• Redacción
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• 2002-09-01 00:00:00

No fue oro lo que Marcial Dorado descubrió cuando se instaló en Portugal, hace ya veinte años. Aunque el resultado de su magnífico trabajo puede llevarnos a pensar lo contrario. Este español afincado a la orilla izquierda del río Minho ha realizado un vino sorprendente, que su aurífero color y, en fin, su calidad intrínseca le puede reportar un buen pellizco del preciado metal. Pero lo importante es la idea, el concepto. Y me gusta su forma de elaborar un buen Alvarinho. Nada de madera, crianza con sus lías finas y, después, mucha botella. Es la clave para que sea un vino original, sin las distorsionantes notas que aporta la barrica de tostados, especias y otras cosas raras a poco que se vaya la mano en la elaboración. En este Alvarinho se aprecia toda la elegancia de la fina variedad. Además, los intensos aromas resultan familiares. Por supuesto la uva ha recibido un trato excepcional. Para el diseño y la producción de este vino ha contado con la estimable colaboración de Marcos Lojo, su amigo y enólogo de GranBazán. Gracias a sus ideas, nos llega un excelente Alvarinho con evidentes recuerdos de Albariño
La paciencia es un don escaso A veces le oigo decir a mi buen amigo Antonio Barbadillo, que “la prisas solo son buenas para los chapuceros y los malos toreros”. Y parece haber leído el pensamiento a Tomás Postigo, gerente y enólogo de la bodega de Carraovejas. Porque lejos de apresurarse, como algunos de la zona, en sacar un tinto de los “especiales” de los llamados de “alta expresión”, ha preferido desde los inicios de la bodega afirmar primero sus vinos de crianza y reserva. También ha optado por estabilizar el trabajo en el campo, completar las 140 has. de viñedo que controla. Y ahora sí, nos llega su “sorpresa”, nos premia con este equilibradísimo vino en el que el carácter diferenciador de la Ribera se expresa con toda su intensidad, aunque tomando la vía más difícil: la de la elegancia. Lleva un alto porcentaje de Tinto fino y algo de un Cabernet bien maduro y concentrado. La excelente madera y la magia de la combinación de fruto y crianza convierte este trabajo en una obra de mucha magnitud. Admirable trayectoria la de esta casa, un estimable ejemplo para algunos de los que empiezan en la comarca.

Dorado selección 2000

B. Quinta do Dorado. Distribución en España: Euroselecció. Tel. 93 890 43 53
D.O. Vinho Verde. Precio: 12,65 E. Tipo: Blanco crianza. Variedad: Alvarinho.
Crianza: Nueve meses con sus lías en depósitos de acero inoxidable; resto, en botella.
Fecha de entrada: 14/6/2002. Consumo óptimo aproximado: 5 años a 9/10Ý C.
Puntuación: 8,2/10

1ª Cata: Bello color amarillo dorado con tonos verdosos, y muy brillante. Posee un abanico de aromas muy original, sin apenas recuerdos de reducción, saca la potente frutosidad en sus notas de manzana, y se aprecia un toque de miel, de flores, de hierba fresca y un fondo de mineral que le proporciona profundidad. Elegante y sabroso, el paso de boca resulta muy delicado, dejando el paladar impregnado de aromas, con una acidez notable que le da viveza, lo que resulta un firme pilar para su lenta evolución en botella.

Pago de Carraovejas Reserva Cum Laude 1998

B. Pago de Carraovejas. Camino de Carraovejas. 47300 Peñafiel (Valladolid)
Tel. 983 87 80 20. carraovejas@interbook.net. D.O. Ribera del Duero.
Precio: 51,80 E. Tipo: Tinto crianza. Variedades: Tinto fino y Cabernet sauvignon.
Crianza: 24 meses en barrica de roble francés. Fecha de entrada: 7/7/2002
Consumo óptimo aprox: Diez años a 16/18Ý C. Puntuación: 9,2/10

1ª Cata: Aunque posee un color rojo cereza picota y unos tonos violáceos notables, no es de los intensamente cubiertos: se aprecia su elegancia desde el color mismo. Elegante, como los intensos aromas que sugiere en la copa: frutos de bosque, mermelada de moras, perfectamente combinados con especias (pimienta y vainilla). Un toque de torrefactos y algo de regaliz. Pero, ¡qué asombroso equilibrio nos aguarda en el paladar! Gran estructura, brillante armonía y excelente tanino expresivo y granuloso; tan maduro que envuelve la boca como un fino guante de terciopelo.