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Conde de los Andes. Viaje al centro del vino

  • Redacción
  • 2007-07-01 00:00:00

Los caminos en pos de vino a menudo recorren paisajes y cepas o se extasían frente a brillantes cachivaches tecnológicos, pero la visita a Ollauri exije recogimiento y sensibilidad para adentrarse en las entrañas de la tierra, en la penumbra y el silencio que envuelven los pilares sobre los que se edificó el imperio Paternina. Rioja luce especialmente atractiva esta húmeda primavera, desde los monasterios de Suso y Yuso hasta, en el otro extremo, el balneario de Arnedillo, otra forma de mimar el cuerpo y el espíritu, como la rotunda gastronomía local o la cata comparada. Ollauri es un ejemplo de esos deliciosos pueblos riojanos de arquitectura homogénea, de piedra clara, de casas blasonadas, que se asoman al río, como lo hace la vecina Briñas -visita obligada-, y que se extienden en el subsuelo para rendir culto al vino. Porque al final todos los caminos confluyen en alguna bodega. Las del grupo Paternina se distribuyen con tino tareas y haciendas, y si la gran bodega de Haro es el centro de actividad y movimiento, ésta de Ollauri representa el reposo, el tiempo, la cultura y la historia que arropan al vino. Aunque a veces la frontera sea muy sutil, por ejemplo en Haro se apilan las 40.000 barricas que acunan sus Reservas y Grandes Reservas, mientras por los profundos calados de Ollauri se extiende el botellero, apilado con la habilidad y el encanto de una obra artesana, paciente y costosa, botella a botella, línea a línea, dibujadas con tablillas de sostén, y así una hornacina tras otra. Una obra efímera que desaparece cuando esa partida, ya acabada de criar, sale al mundo, etiquetada y guapa, y es sustituida por la cosecha siguiente. Porque aquí lo fundamental sigue siendo el vino. El premio «Best Of» en materia de Arquitectura que la bodega ha recibido por la excelencia de la restauración de los calados es una gracia muy satisfactoria, que lucen con orgullo, pero al fin y al cabo es un beneficio colateral. Un ecosistema propio El monumento que es la propia bodega, y la utillería ancestral que esconden los sótanos, tan impresionante como una prensa que ha cumplido 250 años, se abren al público como lección de historia, como muestra de la técnica de cada tiempo. De hecho, ésta es la única cava de techo plano, tallada a mano y a pico en roca viva por temporeros portugueses y gallegos hace casi 350 años. Pertenece a Paternina desde 1896, y la bodega dedicó un homenaje a los artífices, a su bandera, con el primer Banda Azul. El Calado Grande se extiende a 40 metros de profundidad y, más que una obra arquitectónica, está considerado como un ecosistema vivo en el que el vino cohabita, en una ideal temperatura, con todo lo que la tierra encierra, piedra y arenas, corcho, mohos, presión, humedad... Un entorno irrepetible que deja su peculiar impronta en ese ser vivo que allí madura. La gran obra, después de que las dinamitaciones de la vecina autopista movieron el terreno, ha consistido en consolidar ese espacio, discretamente, para preservarlo otros cuatro siglos. Y la empresa de ingeniería que lo ha firmado deseaba estar a la altura de aquellos picadores. Al fondo del túnel de 150 metros está lo que laman su «capilla sixtina», el santuario que guarda botellas de cada añada y al que Heminway acudía a “reponerse” de los Sanfermines, tal como documentan numerosas fotos de la época. Allí, en el nicho más alto, todavía duermen curiosas joyas como tintos del año 1800, y blancos del 1914 en botellas pequeñas. La visita se puede extender un día, con almuerzo en el asador, más popular, o en el lujoso comedor de visitas, o en el moderno restaurante El Conde, de cocina actual, muy cuidada, que se asoma a los antiguos tinos a través de cristaleras. Pero quien no disponga de tanto tiempo puede llegar aquí, simplemente, subiendo al Vino Bus, que promueve Turismo de Logroño. DONDE DORMIR: Paradores de Santo Domingo www.parador.es Hospedería Señorío de Briñas. Travesía Calle Real,3. Briñas. Tel. 941 304 224. Hotel los Agustinos. San Agustín,2 Tel. 941 311 308. Haro. Señorío de Casalarreina. Pl. Santo Domingo,6 Tel. 941 324 730. Casalarreina. DONDE COMER: El Conde, en la propia bodega, Ollauri. Tel 941 338 359 www.restauranteelconde.com La Vieja Bodega. Avda La Rioja,17. Tel. 941 324 254. Casalarreina. QUÉ VER: Visita a la bodega Conde de los Andes. Ollauri. Tel. 902 123 023 De tapas por Logroño, “La senda de los elefantes”. San Millán de la Cogolla. Monasterios cuna del castellano. Museo de la Cultura del Vino. 902 320 001 Briones.

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