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Paternina www.paternina.com: Viaje por la historia

  • Redacción
  • 2011-09-01 00:00:00

Es como si Paternina, la marca centenaria de Rioja, tuviera diferenciados cuerpo y alma. Un cuerpo atlético, potente, eficaz, moderno, que es la gran bodega de Haro, y un alma silenciosa, mística, susurrante y eterna que se extiende por un laberinto tallado bajo el empedrado de la villa de Ollauri, de las más encantadoras de la Rioja Alta. La bodega Paternina de Ollauri se define como la Catedral del Vino. Fue fundada en 1896, pero los calados, la obra de piedra, las bóvedas aéreas, ya existían desde el siglo XVII. Las construyeron, a 40 metros bajo tierra, valientes canteros gallegos, por eso Paternina, para homenajearlos, dibujó su bandera en el Banda Azul. Para los actuales propietarios, la familia Eguizabal, restaurar las interminables cavas de la bodega centenaria fue un sueño largamente acariciado, una obra complicada, faraónica que, eso sí, fue reconocida en 2005 con el Premio Best Of concedido por la asamblea mundial de grandes ciudades del vino. Sin embargo es una obra que para el visitante resulta invisible porque, simplemente, ha respetado, inmutable la bodega original, como si fuera posible atrapar el tiempo convertido en la pátina de la historia. Ahora en esa paz se crían los reservas y grandes reservas de Conde de los Andes, pero desde que se atraviesa el umbral, el visitante se siente en un museo de historia, casi de arqueología del vino, de sus tareas, sus aperos, su arquitectura. Más aún, es un recorrido por la historia etnológica de La Rioja donde el vino ha sido, y aún es, puntal de su agricultura, su artesanía, su gastronomía, su riqueza, la que levantó las históricas casonas blasonadas del pueblo. Más allá del vino Una de ellas es la que se ha trasformado en el precioso restaurante El Conde, donde el jefe de sala y el chef ofrecen una renovada y elegante visión de la cocina riojana basada en los excelentes ingredientes de la región, las verduras, las chacinas, el cordero... o en el capricho del mercado, como el pescado fresco. Y es que la gastronomía es piedra angular del enoturismo, como la cocina es acompañamiento natural del vino. Alta cocina o cocina popular como la que se puede degustar justo enfrente, en el gran comedor de madera añeja abierto a grupos y celebraciones. Allí triunfan las tradicionales patatas a la riojana y las chuletillas, eso sí, regadas con Gran Reserva. La visita guiada a la bodega es gratuita para los comensales. Y quienes solo deseen la visita y una cata privada pueden solicitarla a cualquier hora, es la oferta VIP. Tambien hay visita y cata comentada todos los sábados y domingos, y una posibilidad más completa, Visita y Maridaje, donde se degusta una combinación de vinos y tapas diseñada por el enólogo de la bodega junto con el chef. Imprescindible Para el espíritu: Recorrer las cavas con todos los sentidos atentos y en silencio para escuchar la voz del vino. Para el saber: Inscribirse al Club Paternina para recibir la revista, degustar con criterio y conocer las ofertas y actividades periódicas. Para el cuerpo: Un almuerzo de patatas con chorizo a la riojana en versión clásica o actual. Bodega Paternina. Sol de la Cabra s/n. Ollauri (La Rioja). Tel. 941 33 81 75. enoturismo@paternina.com.

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