Política sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).

Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.

Configuración e información Ver Política de Cookies

Mi Vino

Vinos

CERRAR
  • FORMULARIO DE CONTACTO
  • OPUSWINE, S.L. es el responsable del tratamiento de sus datos con la finalidad de enviarles información comercial. No se cederán datos a terceros salvo obligación legal. Puede ejercer su derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos, así como ampliar información sobre otros derechos y protección de datos aquí.

Jornadas de Vinos de Montaña en Sant Julià de Lòria

0L7P4B4I3T3I5U3P2O1J1N5S9U9M4M.jpg
  • Redacción
  • 2019-07-12 00:00:00

Según CERVIM, el organismo oficial que protege y da valor a la viticultura de montaña, para poder llamar vino de montaña a un vino, tiene que estar elaborado con uva de una viña a una altitud muy elevada, normalmente a más de 500 metros hasta altitudes donde el clima permita cultivar la cepa y madurar su fruto. Además, el terreno deberá contar con un desnivel del 30%, y disponer las cepas en pequeñas terrazas.
La gran variación térmica entre el día y la noche en estas altitudes proporciona el principal beneficio, o diferencia, a estos vinos: su envidiable efecto refrescante por su mayor acidez, ya que, aunque la insolación es más grande a más altura, la maduración de la uva es más lenta y progresiva que en cotas bajas, por lo que se ralentiza el ciclo madurativo y el vino gana en complejidad y riqueza de matices.
Todo esto lo saben bien en Andorra, ya que sus bodegas se encuentran entre los 860 y 1.200 metros de altitud, así que no es de extrañar que el Principado se encargue de organizar en Sant Julià de Lòria, epicentro de la elaboración de los vinos andorranos, las Jornadas de Vinos de Montaña, una propuesta dirigida a los profesionales del sector que busca ser un espacio de encuentro entre colaboradores y prescriptores con el objetivo de dar visibilidad a los vinos de alta montaña, destacar sus singularidades y abrir nuevos mercados.
Por eso, mientras que para los productores fue una ocasión única para promocionar sus vinos, los profesionales pudimos disfrutar de grandes descubrimientos con un completo programa que incluyó talleres, conferencias, una mesa redonda y la cata de más de 70 vinos, además de una visita a las bodegas del Principado Borda Sabaté y Casa Auvinyà. Por si fuera poco, la jornada acabó con una cena de gala a cargo de Nandu Jubany, chef del restaurante Can Jubany, con una estrella Michelin.
Hasta 19 bodegas estuvieron presentes para presentar sus elaboraciones en estas Jornadas de Vinos de Montaña, encabezadas por las andorranas Borda Sabaté, Casa Auvinyà, Celler Mas Berenguer y Borda Any de la Part, además de otras bodegas llegadas de Cataluña, Aragón, Valencia, Canarias e incluso del Rosellón francés. Sin duda, un encuentro de mucha altura. 

enoturismo


gente del vino