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Moêt Chandon ha lanzado tres nuevos vinos de una vez. La Cuvée Dom Pérignon 1992 combina los aromas afiligranados con una intensidad madura en el paladar. La intachable calidad del producto es especialmente sorprendente cuando se consideran las cantidades en que se produce esta cuvée de lujo. Después de más de 10 años de crianza, Moët presenta al mismo tiempo la Cuvée Dom Pérignon Rosé 1988. De color rosado cobrizo, este champagne, que llena la boca, sorprende con aromas de frutas secas y uvas confitadas. La Jéroboam Cuvée Dom Pérignon 1993 está especialmente concebida para el cambio de milenio. Es la primera vez que la cuvée de lujo de Moët se vende en botellas de este calibre. Para Suiza sólo se han reservado 65 ejemplares. En cuanto al Moët&Chandon Brut Impérial Millésimé 1993, ya lleva algo más de tiempo en el comercio.
Después de 10 años de maduración, el Comte de Champagne Blanc de Blancs 1990 de Taittinger ha alcanzado la fase óptima de consumo. Esta cuvée de bandera de una añada extraordinaria recibió 96 puntos de Parker. El vino todavía puede conseguirse en el mercado en cantidades limitadas. Pero no busquen la botella de tamaño Magnum: ya está agotada.
Deutz entra en el nuevo milenio de forma sencilla y convincente. La extraordinaria cuvée «Amour de Deutz», presentada con una saludable sobriedad en una botella blanca, es un Blanc de blancs de gran calidad producido con uvas rigurosamente seleccionadas. “El espíritu de la cuvée William Deutz unido a la quintaesencia del Deutz Blanc de Blancs”: esa es la filosofía que subyace tras un vino del que sólo se han producido 15.000 botellas.
Amarillo dorado, de frutosidad madura, con opulencia suave en el paladar y delicado final de almendras amargas: así se presenta el Bonnaire Grand Cru Blanc de Blancs. Lo particular de este espumoso equilibrado y elegante es que una tercera parte ha sido criada en barricas nuevas.
