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S iempre aparece cierta emoción (e incluso una pizca de orgullo) al encontrar tesoros enológicos que descubrimos con entusiasmo a familiares y amigos: son esos vinos que nos seducen con su singularidad, con la historia que narran. El vino más especial de Bodega San Valero –la cooperativa más antigua e importante de Aragón–, el 8.0.1, no solo reúne esas cualidades, sino que además forma parte de una campaña solidaria que durará hasta el 15 de agosto: por cada botella vendida en su tienda online donarán otra a diferentes establecimientos de la provincia. Como explica Ignacio Pastor, director general de la bodega, #Regala801 "surge con la idea de apoyar a la hostelería aragonesa en un momento de grandes dificultades e incertidumbre". Preciosa iniciativa que acompaña el esperado lanzamiento de la atractiva nueva imagen del 8.0.1 –el protagonismo recae sobre los tres icónicos números que le dan nombre–: "Todo este tiempo ha servido para buscar nuevas fórmulas de interacción entre el vino y el consumidor", señalan. La idea era romper la estética habitual de este vino de autor (salió al mercado en 2004, con motivo del 60 aniversario de la bodega), en línea con esa renovación que está experimentando la bodega, y potenciar el carácter único del 8.0.1. Su esencia, por supuesto, se mantiene intacta: ese sugerente coupage de Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah que tan bien funciona. Las cosechas seleccionadas para la elaboración de las 25.450 botellas de esta edición limitada (2014, 2015 y 2016, respectivamente) son de una calidad extraordinaria, y Javier Domeque, enólogo de San Valero, deja su impronta con un trabajo sobresaliente. La personalidad irrepetible de este vino sabroso y potente se empieza a forjar en la viña, y se perfila durante una cuidada crianza: 30 días de fermentación y maceración en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada y constante de 28-30ºC y una posterior fermentación maloláctica en barricas de roble americano durante cuatro meses. Para enriquecer sus matices, se trasiega a barricas de roble francés y americano de tercer y cuarto año, donde descansa 12 meses. Luego reposará en depósitos de acero inoxidable hasta su última siesta en botella. Y qué despertar...
