Política sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).

Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.

Configuración e información Ver Política de Cookies

Mi Vino

Vinos

CERRAR
  • FORMULARIO DE CONTACTO
  • OPUSWINE, S.L. es el responsable del tratamiento de sus datos con la finalidad de enviarles información comercial. No se cederán datos a terceros salvo obligación legal. Puede ejercer su derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos, así como ampliar información sobre otros derechos y protección de datos aquí.

Rumbo a Vega Sicilia

58c230b96780ca40d0988d3c484a213b.jpg
  • Sara Cucala
  • 2014-09-02 12:15:57

El 150º aniversario de Vega Sicila paraliza la Ribera del Duero con 900 invitados procedentes de todas las partes del mundo. Un cumpleaños por todo lo alto.

Un 11 de julio en Madrid el calor aprieta mucho más de lo que un cuerpo encorsetado en un esmoquin puede soportar. Pero el protocolo exigía etiqueta para una de las cenas más esperadas: los 150 años de Vega Sicilia.

Así que cogimos nuestras mejores galas y emprendimos un viaje hace la Milla de Oro, a 15 kilómetros de Peñafiel y a 41 de Valladolid, para llegar al corazón dorado de los vinos españoles, a las 985 hectáreas de terreno situadas en los términos municipales de Quintanilla de Onésimo y Valbuena del Duero que forman Vega Sicilia.

La familia Álvarez, propietaria de la finca, extendió 900 invitaciones entre bodegueros, amigos, prensa… para cenar con ellos en una inmensa carpa que montaron en medio de la finca, con alfombra roja y mesas de lujo. ¡No es para menos! Durante dos días, dos de los mejores restaurantes de España, ambos con tres Estrellas Michelin y decenas de premios, cocinaban para posiblemente los paladares más exigentes del mundo. El primer día, lo hicieron Arzak (Restaurante Arzak San Sebastián) y los hermanos Roca (El Celler de Can Roca, Girona) para 200 invitados procedentes de las bodegas míticas y algunas de ellas también centenarias como las francesas Cheval Blanc o Château d’Yquem, la alemana Egon-Müller-Scharzhof o la italiana Gaja [entrevista a Angelo Gaja en la página 28], y las casas de champagne Bollinger, Salon o Pol Roger. También estuvieron soplando las velas del triunfo algunas bodegas españolas como Alvear, Marqués de Murrieta, Codorníu, CVNE, González Byass, Marqués de Riscal, López de Heredia Viña Tondonia, Osborne y Torres.

En la segunda cena, a la que asistimos el equipo de OpusWine, nos encontramos con empresarios, cocineros, directivos de medios de comunicación y personalidades de la cultura, la gastronomía y el vino. Para nosotros cocinaron los hermanos Roca, quienes mostraron su maestría en los fogones con un menú “discreto” y “respetuoso” con las joyas que esa noche Vega Sicilia quiso compartir con nosotros.

Todo comenzó con un surtido de aperitivos de tradición y guiños de modernidad acompañados de Bollinger Gran Année 2004 y Pol Roger 2004 Magnum. Comenzar con dos grandes champagnes significa preparar el paladar para recibir como se merecían a los vinos que llegaron luego. Pero antes, parte de la familia Álvarez inauguró el banquete, tal y como pide el protocolo.

Pablo Álvarez, consejero delegado de Vega Sicilia, comenzó con sencillez y cierto humor su discurso, pero entre chascarrillos y ciertos alardes de timidez, recordó quiénes son y de dónde vienen: “Vega Sicilia se ha convertido en una familia de vinos única y prestigiada en todo el mundo gracias a los valores que han caracterizado el trabajo de mi familia y de sus empleados a lo largo de estos últimos 32 años. Hemos mejorado la calidad de los vinos, creado nuevas bodegas –Alión, Pintia, Oremus y Benjamin de Rothschild-Vega Sicilia (Macán)- e impulsado el crecimiento y expansión internacional de todas nuestras marcas”.

Tras las palabras, aplausos y agradecimientos… llegó la cena: la suprema de lubina con salsa de avellanas, salsa de ostras, ñoquis de limón y de mantequilla tostada acompañó a un Corton Charlemagne Domaine Bonneau de Martray 2009 Magnum; el cochinillo ibérico con salsa de cochinillo con pimientos asados al carbón con arañones/vainilla, frambuesa, café y cacao fue el compañero perfecto para Valbuena 2010; el jarrete de ternera tibio cocido durante 70 horas con setas, trufa y aguacate armonizó con Único 2004 y Único 1996; la Oca a la royale con remolacha, aire de terroir, genciana, clavo y trufa de verano fue la acompañante del Único 1990 Mágnum; y, por último, la parfait de albaricoque, flan de azafrán, curry, orejones, cítricos y naranja confitada llegó de la mano de un Oremus Tokaj Aszú 6 Puttonyos 2006.

La cena: un espectáculo de camareros danzando por aquella carpa gigantesca, bailando un bals armónico bajo el compás del vino cayendo sobre las copas y los platos posándose tenuemente sobre las mesas. Cada receta llegaba en su estado perfecto a la mesa, sin desprender más aromas de los necesarios, sin marcar los paladares… porque aquí el protagonista era el vino.

Y así íbamos recordando, bocado a bocado, la historia de este lugar y de esta casa: no se sabe muy bien si fue en el siglo X cuando comenzó a desarrollarse la zona en torno al castillo de Peñafiel; las tierras que hoy forman el corazón de la Ribera del Duero. Lo que sí se sabe es que existía un coto bautizado con el nombre de la Santa Cecilia, en honor a la virgen de una pequeña capilla alzada en esta tierra. El tiempo y las voces populares fueron transfigurando el nombre del coto dando forma al que hoy conocemos no solo en España, sino en todo el mundo: Vega Sicilia.

Hasta 1848 no se empezó a hacer vino en el coto de Vega Sicilia. Todo comenzó cuando Toribio Lecanda compró la finca y cultivó en ella. Entonces se elaboraban brandis y ratafías. El trabajo en la bodega lo heredó su hijo Eloy -1864-, que apostó por plantas nuevas vides y a elaborar nuevos vinos. Su ingenio comenzó a ser reconocido con algunos premios. Pero se podría decir que fue el enólogo Txomin Garramiola quien, a partir del año 1905, puso los cimientos en una manera de hacer vino que se ha mantenido en Vega Sicilia a lo largo de los últimos 100 años:  un largo envejecimiento en madera y una crianza que no bajaba de los siete años. Después de Txomin llegó Jesús Anadón, quien, tras 36 años al frente de la bodega, apostó por la riqueza natural de la finca y la elaboración de vinos únicos, abandonando la empresa de semillas que entonces era propietaria de Vega Sicilia, la empresa Prodes.

La dedicación cien por cien al vino comenzó con la familia Álvarez -actual propietaria-, que adquirió el coto de Vega Sicilia en el año 1982 por pura casualidad. Resulta que fue requerida como intermediaria para vender la bodega a dos grupos interesados en Suiza e Inglaterra, pero finalmente acabó quedándosela. La familia Álvarez decidió que la finca se dedicara exclusivamente a la elaboración de grandes vinos. Aquí comenzó el giro, el cambio, el camino hacia el podio de una de las mejores bodegas del mundo.

Esta es, a grandes rasgos, la historia de Vega Sicilia, y por fortuna acaba de publicarse un libro conmemorativo de su 150º aniversario editado por Turner. Cayó en nuestra redacción uno de los primeros ejemplares publicados. Un gran volumen, de edición cuidada, fotografías a doble página y dibujos pincelando cada capítulo. Una joya, escrita por el periodista Harry Eyres (The Financial Times) y la directora mundial de vinos de Sotheby’s, Serena Sutcliffe, que llegará a nuestras librerías durante este otoño. A través de sus páginas podremos continuar este viaje, un trayecto por la historia de la cultura de nuestro país, del vino de nuestra tierra.

enoturismo


gente del vino