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Venderse por una botella de vino

  • Redacción
  • 2013-03-01 09:00:00

Paso parte de mi no-tiempo libre olfateando historias, entrando y saliendo de blogs, cruzando aceras por las redes sociales. Y parte de esa experiencia virtual otorga una dimensión interesante por el conocimiento y la diversidad de alternativas que se plantean.

Pero hay cosas que también te dejan patidifusa. Trasteando por Internet me encuentro con una web de venta de vinos que en uno de sus apartados dice “prescriptor de vinos”, y una línea más abajo: “¿Te gusta el vino? ¿Sabes de vinos? ¿Te gustaría obtener un sobresueldo aconsejando a los demás o beneficiarte de descuentos de hasta el 50% en tus compras? Te explicamos cómo...”
Claro, empezando así, ¿a quién no le asalta la curiosidad por seguir leyendo? En mi caso casi ni tengo tiempo para sobresueldos y no me interesa lo más mínimo obtener descuentos en compras de botellas por ese método, pero como profesional del vino y los medios de comunicación reconozco que esa frase me sedujo. Después de definir lo que consideran que es un prescriptor -alguien que ejerce influencia positiva en un grupo gracias al conocimiento que posee sobre el producto-, proponen sinergias “lejos del marketing, publicidad y las modas” en las que: “[las bodegas] se benefician de tu labor comercial y tú obtienes un beneficio económico, o en especie, por ello”. Eso sí, dicen que es en pro de la cultura del vino.


¿Por qué los llaman prescriptores
cuando quieren decir vendedores?
Entonces, ¿cómo llegar a ser prescriptor de vinos? “No hace falta ser profesional, te formaremos sobre qué productos o bodegas conforman nuestra plataforma. Recomendarás algunos de los más de 700 productos que te ofrecemos a tu círculo de confianza”, dicen. Quizá estés leyendo esto y te interese. Que sepas que el pacto tampoco es nada del otro mundo. Hasta un 50% de descuento según el volumen de las compras que hagas o un 25% de comisión en las ventas.
Pero lo mejor está por llegar. En el último párrafo, aseguran que “nuestros prescriptores más fieles podrán asistir a las más de 80 bodegas que nos conforman, participar en nuestros eventos, degustaciones, sesiones maridadas, cursos de cata y planes formativos. Al fin y al cabo, con el tiempo, estarás formado para dedicarte a una de las múltiples profesiones que rodean el mundo del vino (comercial, sumiller, brand ambassador, etc.)”. Una foto de un chico con camisa blanca, corbata de rayas rojas y una copa de espumoso en primer plano brindando mientras mira a los ojos del que está leyendo este reclamo es de lo más ilustrativa.


No todo vale
Una cosa es crear una red de ventas basada en tu propio comprador y otra fabricar un “prescriptor de vinos” a medida a cambio de un descuento. Creo que son cosas que nada tienen que ver.
A quien se mueva por las redes sociales o tenga un blog más o menos decente, supongo que alguna vez le habrá pasado que le ofrezcan dinero por escribir sobre un producto concreto. Me han propuesto cosas peregrinas: 50 euros en productos delicatessen de primer nivel por escribir bien sobre todos ellos -y dicen que te han elegido por ser una experta-, que anuncies en la web promociones de regalos y a cambio te dan uno, empresas que sutilmente buscan la manera de “colaborar” con tu web u otras más descaradas que me piden que les “eche una mano”. Hasta me han llegado a ofrecer descuentos en cursos de cata y visitas a bodegas. Debe de ser la edad, ¡me siento mayor para estas cosas!, ¡qué pereza!

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