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1973. Importantes casas comerciales venden productos de otras zonas como vinos de Burdeos. El motivo es que a principios de la década de 1970 empieza a aumentar la demanda mundial de estos productos. Ante el temor de no poder suministrar suficiente vino, los comerciantes compran cantidades excesivas, a precios también excesivos, de la cosecha del 72, inferior a la media. Para mejorar su balance económico, recurren a las mezclas. El escándalo contribuye a que algunas casas comerciales tradicionales desaparezcan o sean adquiridas por grupos internacionales.
1996. Château Pichon-Lalande, un Second Cru classé de Pauillac, debe responder ante los tribunales por una chaptalización excesiva. Según el dictamen de los expertos, a 850 hectolitros de vino de la cosecha de 1991 se les añadió más azúcar de lo permitido, o bien el mosto fue chaptalizado y concentrado, lo que constituye una práctica prohibida.
1998. Sale a la luz que, en la añada de 1995, se añadieron 150 hectolitros de Haut-Médoc al segundo vino de Château Giscours, un Troisième Cru classé de Margaux. Además, algunos vinos de la denominación Haut Médoc fueron mejorados con astillas de roble. Otras tres bodegas y una cooperativa son también condenadas por utilizar astillas de roble.
2002. El siguiente escándalo ya está servido: a mediados de febrero, unos 100 funcionarios de la policía, la inspección industrial y aduanas registran una docena de bodegas y almacenes en Burdeos, todos ellos propiedad del grupo belga Geens. Aparentemente, el objetivo es comprobar el origen y la calidad de los vinos producidos.
