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Fundada a comienzos de los 90 por la familia Arzuaga-Navarro, las bodegas que llevan su nombre son un ejemplo de pasión por la tierra y el vino. A Florentino Arzuaga le gustan los horizontes de Castilla donde aún se conservan espacios en los que la naturaleza y los animales viven libres de perturbaciones. Allí, en Quintanilla de Onésimo (Valladolid), y cerca de un río Duero silencioso, Florentino compró una finca que, por su dimensión, tiene horizonte propio. Luego vinieron las cepas, la bodega y después el vino. Un tinto como a él le gustaba: con esqueleto, pero elegante, rotundo y complejo a la vez.
Florentino Arzuaga lleva en su ánimo la tenacidad del emprendedor, con una rara sensibilidad por la estética y la perfección. A la vez que es un hombre sencillo, también es capaz de situar un tinto que lleva su apellido en la más suntuosas cartas de vinos. Aquí se cuida que los rendimientos sean muy limitados en sintonía con unos suelos de escasa fertilidad y el duro clima castellano, ya que una producción demasiado alta restaría concentración y aromas al vino. La excelente calidad de sus uvas, premisa inexcusable del buen vino,y la pasión por el trabajo, han hecho que sus vinos sean ya unos de los más prestigiosos de la D.O. Ribera del Duero, como podrá constatar el aficionado en el Arzuaga Crianza 2003 que proponemos en esta práctica. La filosofía de la bodega es conseguir un mercado de crianzas y reservas de alta calidad.
Haga su cata y mande el resultado a la redacción de nuestra revista: C/Teruel, 7. Colonia de Los Ángeles. 28223 Pozuelo de Alarcón (Madrid). Los cinco mejores catadores recibirán en su domicilio una caja con 6 botellas de esta prestigiosa bodega.
