- Laura López Altares
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- 2025-05-08 00:00:00
Esta acogedora taberna gastronómica en el centro de Guadalajara, reconocida con un Solete Repsol, busca el disfrute y la sorpresa de sus comensales con una curiosa propuesta culinaria pensada para compartir y una singular carta de vinos "para buscadores de sensaciones nuevas y diferentes".
E n uno de los años más apocalípticos de la historia, mientras se fraguaba una crisis financiera salvaje, Daniel Camarillo abría las puertas de El Buen Vivir–Taberna Gastronómica en el centro de Guadalajara, plantando cara a un torbellino mundial con su pasión desbordante, la misma que le llevó a "colgar la corbata" y abandonar el mundo de la consultoría financiera para perseguir el sueño de su infancia: "Dar de comer a la gente en mi propio restaurante".
En este espacio tan inesperado, acogedor y singular, la sorpresa nunca se agota, desde sus primeros vuelos en aquel convulso 2008 –con una carta "que apenas ocupaba una cuartilla de raciones"– hasta su reconocimiento como uno de los mejores locales "donde comer rico y para todos los bolsillos" según la Guía Repsol, que le otorgó un Solete de otoño en 2021.
El Buen Vivir nació con una misión exquisitamente hedonista: "Crear momentos de felicidad alrededor de la mesa dando valor y difundiendo la cultura gastronómica". Y cuenta Daniel Camarillo que 17 años después –y a pesar de la tormentosa coyuntura económica que los ha acompañado desde el inicio– se mantiene intacta, con una cocina que ha ido evolucionando hacia platos que, "manteniendo la esencia de la cocina casera, ofrecen algunos giros y toques para mantener la curiosidad de nuestros huéspedes".
Casera, pero inesperada
Daniel destaca que esta cocina casera "con raíces locales e inspiración cosmopolita" se elabora cada día "como si de nuestra casa se tratase" y confiesa que huyen de productos elaborados para salvaguardar los sabores de los productos y las armonías que pueden crear con ellos: "Nuestra cocina es también sencilla y de mercado, ya que apostamos por productos de calidad, mirando las estacionalidades e intentando mostrarlos en todo su esplendor, sin enmascararlos ni maquillarlos con elaboraciones demasiado barrocas".
Aunque su propuesta culinaria se basa en crear nuevas versiones de platos tradicionales –como sus Papas revolconas con torreznillos– y recetas más creativas con ingredientes de proximidad –como sus Huevos camperos rotos con boletus edulis y cebolla caramelizada–, también dejan espacio para el juego: "No renunciamos a influencias y estilos foráneos y, de hecho, nuestras cartas incluyen siempre propuestas más exóticas, ya sea por su elaboración o ingredientes". El Jambalaya de pollo y gambones, uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía cajún; o la Hamburguesa Japo, de influencia nipona, son dos divertidos ejemplos.
Para Daniel, es muy importante que todos estos platos se puedan compartir: "El Buen Vivir es un lugar de reunión, de charlas interminables, risas y disfrute en torno a la mesa. En este sentido, nuestra oferta gastronómica se basa en platos al centro, que permiten degustar muchas más opciones y hacen más amena la comida".
God save the wine
Como culminación de ese hedonismo compartido, tienen una sorprendente selección de casi cien referencias de vinos
–una quincena por copas– con las que proponen divertidas armonías estacionales (como sus Jornadas Gastronómicas del Otoño) o cenas-maridaje: "El vino es una de las piedras fundamentales de nuestra casa y, en gran medida, una de las razones de ser de El Buen Vivir", nos explica Daniel.
En esta taberna gastronómica se definen como buscadores de rarezas, "esos vinos de varietales desconocidos, zonas olvidadas o estilos completamente inéditos. Nos gustan las bodegas y elaboradores pequeños, con menos medios, a los que apoyamos dándoles visibilidad. Por eso, la oferta de vinos es muy singular, pensada para los amantes del vino y para los buscadores de sensaciones nuevas y diferentes".
Desde una de las paredes del local, un simpático chimpancé reina (copa de vino en mano) junto al lema God save the wine (Dios salve al vino), toda una declaración de principios. Amante confeso de los espumosos, Daniel Camarillo reza a los dioses del hedonismo y cuida sus raíces: "Nos centramos en los vinos regionales, que ocupan una importante proporción de nuestra carta, tanto de Guadalajara, grandes olvidados pero que poco a poco comienzan a reclamar su lugar en el panorama vitivinícola nacional; como de Castilla-La Mancha, la gran isla vitivinícola que esconde grandísimos vinos a la altura de los mejores de cualquier otra región. Pero nuestra infinita curiosidad y avidez de nuevas experiencias nos lleva a contar con diferentes referencias de allende nuestras fronteras, donde encontramos aromas, texturas y sabores que no nos dejan de sorprender". Y, sobre todo, a esos clientes que han conseguido sacar de su zona de confort "para experimentar nuevas sensaciones con vinos que nunca antes se habrían planteado probar".
Plaza Capitán Boixareu Rivera, 81 (Parque de la Concordia)
19002 Guadalajara
Tel. 949 223 839
www.elbuenvivir.es