Política sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).

Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.

Configuración e información Ver Política de Cookies

Mi Vino

Vinos

CERRAR
  • FORMULARIO DE CONTACTO
  • OPUSWINE, S.L. es el responsable del tratamiento de sus datos con la finalidad de enviarles información comercial. No se cederán datos a terceros salvo obligación legal. Puede ejercer su derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos, así como ampliar información sobre otros derechos y protección de datos aquí.

Nagore Basabe

8D5Q8G6H6P2T9L2L7Q9J9M5H2Q5B7D.jpg
  • Laura López Altares
  • 2021-07-02 00:00:00

La directora comercial de Ramondin, pionera en la fabricación de cápsulas para vinos, nos guía por un universo pocas veces explorado, el de esas 'armaduras' protectoras que también cuentan una historia.


La cápsula de un vino es una suerte de casco, la última defensa de la botella antes de presentar su rendición y revelar lo que lleva dentro. Ramondin, líder en la fabricación de cápsulas para vinos y licores desde 1890, será nuestro faro particular en un viaje iniciático a ese reino de coloridas armaduras y armisticios velados. Su CMO (chief marketing officer), Nagore Basabe, nos cuenta que la cápsula juega un papel fundamental en cómo se relaciona el consumidor con el producto y nos resume brevemente su romántica historia (se dice que fue en la Corte vienesa donde se sellaron las botellas de vino por primera vez): "El acto de abrir una botella de vino es una auténtica ceremonia. Desde el nacimiento de la cápsula en el siglo XVIII (antes se utilizaba cera o lacre), su misión era la de precinto y garantía de inviolabilidad. Posteriormente, la función estética de la cápsula creció por el desarrollo de técnicas de decoración y la necesidad de diferenciación de las bodegas tras el enorme desarrollo de nuevas marcas en la segunda mitad del siglo XX". Y también la suya. Para Nagore, Ramondin ha sido ("y es") un auténtico flechazo a nivel profesional, y lo que más le fascina de su trabajo es la pasión que lo rodea: "El del vino es un mundo de raíces, de manos, de personas, tremendamente visceral. Me encanta cada detalle del negocio que voy descubriendo, cada persona que conozco. Es impresionante lo que hemos construido. Y lo mejor está aún por llegar...".

Una mente creativa
Nagore confiesa que siempre fue muy independiente, con mucha facilidad para los estudios y un acusado sentido de la estética ("no tanto de la mía como de lo que me rodeaba"); pero optó por una carrera técnica, Económicas y Administración de Empresas: "En aquel momento, era una de las de mayor salida profesional. Y esa elección fue premonitoria. Sin embargo, he podido continuar explorando (y explotando) ese sentido de la estética, el gusto por los detalles y mi faceta más creativa en mi carrera profesional en Procter&Gamble y Coty, especializándome en fragancias, productos de belleza y cuidado personal –tanto en lujo como gran consumo–, y disfrutando con cada nuevo proyecto, innovación y procesos que he diseñado e implementado. Me encanta crear".
Hasta entonces, su ingeniosa mente no se había planteado trabajar en el mundo del vino, aunque siempre se había sentido atraída por él: "Tiene muchas similitudes con los perfumes. Notas de salida, corazón y fondo. Ambos despiertan una infinidad de sensaciones y recuerdos en nuestros sentidos", afirma Nagore.  
Cuando surgió la oportunidad de formar parte de Ramondin, una empresa con 131 años de historia y más de 6.000 clientes en todo el mundo, sintió esa emocionante mezcla de ardor y vértigo –esa que nos grita que es ahí– que acompaña a los grandes retos de una vida: "Da un poco de vértigo pensar que hemos estado presentes en esta maravillosa industria durante tres siglos distintos, pero por otro lado es una de las razones de nuestro éxito". La directora comercial de Ramondin cree que el propósito de innovación y mejora continua y la búsqueda de soluciones para sus clientes no ha cambiado nada en estos 131 años, y sostiene que eso es justo lo que los hace diferentes: "Como dice nuestro lema: Pure Care, Pure Trust".
 Aunque la esencia de esta compañía no haya cambiado, el mundo nunca deja de hacerlo, y su historia está llena de hitos y primeras veces: "Si nos fijamos solo (y digo solo) en los últimos 40 años, la invención de la cápsula de estaño en 1992 fue muy relevante, y sigue siendo la alternativa preferida en los segmentos de vino y licores prémium".
 
 Forjadores de 'armaduras'
Como explica Nagore, la demanda actual está claramente orientada a la sostenibilidad. En Ramondin fueron pioneros con el desarrollo de las tintas al agua en 2003, y han seguido impulsando productos en esta línea: "En la gama alta de vinos, la utilización de estaño está más que asentada, un material de una sola pieza y 100% reciclable, decorado con tintas al agua. En los segmentos más extendidos hacía falta una respuesta a la utilización de cápsulas con plástico, y por ello en 2018 lanzamos la e-cap, la primera cápsula de dos piezas 100% libre de plástico y cuya utilización ya es habitual entre nuestros clientes", recuerda. En los últimos años también han comercializado una gama de cierres adaptables y sostenibles muy innovadora, Inspiral, exclusivamente dedicada a tapa rosca: "Este producto, a diferencia de la cápsula, está en contacto directo con el vino; de ahí su rol fundamental en el mantenimiento de la calidad y atributos del mosto durante su estancia en la botella, siendo un elemento crítico en la cadena productiva", señala Nagore.
Las cápsulas tienen el poder de enriquecer la historia de un vino, de hacer que nos imaginemos su relato; hay que tocarlas para desarmar a la botella, suponen el primer contacto físico con ese terrenal objeto de deseo y aportan un atractivo sensorial añadido. Por eso es tan importante conocer el mensaje que hay dentro de cada botella y saber elegir entre todas las posibilidades que ofrecen las técnicas decorativas actuales (materiales, colores, acabados...): "En Ramondin siempre hemos entendido que nuestra propuesta de valor pasa por ofrecer al cliente un servicio end to end. La bodega confía en nosotros como un socio que le puede ayudar en todas las fases: desde el diseño, elección de materiales, plazos e incluso ayuda técnica para la correcta aplicación de la cápsula en su línea de embotellado. La botella de vino es un conjunto donde, al igual que en el vino, la armonía debe primar. Por ello debemos entender qué quiere trasmitir la bodega con esa marca, y diseñar la cápsula sabiendo que el vidrio y la etiqueta son nuestros compañeros de viaje. El efecto final es lo que importa", destaca Nagore.
Para alcanzar su principal objetivo, añadir valor a la cadena de la elaboración y comercialización de vinos y licores, Ramondin se centra en encontrar aquello que potenciará la singularidad de sus clientes: "Entendemos perfectamente la presión a la que están sometidos para culminar sus ventas en un mundo globalizado y con una oferta casi infinita a disposición de los consumidores. Debemos entender que esta diferencia plantea necesidades distintas y aportar soluciones adecuadas para cada caso. Y esto es lo que ha impulsado y enriquecido nuestra historia en común", concluye. Una historia con millones de armaduras por delante.

enoturismo


gente del vino