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Patricia Regidor

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  • Laura S. Lara, Foto: David G. Coca
  • 2022-12-06 00:00:00

Con el corazón dividido entre la jota y la electrónica, Patricia Regidor se ha hecho un hueco en la comunicación del vino con Pintan Copas, la agencia desde la que se esfuerza por transmitir el alma de las bodegas con un lenguaje basado en la pasión y la cercanía.


E studió Periodismo por vocación absoluta, le gustaba viajar y nunca pensó dedicarse al vino. Patricia Regidor no viene de familia de viticultores ni de bodegueros, pero en Valladolid era difícil no tener una relación con el vino. Su padre fue agricultor, y a la hora de la comida siempre había una botella en la mesa. "Como me tiraba la comunicación corporativa y las relaciones públicas, empecé a hacer prácticas en la Cámara de Comercio de Valladolid, en el gabinete de comunicación, y allí conocí el Curso de Sumiller", recuerda la fundadora de Pintan Copas. "No tenía muy claro qué hacer después de acabar la carrera, porque soy una persona a la que le gustan muchas cosas, tengo muchas frikadas". Se refiere a sus inquietudes, un abanico de intereses de lo más ecléctico que define una personalidad curiosa por naturaleza. Patricia baila jotas desde los tres años, pero no podría elegir entre el folclore y la música electrónica si tuviera que hacerlo. Ella es auténtica, toda verdad. "La parte cultural del vino me transporta al mundo rural, a la tradición y a las costumbres, y eso es lo que me ha llamado siempre la atención", comenta. Por esa razón, decidió hacer el Curso de Sumiller en 2010. "Vi un filón, un nicho de mercado que no estaba cubierto y que se necesitaba. Siempre se oía hablar de las mismas bodegas, y hay un sinfín de denominaciones por descubrir. Para mí, hacer el curso me supuso otra manera de viajar". Acababa de encontrar su sitio. En aquel momento, no había ninguna agencia de comunicación especializada en vino en Castilla y León. Aunque antes de poder poner en marcha su propio proyecto, la vida le tenía preparada otra sorpresa. "Me llamaron de Belondrade para trabajar en comunicación de la bodega, tenía 23 años y fui a la entrevista tal y como era yo", cuenta entre risas. "No entendía lo que significaba Belondrade, no conocía a Didier, y aparecí con mi pendiente en la nariz y el pelo rapado por un lado. Pensé que no me iban a entrevistar", bromea. Sin embargo, entró en la sala y consiguió el empleo. "Estuvimos reunidos toda la mañana, hablando en español y en inglés, me preguntaron por mis aficiones y yo veía que les explotaba la cabeza, pero me cogieron y estuve con ellos tres años como responsable de Comunicación y Marketing". Patricia Regidor narra esta historia con mucho cariño, asegura que nunca tendrá suficientes palabras para agradecer la oportunidad que le brindó Didier Belondrade. "En el mundo del vino no he tenido problemas por ser mujer, pero sí por la juventud y por el aspecto, para mí esos años fueron como hacer un supermaster".
Tras su periplo en La Seca, llegó el momento de emprender. "Didier me lo vio en la cara, me dijo que sabía que yo quería montar algo por mi cuenta y me apoyó todo lo que pudo. Nada más irme de Belondrade, sin tener aún la agencia en marcha, Richard Sanz, de Menade, me dijo que le enviara una propuesta para trabajar conmigo. Y seguimos juntos ocho años después". Y así, con una bodega del calibre de Menade como primer y único cliente, nacía Pintan Copas. Habrá quien diga que tuvo suerte, pero la vallisoletana llevaba años definiendo un perfil atípico en aquel entonces. Periodista, sumiller, con una idea rompedora de la comunicación del vino y un entusiasmo que sigue manteniendo desde entonces. Regidor lo tenía todo para triunfar, y lo hizo. Desde 2014, su agencia no ha dejado de crecer. "Empecé yo sola, y ahora somos tres personas: tres mujeres y nuestro fotógrafo, tres y medio. Actualmente contamos con una docena de clientes, bodegas, rutas del vino, consejos reguladores y distribuidoras de la zona de Rueda, Ribera del Duero, Cigales, Toro, prácticamente todo el territorio de Castilla y León, y también Navarra". Aunque no todo el camino ha sido fácil. "En 2017 le detectaron a mi padre una enfermedad muy complicada. Ahora está bien, pero de repente me vi en el hospital con el ordenador, consumida completamente por el trabajo, y cambié el chip. Empecé a decir que no, a dar plazos, a que no todo es para antes de ayer, a que las cosas se piden por favor, a que si tienes mails por contestar no pasa nada. Pero sigue costando". Tras ocho años metida de lleno en el vino, Patricia observa una evolución en el sector. "Las bodegas por fin se han dado cuenta de la necesidad de comunicar, pero siguen sin querer gastarse el dinero, y eso es inviable. Se tiene que valorar más económicamente nuestro trabajo", defiende. "Las redes sociales han facilitado que bodegas de todos los tamaños tengan un altavoz de cara al cliente, pero no es solo subir fotos a Instagram, hay que definir una imagen, tener una estrategia, hacer las cosas bien". Le preguntamos si es mejor trabajar con una cuenta pequeña o con una grande: "Es mejor tener de todo. Vinos de mucho prestigio y vinos que se venden en el supermercado, siempre priorizando la calidad. Lo vimos en la pandemia, la gente empezó a comprar vino en el súper. En su momento me di cuenta de que era un error trabajar únicamente con lo que a mí me gusta. Todos los proyectos son interesantes, mi trabajo es precisamente mostrar su alma y dirigirla al público más adecuado". En este sentido, la líder de Pintan Copas apunta que todavía falta profesionalización en el segmento de la comunicación del vino. "Falta información de calidad. Incluso los influencers deberían formarse un poquito mejor y saber de lo que están hablando".

Tendencias, según para quién
"Los que estamos dentro del vino nos pensamos que Jerez está de moda, pero la mayoría no sabe diferenciar entre un Verdejo y un Tempranillo. Las tendencias son para los que ya estamos iniciados, y aquí sí vemos que llaman la atención los proyectos pequeños, las variedades diferentes, etcétera. Somos un poco ególatras al pensar que todo el mundo tiene que entender lo que nosotros explicamos", reflexiona. El mejor ejemplo lo encuentra en la querencia actual por acercar el mundo del vino a los jóvenes. "La gente joven lo único que quiere es ligar y encontrar trabajo, les importa tres narices si tú aras con mulas o tienes cubierta vegetal en el viñedo. Los jóvenes están sin un duro y tienen otras preocupaciones. Pero luego hay gente de mayor edad que no bebe vino y creo que ahí es donde sí hay que dirigirse". Comunicar e invertir en comunicación para llegar a este sector de la población es fundamental para cualquier bodega. "Una agencia especializada ayuda a una marca a posicionarse, pero también a entender qué lugar ocupa en el sector, saber cuáles son sus cartas dentro de una competencia global. Desde Pintan Copas trabajamos en equipo con las bodegas partiendo de la cercanía, creo que ese es nuestro valor añadido". Sobre el hecho de estar instalados en Tudela de Duero, ni en Madrid ni en Barcelona, la percepción de esta profesional ha ido cambiando a lo largo de los años. "Al principio identifiqué como un problema no estar en la pomada, como dice un amigo; luego lo vi como un reto: ¿por qué tenía que estarlo? Y ahora me parece una oportunidad. Las bodegas están vendiendo la vuelta al mundo rural, el valor de los pueblos, el origen... Y en ese sentido, la deslocalización puede jugar a mi favor".
A los que, como ella, buscan hoy emprender en la comunicación de vino, les aconseja que se especialicen y que trabajen antes en el sector. "Es algo que yo tenía claro desde el principio, que antes de montar mi agencia tenía que conocer el sector desde dentro para poder hacerlo bien. Yo, de un asesor de enoturismo que me dice que no ha hecho una visita a una bodega en su vida, no me fío. Tienes que saber de lo que hablas desde dentro para entender por qué si se estropea una prensa un día antes de la vendimia el cliente no te va a coger el teléfono. Si no has estado ahí antes, podrás montar una empresa y tener éxito, pero no lo vas a hacer con cariño". Patricia nos cuenta que, aunque no le sobra el tiempo precisamente, se ha matriculado en un máster de gestión y actividades turísticas porque piensa que queda mucho por hacer en ese aspecto. "Desde las instituciones se hacen muchas acciones relacionadas con el turismo del vino, pero no se termina de rematar. Hay que darle una vuelta al tema de la comercialización y buscar más el lado humano de las cosas". Ahí falta algo, advierte. Sí, falta la Regidor.

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