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Meritxell Juvé

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  • Laura S. Lara
  • 2023-03-30 00:00:00

Con menos de 40 años, Meritxell Juvé es la primera mujer al frente de Juvé & Camps. La cuarta generación de una de las familias más importantes del mundo del cava recoge el testigo con ilusión y templanza, consciente del valor de la tradición y con una mirada abierta a los nuevos tiempos.


Es la primera mujer al frente de la empresa en la historia de la compañía y la CEO más joven en el sector de los espumosos en España. Ahí es nada. Pero Meritxell Juvé recoge en realidad el testigo de una larga tradición familiar en la que las mujeres ya tenían un lugar destacado. "Nos llamamos Juvé & Camps porque mi bisabuela era Camps y montó el proyecto junto a mi bisabuelo", puntualiza. "Tengo un equipo estupendo y tanto el personal como la familia me apoyan muchísimo. Cuando todos los elementos están volcados en un mismo proyecto, una no puede hacer más que trabajar con ilusión y responsabilidad". No queda otra que tirar para adelante con vocación, defiende Meritxell Juvé, a quien le salieron los dientes en la viña, como quien dice. Siempre supo que se acabaría dedicando al vino, lo que hacían sus padres le fascinaba desde pequeña y, aunque hubo un momento en el que dudó sobre su futuro profesional, como cualquier adolescente, la vacilación duró poco: "El vino siempre ha estado presente en mi vida. No recuerdo vacaciones como tal, todos los veranos estábamos en el campo, y en invierno estaba en la bodega o acompañando a mi padre a ver a clientes". Su entrada en el negocio familiar fue natural, como suele pasar en esos casos en los que la tradición se hace omnipresente. No en vano, tras estudiar la carrera de ADE y un MBA en Barcelona, se formó en política y estrategia comercial y marketing asiático en Singapur y, de vuelta en España, hizo un Máster de Viticultura, Enología y Marketing del Vino, preparándose a conciencia para recibir y mantener el legado familiar. "El vino es un estilo de vida, sobre todo cuando está en tu casa. Porque es todo lo que te rodea. A mí me cuesta mucho separar el momento en el que todo sucedió. Lo que sí puedo decir es que cuanto más he trabajado dentro del mundo del vino, más me ha acabado gustando". La fuerza de la vocación. No puede ser de otra manera cuando naces con un apellido ligado a la historia del Penedès desde hace más de 200 años. Un orgullo, pero también una responsabilidad, que Meritxell Juvé asume como tal "dependiendo del día". Porque detrás de un proyecto como el suyo hay muchas cosas, familias, viticultura, historia, etcétera. "La responsabilidad es bonita, se suele vivir como algo negativo, pero yo solo puedo estar agradecida, para mí es un reto". Juvé comenzó como adjunta a la presidencia de la compañía o, lo que es lo mismo, siendo la mano derecha de su padre. "Yo iba siempre con él y aprendía mirando lo que él hacía; luego hice un recorrido y pasé por todos los departamentos de la empresa, desde exportación hasta marketing, siempre ayudando a los responsables, sin ningún cargo de responsabilidad. Esto me permitió hacerme una idea general de un sector que toca todo: el campo, la industria, el cliente final. Fue muy enriquecedor y pude descubrir dónde me sentía más cómoda". Salir de la zona de confort ha sido muy importante en su aprendizaje, asegura la CEO de Juvé & Camps.


El regalo del conocimiento
En 2021, el centenario de la bodega se vio comprometido por una pandemia mundial, pero nunca es tarde para celebrar un aniversario de estas características. "Mal momento para cumplir 100 años", bromea Meritxell. Sin embargo, han realizado diferentes actividades para dar visibilidad a un hito. En 1921, sus bisabuelos elaboraron el primer espumoso de la marca en las bodegas subterráneas de la casa solariega de Sant Sadurní d'Anoia, un momento que marcó un antes y un después para la empresa. "Ellos eran comerciantes de vino, seleccionaban las mejores parcelas de la comarca y lo vendían como intermediarios. Pero ese año empezaron a elaborar bajo su propio sello, que se convertiría en el sello familiar", explica la heredera. "Después de tanto tiempo, ver cómo se valora fuera el trabajo que se ha hecho en tu casa a lo largo de tres generaciones y cómo hemos contribuido a posicionar los espumosos de alta gama en este país ha sido el mejor regalo. Me quedo con todo el cariño recibido en estos festejos, que nos va a dar energía para los 100 próximos años".
Con la vista puesta en el futuro, Juvé habla de los próximos objetivos de la empresa: "El principal es seguir contribuyendo a crear valor dentro del sector de los espumosos de alta gama, ahora sí con vocación de crecimiento fuera de nuestras fronteras. La exportación sería el siguiente reto, junto con la digitalización". Tres líneas de negocio bien definidas que surgen como respuesta a una demanda creciente por parte del consumidor. "El cliente cada vez sabe más, y esto es muy bueno para marcas como la nuestra. Ese conocimiento más grande del mundo del vino y de los espumosos nosotros lo vemos como un regalo, porque nos permite explicar mejor lo que hacemos. Es un consumidor que quizá gaste menos, pero gasta de más valor, que tiene criterio, sabe lo que bebe, y eso nos da la ilusión necesaria para continuar trabajando".


Conservar y enamorar
El cava Reserva de la Familia es, sin duda, el espumoso más icónico de Juvé & Camps. Un vino especial que, aunque a priori no iba a salir de la bodega, a día de hoy es un éxito de ventas. "Mucha gente nos dice ‘oye, qué nombre más comercial’. Y de comercial nada, es que era la reserva para la familia, literalmente, y no se planteaba comercializarlo porque su perfil ni se ponía encima de la mesa por aquel entonces". Sin embargo, atendiendo a los expertos que tenían la suerte de degustarlo a puerta cerrada y le auguraban un buen lugar en el mercado, se decidieron a probar suerte. "Fue el éxito más rotundo de la casa, y 40 años después lo sigue siendo. Está consolidadísimo como el espumoso de gama alta que más se vende en España. Mi padre siempre dice que ‘cuesta más conservar que enamorar’, y haber conservado ese enamoramiento durante cuatro décadas, generación tras generación, con un mismo vino, un Gran Reserva Brut Nature con las tres variedades clásicas de la denominación de origen (Macabeo, Xarel·lo y Parellada) es todo un logro".
La clave está en la regularidad de la calidad de la elaboración, advierte Juvé, uno de los principios de la casa: "Saber dónde había que innovar y dónde mantener lo que somos". Si siempre hay un vino que define la forma de hacer de cada casa, este sería el de Juvé & Camps. "Nosotros siempre hemos creído en la larga crianza, en el brut nature y en las variedades icónicas de la Denominación; qué bonito que el mundo vaya hacia donde tú considerabas que tenía que ir", presume la bodeguera. No hay mejor herencia para las generaciones venideras. Aunque todavía queda mucho trabajo por hacer para avanzar hacia otros derroteros, como por ejemplo en materia de conciliación y visibilidad. Con una niña de dos años y otro en camino, Meritxell Juvé destaca que la mujer tiene todavía un plus de dificultad que superar y eso es una realidad también en el mundo del vino. "Ser madre trabajadora es un mérito hoy en día, es muy complicado y cada una lo hace como puede. Yo he visto a mujeres de mi familia trabajar muchísimo y tengo compañeras enólogas, comerciales, de todos los ámbitos, que siguen esforzándose sobremanera para conseguir su reconocimiento dentro del mundo del vino. Todas somos conscientes de que hay mucho camino por recorrer, pero ya se ha hecho un trabajo tremendo en este sector, como en tantos otros, en los últimos diez años, y finalmente tenemos la visibilidad que realmente merecemos".

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