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Museum: Larga experiencia para nuevos tintos

  • Redacción
  • 2009-04-01 00:00:00

Los cantos rodados de un río prehistórico y el cascajo diseminado por estas alturas de Cigales reflejan el sol y garantizan con su luz y calor la perfecta madurez de la uva. El viento que acaricia incansable el cerro de Finca Museum es un seguro de salud de las plantas. Lo demás es experiencia vitivinícola de la casa y buenas dosis de ingenio tecnológico. ¡Qué cuatro patas para un gran vino! Cuando allá por el año 97 la sólida firma Barón de Ley entra en bolsa, decide extender sus dominios más allá de Coto, de Máximo y, en general, mas allá de La Rioja, donde consolidaron su fama. Pusieron los ojos en la otra típica Denominación de tintos, en la Ribera del Duero. Y así fueron acudiendo a Castilla como expedicionarios, como descubridores, el enólogo, Gonzalo Rodríguez, y como ingeniero agrónomo el director, Tomás Jurío, y hasta compraron 25 hectáreas de viña en Olivares de Duero. Recorrían el entorno, se encaramaban a los cerros para otear las viñas, se agachaban para estudiar los suelos y recalaban en los bares de pueblo, desde Burgos a Valladolid, para hablar con los vecinos frente a un vaso de vino. Y como la frontera no es un muro, descubrieron un poco más allá, en tierras de Cigales, un terreno ideal: cascajoso, avaro, soleado, ventoso... y en la copa unos vinos potentes y prometedores. El hallazgo merecía una prueba, de modo que, con un viticultor local y su viña vieja, elaboraron en una bodega prestada la vendimia 99 y guardaron las barricas en la recoleta ermita de Cigales. La espléndida realidad El resultado es mejor expresarlo con sus palabras: “Una hermosa tarde de primavera del año 2000, en el monasterio que Barón de Ley tiene en Mendavia, se descorchó la primera botella del Museum 99. Sus intensos aromas a fruta negra y su extraordinaria elegancia nos estaban diciendo: adelante”. Hoy la Finca Museum, presidida por una encina milenaria y por la dama-viña de bronce, la escultura alegórica de Víctor Ochoa, reúne otras cuatro fincas y suma 72 hectáreas que eran de cereal y almendro. Así, recuperan su más antigua historia, la viña de tiempos prefiloxéricos. Se plantó con Tempranillo -Tinta del País-, con esquejes seleccionados en la zona. El resto, hasta 150 hectáreas, es viña vieja de Cubillas, justo lo que venían buscando, cepas en vaso sobre suelo de cascajo variado que, como el de la finca, reflejan la intensa radiación del sol castellano y templan y maduran desde abajo los racimos. Una bodega a medida Tomás se asentó en la zona desde el primer momento para seguir al detalle la construcción de la nueva bodega que, igual que la de Barón de Ley, está diseñada al detalle por ellos mismos, atendiendo a sus necesidades y basándose en la propia experiencia y en el gusto personal, no como un escaparate de firma sino como una casa donde hay que vivir y trabajar. Y eso se nota en los materiales nobles, en los mármoles elegidos en una cantera de Alicante y tallados al milímetro para dar forma, por ejemplo, a una escalera caprichosa. O en las robustas maderas finas, o en las celosías que ocultan discretamente la maquinaria exterior sin robar ventilación. Y, sobre todo, se hace patente en la generosidad del espacio, crecedero, que hoy les permite acoger espectáculos y público con un talante de anfitriones y de enoturismo. El mismo cuidado se refleja en el utillaje, en las zonas de elaboración: un suelo siempre pulcro y duradero, unos depósitos chatos, con igual diámetro que altura y con doble camisa de refrigeración, lo que favorece la precisión de la temperatura de maceración y fermentación de la uva, con la ayuda de una bomba de remontado fija en cada uno de los depósitos. En la sala de barricas conviven excelsas tonelerías, diferentes robles y tostados para que Gonzalo, el enólogo, pueda combinar a placer hasta dar forma al vino definitivo. Como curiosidad ingeniosa, la línea de limpieza de barricas dedica la primera hora de cada jornada a lavar un tonel con fondos de cristal. Así comprueban que la máquina funciona bien y la presión del agua caliente accede a cada rincón de la vasija. Así se miman el Museum, en roble americano y francés durante 18 meses, y el Museum Real, de viñas de más de 70 años, con 24 meses de roble francés nuevo. Como las mejores obras de arte del museo. museum Ctra. Cigales- Corcos, Km. 3 47270 Cigales (Valladolid) Tel. 983 581 029 Fax: 983 581 030 www.bodegasmuseum.com

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