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Restaurar, recrear: trabajo divino

  • Redacción
  • 2006-01-01 00:00:00

O Barco, corazón de Valdeorras, ha crecido sobre la riqueza de la pizarra. La misma que acuna la uva y regala la elegancia y la profundidad mineral a los godellos de Godeval. l trayecto por las corredoiras desde O Barco tiene algo de mágico, el bosque cerrado solo cuela lunares de sol, y los jirones de niebla juegan al escondite tras los troncos. El sonido del río, al fondo del profundo puente, es el bordón para las notas altas de los pájaros, para el ritmo sin ritmo de las castañas que se despeñan al suelo. Y al final, en donde la ladera se hace valle, en un claro donde se asolea la viña, se alza una sólida espadaña, un pulcro techo de teja vieja, un arco bordado en rojo y una acogedora casona de piedra, la que fue el monasterio templario de San Miguel desde antes del S. XIII. Después de siglos de esplendor y otros tantos de decadencia, el Monasterio de Xagoaza revive en cuerpo y espíritu. Sus piedras se restauraron con puntillismo y autenticidad y, a la vez, en sus entrañas se gesta anualmente la vida de un vino autóctono, original, refinado y exquisito. La prestigiosa revista Wine Spectator ha rastreado el mundo entero a la busca de los mejores vinos con un coste inferior a 12 euros. Entre los seleccionados figuran 10 vinos españoles, y el primer puesto lo ocupa el Viña Godeval 2003 (88 puntos), del que los catadores destacan el trabajo que realiza la bodega con la variedad autóctona Godello, obteniendo un vino refrescante, mineral, cítrico, con delicados aromas a manzana verde. El Godello es ya, como reza su eslogan, “emblema de una tierra”, de la gallega Denominación de Origen Valdeorras. Ya por entonces, por la baja Edad Media, había aquí vino, imprescindible para consagrar en la misa. Pero poco a poco las plagas minaron la Godello, uva delicada, de la que apenas se conservó el 5% de una plantación en la que cabían híbridos y, sobre todo, uvas foráneas más resistentes. Corría 1975, y esos vinos a granel se vendían a 12 pesetas. Pero de Castilla llegó un joven ingeniero agrónomo capaz de soñar, y con la sabiduría y la tenacidad para convencer. Horacio Fernández defendía que otro vino era posible, convenció a Honorato López Isla, su vecino, siempre dedicado a la gran empresa, como Fenosa, pero curioso impenitente. Y lo demostraron cuando aquel vino pionero recibió el aplauso del mercado al escandaloso precio de 250 pesetas. La vieja bodega Empezaron por restaurar viñedo, recuperar la Godello buscándola en toda Europa, informar a los viticultores, fomentar campos experimentales y bodegas de seguimiento. Probaron a vinificar en barrica de castaño parafinada, hasta que en el 85 se imponen las cubas de acero, la fermentación controlada a 18º C... En 1989 se funda oficialmente la bodega y empieza a renacer el conjunto sobre sus ruinas. Los gruesos muros serán la mejor protección para el vino, incluso en este raro microclima donde la canícula supera los 35º C y obliga a vendimiar sólo por la mañana, para preservar la frescura de las uvas. Viña Godeval elabora exclusivamente con la uva de producción propia, recolectada en sus 17 has. de viñedo, de más de 15 años, situado en pronunciadas laderas de suelos pizarrosos, como el del Oporto, imposible de mecanizar. Elaboran al año unas 150.000 botellas de Viña Godeval, más una experiencia de la última vendimia, un Cepas Vellas del que solo han quedado 1.500 botellas para el mercado nacional, ya que la mayoría se exporta a 20 estados de EE.UU. El uno es vino para sentir, deslumbrante, explosivo sin perder su elegancia. El otro, con la profundidad de la viña vieja, es vino para pensar, para entenderlo y hablarlo, como copa frente a la chimenea, y para dejarlo durar y perdurar, sin prisa. La pureza pionera La empresa está justamente orgullosa de que la pureza del proyecto primitivo -la romántica defensa de una uva local y de la calidad del vino- se ha preservado inmutable hasta hoy, sin contaminar por presiones mercantilistas. Y de que, a la vez, la bodega se convirtiera en un referente ejemplar, un modelo capaz de extender evangélicamente su buena nueva y de atraer actualmente a lo más granado de la enología española. Y eso a pesar de que las instituciones gallegas eclipsan godello y Valdeorras frente a otras de sus variedades y D.O. Pero quien lo prueba y lo conoce no podrá olvidarlo. Bodegas Godeval Avda. de Galicia, s/n O Barco de Valdeorras 32317 Orense Tel. y Fax 988 32 53 09 godeval@godeval.com www.godeval.com

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