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Bodega Juan Alcorta. Nueva vida, viejo vino.

  • Redacción
  • 2004-01-01 00:00:00

Más que una mudanza, más que una adaptación, la nueva bodega de Campo Viejo es una vanguardista creación a medida de las necesidades y de los tiempos. Se ha preservado el espíritu, y la memoria de un fundador, Juan Alcorta. Como en un fantástico sueño, como en en una deslumbrante película expresionista, las formas, los volúmenes, el sentido de la medida, se descoloca incluso antes de atravesar la puerta. Ya las revueltas de la carretera para ascender al cerro excitan la fantasía. Y arriba, en la meseta abierta a todos los puntos del horizonte, sobre el valle del Ebro, entre las cepas trazadas con tiralíneas, sobre la tierra rojiza sembrada de jara, juega al escondite una construcción que supera los 45.000 metros. ¿Como se escamotea ese volumen, el imprescindible para las necesidades de la bodega, para elaborar 30 millones de litros, para recibir la uva de 1.900 has. de viñedo, para dar cobijo a 70.000 barricas y acunar el sueño de seis millones de botellas? Ese fue el reto del arquitecto, de Nacho Quemada, un visionario joven pero ya plenamente reconocido que ha colaborado con Moneo en obras como el Kursaal de San Sebastián o el museo de Estocolmo. Aquí se trataba de trasladar la bodega Campo Viejo desde su emplazamiento histórico en el centro de Logroño hasta un emplazamiento ideal e idílico en las afueras, donde se ha rebautizado con el nombre de uno de sus fundadores, Juan Alcorta. La finca es una meseta de 37 has., elevada a unos 130 m. sobre el valle, sobre la ciudad, circundada de vegetación, encinas y monte de secano, y sembrada de viña desde hace veinte años. El proyecto arquitectónico revela tanta atención a las necesidades de una inmensa bodega como a la estética del paisaje. De ahí que buena parte de los dos edificios que componen el puzzle de la construcción y que alcanzan entre 7 y 16 metros de altura se enraízan en las profundidades, se asoman al cielo a través de patios interiores y se recubren púdicamente con tierra y naturaleza. Incluso las fachadas someras se mimetizan con la tierra a base del “trampantojo” de colorear el hormigón en tono terroso y reproducir con líneas en relieve, con el juego de luces y sombras, los estratos del paisaje circundante. Cantidades astronómicas Pero la compleja construcción no ha pretendido exclusivamente un fin estético. Reproducir la antigua tradición de bodegas subterráneas tiene aquí el sentido de mantener la temperatura ideal minimizando el acondicionamiento artificial y, a la vez, conducir uva y vino con la inestimable ayuda de la gravedad, de modo que sigan su curso en todos los pasos de la elaboración con el mínimo esfuerzo, con el máximo cuidado. Elena Adell, la enóloga, contempla y muestra con arrobo su criatura, los ingeniosos detalles que ha tenido que diseñar al unísono con los ingenieros y arquitectos, las soluciones para manejar con mimo cantidades astronómicas, 400 has. de viñedo propio y el resto, hasta 1.900, controladas, buena parte de las 3.560 que la firma absorbe en D.O. Rioja. Es ella, con los técnicos de campo, quien ordena la entrada de cada racimo en la trepidante e interminable vendimia, supervisa la cinta móvil de selección, distribuye la actividad de los 327 depósitos con doble camisa de frío y calor y cata a diario el resultado de cada uno. Y después de la vorágine, la calma. Tras los jaulones que encierran 6 millones de botellas se esconde la visión culminante, la sorpresa de una bellísima sala de barricas donde, paso a paso, la tenue luz va rescatando el orden en que se apilan 70.000 barricas donde maduran los tintos -Viña Alcorta, Marqués de Villamagna y Campo Viejo- el juego clásico o novedoso de la Tempranillo, la Graciano, la Mazuelo, la Garnacha y alguna más para fermentar un blanco muy especial, el inesperado esplendor de la Viura. La sala de cata, arriba, la barra y los dos comedores, en la luminosa zona social, permiten degustarlos a punto, comparar el homenaje al gusto histórico y el descaro de la firma de autor en las nuevas obras, y siempre, siempre, la perfección para la que ha sido dispuesto este joyero, esta eficaz, hermosa y a la vez humana y faraónica obra. Bodega juan Alcorta Camino de Lapuebla, 50 La Rad de Santa Cruz 26006 Logroño (La Rioja) Tel. 941 279900 Fax 941 279901 info@byb.es www.byb.es

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