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Matarromera: 25 años de excelencia

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  • Redacción
  • 2013-11-04 09:48:59

600 invitados acompañaron a Carlos Moro para apagar las 25 velas del cumpleaños de Matarromera. Pero sus deseos ya se habían cumplido: consolidar uno de los proyectos enológicos más completos de este país y, como guinda, el reconocimiento comercial y el del prestigio, como el Premio Internacional al Mejor Modelo de Negocio en la categoría de Innovación.

El pasado mes de septiembre Matarromera cumplió 25 años, pero el origen de lo que hoy es Grupo Matarromera se remonta a siglos atrás. Su fundador, Carlos Moro, proviene de una familia que siempre ha estado ligada al mundo del vino. Sus antepasados desde el siglo XII ya cultivaban las viñas con el mismo esmero y la misma pasión que Carlos Moro comenzó a mostrar desde la primera juventud. Y aunque su vida profesional ha pasado por sectores como la aeronáutica, en 1988, se consolidó su vocación en el mundo del vino con la construcción de la bodega Matarromera en la falda de la ladera norte del valle del Duero.

La ubicación es el terroir perfecto para la elaboración de tintos donde predomina la variedad Tempranillo o Tinta del País, a la que favorece el clima continental de la zona, los contrastes climáticos durante el año, con inviernos muy fríos y los veranos muy calurosos, incluso con sensibles oscilaciones entre el día y la noche.

Con estos ingredientes nació Matarromera, la piedra angular de lo que hoy es un proyecto empresarial sustentado en el viñedo, el vino, la investigación, el enoturismo y la innovación.

El edificio se alzó en 1988, pero no es hasta 1994 cuando elabora su primera cosecha, con tal acierto que una de sus marcas fue elegida como Mejor Vino del Mundo ese mismo año, con lo que consiguió desde sus inicios, además de una lluvia de premios nacionales e internacionales, un posicionamiento envidiable en el competitivo mercado del vino.


Ancha es Castilla

En 1995, Matarromera extiende sus dominios en la Ribera del Duero con el nacimiento de Emina, que se ha convertido en una de las bodegas clave de la Milla de Oro de la Ribera, y donde se ha cimentado el concepto de vinos de excelencia y elegancia.
Diez años después se inauguró el Centro de Interpretación Vitivinícola Emina en San Bernardo. Un edificio transparente, luminoso, frente a un jardín de variedades plantado en 2005 y con un didáctico museo que relaciona el Duero con el vino y está abierto a recibir visitas de enoturismo a lo largo de 362 días al año. Es decir, las puertas están siempre abiertas, excepto en Navidad, Año Nuevo y el 15 de agosto, día de la patrona del pueblo.

Emina, más que una bodega, es un grupo de actividades y productos muy diversos: destilería, vinos en Rueda y Medina del Campo, el primitivo de Ribera del Duero, aceite de oliva, un hotel rural, una planta para elaborar vino sin alcohol y una línea de cosmética natural que ha nacido de la investigación y materia prima propia, ya que descubrieron que, después de destilar, el hollejo conserva el 30% de polifenoles que ahora convierten en cosmética y alimentación especial.

El siglo XX finalizó con la implantación del Grupo Matarromera en la D.O. Cigales, con la Bodega Valdelosfrailes, una nueva apuesta por los vinos tintos de guarda que en poco tiempo se ha convertido en la referencia de esta joven y prometedora D.O.

El año 2000 supuso un momento especial. Se constituyó la Bodega Rento (D.O. Ribera del Duero), ubicada en la antigua casa del Marqués de Olivares, en la localidad del mismo nombre. Rento (abreviatura de Renacimiento), desde sus orígenes dio un giro en el concepto de vino de calidad. Es un vino de mimo, un vino de autor de escasa producción, que surge de las mejores uvas y envejece en las mejores barricas de roble francés seleccionadas a los más prestigiosos toneleros.

Con los mismos parámetros de exigencia y calidad autoimpuestos desde sus inicios, la empresa extendió y aumentó su presencia en otras zonas vitivinícolas de Castilla y León. Con su llegada a las D.O. Rueda y Toro, Matarromera se convierte en el único grupo vitivinícola presente en las cuatro denominaciones bañadas por el río Duero.


Para gustos, colores

Emina Rueda, situada en la localidad vallisoletana de Medina del Campo, se ha transformado en el emblema de Matarromera dentro de la zona con mayor y mejor potencial para la elaboración de vinos blancos de toda España.

La última en incorporarse al grupo vitivinícola fue Cyan, en la pujante D.O. Toro. Ubicada en un espectacular marco, Cyan aterrizó en Matarromera como confirmación del reconocimiento internacional que está obteniendo actualmente la histórica Denominación.

En esa panoplia de vinos, servicios y creaciones, la filosofía inmutable de Carlos Moro y su gran equipo es el placer por el propio trabajo, la exigencia estética y de calidad en cada obra, en cada restauración, en cada vino y la preservación y respeto por el medio ambiente y el patrimonio histórico y artístico. Todo eso junto es una invitación a la visita y la cata, y a recorrer sus viñas y bodegas, que componen el mapa más detallado y emblemático de la enología del Duero y de la vieja Castilla entera.


Matarromera

Carretera Renedo-Pesquera, 30
Valbuena de Duero (Valladolid)
Tel. 983 683 315
www.grupomatarromera.com 

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