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Vinos nacidos de la amistad

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  • Antonio Candelas
  • 2021-04-29 00:00:00

Bodegas y Viñedos Neo es el fruto de tres pasiones compartidas por cuatro amigos de la infancia que regresaron a Aranda de Duero tras acabar sus estudios. Vino, música y la Ribera del Duero son los ingredientes de un proyecto que ha cautivado a medio mundo.



Ya han pasado 20 años desde que José, Javier, Julio e Iván –en una de esas cenas de amigos donde las ideas y las risas fluyen de la mano del buen vino– gestaron el primer esbozo de Neo. Los cuatro carecían de abolengo vitícola con el que evidenciar su apego a la viña, pero no les hacía falta. El cariño a su tierra, a su gente y al vino fueron argumentos suficientes para comenzar el cumplimiento de un sueño: hacer vino entre amigos y vivir de ello en el pueblo. Las formaciones universitarias de cada uno fueron complementadas con cursos de posgrado relacionados con la enología y otros campos de conocimiento del sector. Así comenzaron: con un depósito de 10.000 litros y 52 barricas. Acondicionaron un antiguo molino abandonado y en el año 2000 echó andar el primer Neo de la historia. Cinco vendimias después aún compatibilizaban las profesiones con su propio proyecto hasta que se dieron cuenta de que elaboraban nada menos que 150.000 botellas que se vendían en más de 30 países.
Asumir riesgos en la vida no es fácil, pero casi siempre es el camino que te conduce al éxito. En este punto en el que los vinos gustaban y el crecimiento era constante, los cuatro amigos decidieron retirar la red de seguridad de sus trabajos y dedicarse a Neo por completo, lanzándose a construir unas instalaciones nuevas en las que poder elaborar con mayor comodidad y capacidad de ampliación. Hoy, ya tienen viñedo propio, elaboran 750.000 botellas y hay previsto un refuerzo necesario en la bodega, una certeza clara de que aquel atrevimiento iba a dar resultado.

Tempranillos sonoros
Antes del gusanillo del vino estaba el de la música. En 1998 se celebró el primer Sonorama, un festival que se ha convertido cada año en asistencia obligada para cualquier amante de la buena música. Bien, pues tras este proyecto de inmenso valor cultural estaban nuestros chicos, unos auténticos melómanos que no podían construir su nueva bodega sin poner el toque diferente a lo que estábamos acostumbrados. Tan diferente como que, pegado a la sala de barricas, hay un estudio de grabación por el que ha pasado lo más granado del panorama musical. Este atrevimiento tomó la categoría de locura cuando estos cuatro valientes se liaron la manta a la cabeza y fueron a Londres a visitar nada menos que a Philip Newell, un ingeniero acústico de primer nivel que ha diseñado los mejores estudios de grabación del mundo y por cuyas manos han pasado las producciones de gente como Led Zeppelin, Rolling Stones o Mike Oldfield. Fue él quien se encargó de diseñar el estudio de grabación.
En ese ambiente en el que la música todo lo impregna, sus vinos toman el ritmo que Julio les marca. Aunque tienen dos tempranillos de altos vuelos –Neo y Neo Punta Esencia, procedentes de una selección de viñedos viejos de la zona–, sus vinos frutales con un marcado carácter ribereño y fáciles de entender son los que defienden el argumento vital de la bodega. Un Verdejo, un Albillo y su rosado Crazy son los teloneros de una serie de tintos que destacan por su raza y cercanía a una tierra en la que el Tempranillo es el rey: Disco, El Arte de Vivir y Sentido son sus nombres.

El valor del 'Nosotros'
La amistad es lo que hizo que aquellas ideas más propias de lunáticos caprichosos se hicieran realidad. La amistad es lo que ha hecho que 20 años después el proyecto siga adelante con la singularidad intacta pero, según Iván, el concepto que mejor define a Neo es el de Nosotros: todo el equipo humano que trabaja en la bodega tiene un sentimiento de pertenencia indiscutible y precioso. Al final es como una gran familia donde la colaboración entre sus miembros es esencial para disfrutar del trabajo y ahuyentar los egos que tanto minan las relaciones humanas.
Si mientras tanto consiguen quitarle al sector, aunque sea durante un rato, el traje y la corbata y le ponen camiseta y zapatillas para convencer a la juventud de que el vino es cultura, Neo, con todo lo que ello implica, habrá merecido mucho la pena.

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