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La fascinante historia de un Tempranillo muy especial

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  • Antonio Candelas
  • 2021-11-02 00:00:00

Llevamos años siguiendo el buen trabajo que los enólogos Milagros y Rafael están haciendo en Bodega Soledad, la cooperativa de Fuente de Pedro Naharro (Cuenca). Un lugar donde el fabulosoTempranillo aglutina unas virtudes únicas que lo convierten en un valor seguro.


Parece imposible acertar a contar aspectos deslumbrantes de la Tempranillo, la uva tinta más cultivada de nuestro país. Su omnipresencia vitícola puede hacer que pasen desapercibidos ciertos talentos que tienen que ver con la tierra donde las cepas buscan su sustento, con las manos que las miman y con las mentes que interpretan sus aromas y sabores en bodega. Milagros y Rafael son esas mentes luminosas que llegaron hace 11 años a estas tierras de la Denominación de Origen Uclés para aprovechar al máximo la calidad de las hectáreas de viñas que los 270 socios de la cooperativa de Fuente de Pedro Naharro (Cuenca) cultivan con esmero paternal. Entre los majuelos que emergen en aquel municipio de relieve ondulado, nos vamos a centrar en esos tempranillos viejos, pero poderosos; recios, pero equilibrados.
Bodega Soledad cuenta con unas 100 hectáreas de viñas de Tempranillo. La mayoría supera los 40 años de edad y algunas de ellas ya han llegado a superar las 60 vendimias. Pero, por supuesto, la edad de la cepa no lo es todo en viticultura. Es más, si el trabajo en el campo no es metódico, escrupuloso y cuidadoso a lo largo de los años, de nada sirven los años para garantizar la buena uva. Este es uno de los motivos por los cuales estos tempranillos son tan especiales, aunque en absoluto es el único.

Viticultores brillantes
El agradecimiento es quizás la cualidad que más ennoblece al ser humano. El viticultor de Bodega Soledad tiene grabado a fuego que la viña es una vía de subsistencia de extraordinario valor por la seguridad que le concede y porque crea un vínculo de unión que conquista muchos ámbitos del día a día. Esas ideas de arraigo y de modo de vida las preservan con celo y sumamente agradecidos. Todo el cuidado que depositan las manos del viticultor en cada cepa va en una sola dirección: mantener el equilibrio entre la planta y el entorno para que esta devuelva esos cuidados en forma de fruto inmaculado.
Los suelos, con cantos en las zonas de monte y textura más limosa en las zonas de valle, son profundos y, por tanto, capaces de retener las precipitaciones caídas para ceder el agua en los momentos de carestía. De esta forma, el 100% del Tempranillo de Soledad está plantado en régimen de secano. Otro de los motivos que hacen a la variedad reina de nuestro país singular en este municipio es la diferencia de temperatura que existe entre el día y la noche en los meses de calor. Ya sabemos que es fundamental que ese intervalo de temperatura sea lo más amplio posible para la correcta maduración. Aquí, esa variación es más generosa que en otros lugares del centro de la Península y favorece que se alcance el punto de sazón óptimo de forma más pausada y completa.
Estas peculiaridades de la zona explican que el Tempranillo tenga una fuerte personalidad diferencial, pero volvemos a responsabilizar al viticultor del éxito del resultado: sin la paciencia y la confianza para contener el momento de la vendimia y conseguir así una maduración perfecta, de nada sirve el resto.

Compromiso rural
Para Milagros, uno de los méritos de estos tempranillos es la capacidad que tienen de fijar la población rural. Parece una locura pensar que una uva tan global pueda convencer a la juventud para que se quede en el pueblo, pero es que los vinos que hacen estas uvas bien lo valen. La prueba es que, tanto los tempranillos de la gama Solmayor como el de la gama superior, Bisiesto, han conseguido implantarse en los mercados con altas cuotas de fidelidad. Hay futuro y la respuesta del consumidor lo constata año tras año, además de ver cómo el relevo de jóvenes agricultores no deja de llegar.
Ese compromiso social se entronca con la sostenibilidad de la actividad vitivinícola que se desarrolla en Bodega Soledad. "Ser sostenibles nos hace dueños de nuestro futuro. Trabajando con prácticas sostenibles, evitando el uso de fitosanitarios y abonos minerales garantizamos que estos tempranillos sigan expresándose como lo han hecho hasta ahora". Una sabia reflexión de Milagros que nos termina de dar las claves de por qué los tintos que elabora junto con Rafael son tan admirables. No solo están ricos, además protegen el patrimonio humano y agrícola.  

Bodega Soledad
Ctra. Tarancón, s/n. 16411 Fuente de Pedro Naharro (Cuenca)
www.bodegasoledad.com

Tel. 969 125 039

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