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Ciudades del vino: San Sebastián, algo más que zuritos

  • Redacción
  • 2001-04-01 00:00:00

San SebastiÁn representa un auténtico paraíso para los gourmets y los amantes del mejor tapeo. Saber acompañar las tradiciones gastronómicas donostiarras con el placer por el buen vino es sólo cuestión de un buen conocimiento del escenario. Estas son las claves para que el que guste de San Sebastián no se pierda, tampoco, sus mejores rincones del vino.

Un paseo por San Sebastián recorriendo su escarpada costa, desde Gros hasta el Peine de los Vientos de Chillida, no puede dejar indiferente a nadie. Con una elegancia y un glamour similar a las de su vecina Biarritz, en la costa vasca francesa, Donostia gana en poderío: no sólo es más grande y tumultuosa, sino que en cada rincón presenta detalles que el amante de la buena vida en general y de los vinos en especial no dejará pasar por alto. Sus playas son de una perfección casi pictórica; sus edificios modernistas dan solera y permanecen tan bien conservados que el soñador más empedernido o el ambicioso sin escrúpulos creen, a cada paso, haber dado por fin con el lugar perfecto para habitar. Además, el puerto mantiene el pulso y la actividad de una ciudad pesquera, y la zona del casco antiguo hierve de bares, tabernas y pequeños restaurantes, que a las horas del aperitivo sacan a relucir lo mejor del arte de hacer y presentar pinchos y raciones, la gran tradición de comida rápida de la ciudad. Por fin, el nuevo coloso, el Kursaal de Moneo, se ha instalado en plena playa de Gros para dar un perfil moderno a la villa en este siglo que comienza, mal que les pese a los más tradicionalistas.
No es secreto para nadie que San Sebastián es la ciudad más importante para la gastronomía española. Además de la tradición de los pinchos y la proliferación de sociedades gastronómicas para todos los gustos, en Donostia se produce la más alta concentración de restaurantes de alta gastronomía, cocineros inspirados y estrellas Michelin de toda España. Sólo Juan Mari Arzak, Martín Berasategui y Pedro Subijana suman, entre los tres, ocho de las famosas estrellitas, mientras que una constelación de buenos restaurantes presentan un abanico que va desde la cocina más típicamente marinera hasta las tendencias vanguardistas, casi siempre con altas cotas de calidad. Sin embargo, a pesar de este gran carácter y excelentes costumbres gastronómicas, San Sebastián no siempre ha sabido acompañar sus propuestas culinarias con una oferta enológica que se sitúe al mismo nivel. En la mayoría de los excelentes bares de tapeo la oferta vinícola no pasa del chato de tinto, rosado o blanco, sin más. Una propuesta totalitaria que impide al cliente escoger entre una carta de vinos por copas más amplia, que sería mucho más coherente con la cultura del pincho. Afortunadamente, en este terreno las cosas comienzan a cambiar y, aunque son minoría, hay tabernas que empiezan a cuidar con más mimo el tema del vino. En este sentido, tampoco hay que olvidar que, en los bares de Donostia, el vino por copas compite con los omnipresentes zuritos de cerveza y de sidra, que representa todo un símbolo de identidad cultural en sidrerías de comer copioso.

Guía del gusto

DE BARES
Hotel María Cristina (Rep. Argentina, 4; Tel.: 943 42 49 00), el Gritti Bar se ha apuntado al cosmopolitismo enológico, con una carta titulada Wines of the World.
La Brecha (Centro Comercial La Brecha, Pescadería, s/n; Tel.: 943 24 65 24) se muestra como una opción interesante, con una oferta de vinos por copas.
Itxaripena (Embaltran, 16; Tel.: 943 42 98 67) presenta una buena carta y sus propietarios son coleccionistas, adquiriendo botellas en subastas.
La Cepa (C/31 de Agosto, 9) constituye una Meca para el amante del txakolí. Se concentran algunos de los mejores locales para degustar pinchos de calidad.
Bergara (C/Arteche, 8; Tel.: 943 275 026), ganador de algunos premios de gastronomía en miniatura
Aloña-Berri (C/Bermingham, 24; Tel.: 943 290 818), donde las banderillas constituyen el espectáculo principal, con más de cuarenta variedades.
Garbola (Paseo de Colón, 11), con vinos de reserva por copas.
Astelena (Pl. Constitución, 3), interesante selección de vinos de chiqueteo.
Borda-Berri (C/Fermín Calbetón, 12), con algún blanco dulzón para acompañar su famosa tosta de foie-gras.
Kursaal (Av. de Zurriola, 22), que pertenece al grupo de Martín Berasategui, es una opción más moderna, con una selección de vinos corta pero elegida.
Club Náutico, al lado del Ayuntamiento. Allí, el bar Kabutzia (Muelle de la Concha, s/n) ofrece una de las mejores vistas de la bahía y la playa de la Concha.
DE compras
La Vinatería (Gral. Artetxe, 2 bajo; Tel.: 943 28 99 99) esconde una gran pasión por el vino. Cursos de iniciación y viajes a bodegas. Más que una tienda, un centro cultural donde además se puede catar in situ los vinos que se ofrecen.
Solbes (Aldamar, 4 bajo; Tel.: 943 427 818; Bermingham, 25; Tel.: 943 29 22 24) ofrece vinos de calidad, además de destilados y conservas.
Eceiza Vinos (Prim, 16), incunables de Rioja y buena selección de vinos franceses.
DE RESTAURANTES
Arzak (Alto de Miracruz, 21; Tel: 943 27 84 65 - 28 55 93) cuenta con una gran bodega, en el que están representadas todas las denominaciones de España, con especial querencia por Rioja.
Martín Berasategui, en Lasarte (Loidi Kalea, 4; Tel.: 943 36 64 71), donde Álvaro Ribón dirige una bodega tan versátil como lo es la cocina de Berasategui, con unas ciento sesenta referencias.
Akelarre (Paseo del Padre Orcolaga, 56; Tel.: 943 21 20 52) completa la tríada de la gran cocina donostiarra, proponiendo una amplia carta de vinos capaz de ilustrar la cocina meticulosa e inspiradísima de Pedro Subijana.
Rekondo (Paseo de Igueldo, 57; Tel.: 943 21 29 07) es ejemplar. Con una carta de ochenta páginas y más de dos mil referencias, ofrece todas las denominaciones de origen españolas, además de vinos de Chile, California, Italia y Francia.
Panier Fleuri (Paseo de Salamanca, 1; Tel.: 943 42 42 05)
Juan Mari Humada (Paseo Gudamendi, 21; Tel.: 943 31 19 69)
Urola (C/ Fermín Calbetón, 20; Tel.: 943 42 34 24)
Bodegón Alejandro (C/ Fermín Calbetón, 4; Tel.: 943 42 71 58)

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