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El genio del viticultor ha permitido extraer al máximo las virtudes de las delicadas Garnacha, Bobal, Listán Negro y Mencía. La Garnacha suele presentar una acusada tendencia a la oxidación, aunque posee cuerpo, carnosidad y frutosidad. La Bobal es meramente patrimonio levantino y de los alrededores. Con intenso color, de irreverente acidez y poco grado, es jovial y fresca, adecuada para la elaboración de rosados. La Listán se cultiva mayoritariamente en las Islas Canarias, y da vinos con un marcado carácter balsámico (eucalipto) y frutos rojos jugosos. Su tanino es algo débil, por lo que necesita la buena compañía de otras variedades que la sustenten. Por último, la Mencía se cultiva especialmente en la zona noroeste de España. Se la suele emparentar con la Cabernet Franc por su frutosidad, color y buena acidez.
