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Bodega secular, equipo joven. Pasado y futuro en Ribera del Duero

  • Redacción
  • 2006-04-01 00:00:00

Antes de poner en marcha la bodega, los responsables del campo y del vino, con Cote García a la cabeza como Director Técnico, recorrieron los viñedos de Ribera del Duero en busca de cepas viejas y viticultores expertos, cuidadosos y confiables. Esa selección, distribuida en terruños peculiares y diversos, se plasmó en contratos a largo plazo, en viñedos controlados por los profesionales de la bodega, que desde 1998 nutren la calidad de sus vinos, el diseño primigenio. La Bodega Convento San Francisco es obra de las Familias Pitarch-Rodríguez de Cáceres y García-Díez de Peñafiel. Se fundó en el año 1998 sobre los restos del antiguo Convento de San Francisco, situado en el centro de Peñafiel (Valladolid), en pleno corazón de la Ribera del Duero. El convento fue erigido a finales el siglo XIII, y su estado de conservación era lamentable, de modo que el proyecto de bodega se encaminó en un doble sentido: por un lado rehabilitar las ruinas y devolver al Convento su imagen, y por otro habilitar las instalaciones necesarias para elaborar un vino de calidad. El proceso de restauración está recibiendo los últimos toques, y la bodega abrirá al público sus instalaciones para que los visitantes disfruten de un legado histórico recuperado que, a su vez, contiene un pequeño museo con utensilios relacionados con el mundo del vino y legajos de la orden franciscana, y muy pronto una hospedería-restaurante que se levantará sobre los restos del antiguo claustro. La filosofía del proyecto ha estado presidida desde un primer momento por la idea de que la elaboración de un vino de primerísima calidad no es un hecho aislado, sino el reflejo de un patrimonio cultural, una historia, una cascada de creaciones, y alguna genialidad. El camino recorrido durante las ocho añadas de vida de la bodega (seis añadas en el mercado) permite ver los primeros resultados de esa visión global: unos vinos que ya se sirven en las mejores mesas de todo el mundo, y la milagrosa puesta en pie de la antigua instalación monacal, de una pieza histórica casi perdida. A lo largo de su historia, la familia franciscana ha estado muy vinculada al mundo de la vid y del vino, y precisamente los frailes del Convento de Peñafiel ya elaboraban sus propios vinos para celebrar sus actos litúrgicos. Estos vinos eran muy apreciados por sus hermanos de Orden, y prueba de ello fue su reconocimiento oficial en la provincia eclesiástica de la Concepción, a la que pertenecían. NUEVA IMAGEN La bodega cuenta con unas modernas instalaciones integradas perfectamente en el conjunto arquitectónico . Los nuevos edificios se han construido utilizando un estilo y materiales (piedra, ladrillo mudéjar y madera) acordes con el entorno. Convento San Francisco abraza una moderna nave de elaboración diseñada al detalle por el propio equipo de la bodega, bajo la dirección técnica de un joven y brillante como es Cote (Javier) García Díez. Sus postulados combinan estética y eficiencia para obtener la máxima expresión de la uva, con capacidad para vinificar 115.000 Kg. La nave de almacenamiento, también de nueva construcción, es el espacio vecino inmediato, para que el vino no padezca desplazamientos innecesarios. Para la nave de crianza se han rehabilitado las antiguas paneras y caballerizas que los frailes utilizaban para guardar el grano y los animales. Materiales y construcción respetan tanto la estética exterior como la interior. Se crea así un ambiente con encanto, ajeno al tiempo, donde el vino descansa a una temperatura estable tras los viejos y anchos muros de sillería y mampostería. El complejo se completa con un acogedor jardín, en el que se puede encontrar una gran variedad de árboles frutales (granados, olivos, acerolos, perales...) que esconden una simbología mística, herencia de los frailes EL VINO Su filosofía estipula elaborar los vinos a partir del fruto de viñedos viejos, cuidados por manos expertas, uvas de calidad que imprimen en cada vino el potencial del terruño, la simbiosis de suelo, clima y variedad. La selección de estos viñedos se realizó antes de la primera añada (1998) y los proveedores se mantienen cosecha tras cosecha, asesorados desde la bodega con un seguimiento durante todo el ciclo anual. Porque consideran que un gran vino es fruto de un trabajo serio, constante y a la vez arriesgado, con personalidad propia y que traslada a la botella todos los matices. Como muestra de su estilo, el Crianza 2003 que está en el mercado es de un color picota intenso con inicios de ribetes teja. Intenso en nariz, con aromas terciarios muy complejos formados en 15 meses de crianza en roble francés y americano, que le confieren tonos torrefactos y tostados que, junto a los aromas lácticos, entrega notas que nos recuerdan al tofe. A medida que se abre, muestra suaves especiados, toques minerales y recuerdos del bosque de bayas maduras. En boca presume de un buen cuerpo, intensos sabores de los frutos negros mezclados con ciertas notas a regaliz cedidos por la barrica, buena estructura, taninos finos y elegantes. Es rico, poderoso y con un largo postgusto. Algo así persiguen desde hace dos cosechas en su nuevo proyecto, una bodega segoviana en Aldeasoña donde ya restauran una casona fechada en 1715. Otro sueño real. BODEGAS CONVENTO SAN FRANCISCO C/ Calvario, 22 47300 Peñafiel (Valladolid) Tel. 983 87 80 52 Fax: 983 87 30 52 bodega@bodegaconvento.com www. bodegaconvento.com

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