• Diana Fuego, Antonio Candelas, Foto: FomaA / AdobeStock
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• 2023-08-30 00:00:00

¿Sabes qué archiconocido plato une los destinos de Robin Hood, Jon Snow, Rosalía y el tuyo? Ni más ni menos que el pollo asado, un antiguo manjar de reyes venido de Oriente que se democratizó hace tan solo cincuenta años. Hoy, su (casi) insolente suculencia no tiene rival. ¡Sobre todo los domingos!

El olor del pollo asado es una de las siete maravillas gastronómicas (aunque nos parecen pocas) del planeta, y también una de nuestras principales motivaciones para volver a la vida cotidiana y sus rutinas (algunas de ellas, deliciosas, por cierto). Porque todo el mundo sabe que los domingos están hechos para tomar el aperitivo... y comer pollo asado con patatas.
Años y años de tradición espontánea avalan este ritual culinario que se repite en diferentes rincones de España, aunque quizá sea en Cataluña donde cuente con más devotos. Allí, el pollo a l'ast es el rey de las rostisserias, donde lo asan al carbón en un espetón que da vueltas y más vueltas hasta que queda en su punto: jugoso por dentro y crujiente –y bien dorado– por fuera.
Mientras, sus fieles disfrutan de un vermut en los alrededores. Como en aquellos años sesenta en los que se democratizó su consumo y se convirtió en la comida familiar de los domingos.
Fue en esa época cuando la industria avícola española comenzó a desarrollarse, dando un salto vertiginoso al futuro. Entonces, el pollo dejó de ser un manjar de lujo, y su arrebatada suculencia llegó a los hogares españoles con una popularidad inusitada (se pasó de consumir poco más de 2,5 kilos de media por persona a principios de los sesenta a casi 15 a principios de los setenta).  
Claro que el regio pasado de los pollos asados, protagonistas en la Edad Media de las mesas más poderosas de Europa (y de Juego de Tronos), ha dado para muchas historias. Una de ellas cuenta que un enigmático peregrino los pedía con insistencia en las posadas de Viena. Su ansia por un plato tan exclusivo levantó las sospechas de los soldados de Leopoldo V de Austria, que lo detuvieron sin saber que se trataba del famoso Ricardo I de Inglaterra –Corazón de León–, enemigo del duque. Este pidió un rescate por el rey guerrero... ¡y lo acabó liberando Robin Hood!  

Alsocayo 2022

Bodegas Pilar García Duque
D.O.P. Rueda
Sauvignon Blanc

Hemos descubierto recientemente este Sauvignon Blanc de bellísima factura por su intensidad y, sobre todo, por su autenticidad varietal a base de matices más florales que frutales y una sensación balsámica exquisita. El volumen en boca, la sensación golosa equilibrada por una sabia acidez y el paso amplio y duradero nos han convencido para acompañar a este bocado tan nuestro que nunca falla.

Lore de Ostatu 2020

Bodegas Ostatu
www.ostatu.com
D.O.Ca. Rioja
50% Viura, 50% Malvasía

Avanzamos hacia un perfil diferente. Hemos probado para ver cómo se comportaba una elaboración con más tiempo de crianza y nos ha sorprendido. Lo primero, el uso impecable de la barrica. Le confiere complejidad y estructura sin intervenir en la esencia del vino (notas de hierbas de monte, especias, piel de cítricos, fruta madura). La consistencia en boca y su equilibrio son clave para acompañar al ave.

Pe Ese Mencía 2019

Vinos Pe Ese
www.vinospeese.es
D.O.P. Bierzo
Mencía

En cuanto a los tintos, empezamos con este que aromáticamente es pura Mencía berciana. Las notas de fruta roja silvestres, con detalles de especias y monte (tomillo), van como anillo al dedo al plato. La complejidad que va desarrollando se expresa en forma de hojarasca y delicados ahumados. Textura sedosa, de cuerpo medio y un final que recuerda a las hojas secas. Todo un acierto.

Martín Berdugo Crianza 2020

Bodega Martín Berdugo
www.martinberdugo.com
D.O.P. Ribera de Duero
Tempranillo

Opción más corpulenta y concentrada muy bien resuelta con la intención de que la barrica quede en un segundo plano con respecto a la fruta. Detalles de fresón, regaliz, finas hierbas y un fondo de flor azul. En boca, la cremosidad es lo que le aporta amabilidad. Tanino dulce y recorrido dominado por los recuerdos frutales aún frescos. Lo mejor de todo es que respeta el bocado en todo momento.