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Adiós milenio, adiós

  • Redacción
  • 1999-12-01 00:00:00

Es difícil resistirse a la cantinela, aburrida y monótona, del nuevo milenio, del fin de siglo y demás zarandajas, que además no son matemáticamente ciertas. Por otro lado, el año 2001 de los cristianos es el año 1379 de los musulmanes, el 5114 de los mayas y el 5762 de los judíos. ¿A qué viene tanto ruido?
Lo cierto es que celebramos unas efemérides que tienen mucho de arbitrario. Por ejemplo, el nuevo milenio que tan alegremente nos disponemos a celebrar con un año de anticipación es fruto de un capricho de los senadores del imperio romano. Sin que se conozca razón suficiente, decidieron saltarse a la torera la costumbre de celebrar el año nuevo el primer día de la primavera. Y puestos a ello, un buen día el papa de Roma quiso poner fecha de nacimiento a Jesús, audacia notable si tenemos en cuenta que nadie sabe a ciencia cierta cúando nació, por no llevar la incredulidad más lejos.
Pero así son las cosas, y lo importante es tener ocasión de celebrar lo que sea, al estilo del maravilloso “no cumpleaños” de la pequeña Alicia. Y puestos a celebrar, podemos gozar de algunos de los cavas elaborados para la ocasión, y que suelen reunir las características tantas veces reclamadas: cava millesimé, con larga crianza de tres años por lo menos, a base de varietales seleccionados, y con la incorporación de pequeñas cantidades de vinos tranquilos de viejas reservas, con o sin un ligero toque de madera. Así lo han hecho Codorníu, Naverán, Rovellats, Recaredo, Llopart, Gramona, y algunos más. Claro que también hay cavistas con una buena dosis de oportunismo. Ofrecen cavas pretendidamente especiales para el fin de siglo, y son tan poco especiales como el año que termina. Por más que se disfracen de fiesta. Y aunque sea con adelanto, no estaría nada mal que descorcháramos en estas fiestas navideñas alguno de los tintos de “Alta Expresión” que han aparecido a lo largo del año. Es la “quinta” del 99, casi medio centenar de vinos de Rioja, Ribera del Duero, Priorato, Navarra, Yecla, Cariñena, Toledo, La Mancha... los vinos mejor elaborados en España en toda su historia. Y aunque los precios pueden ser elevados, su altísima calidad y el derroche que se presupone en los fastos de tan señaladas fechas permiten el desembolso. Con alegría.

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