Política sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).

Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.

Configuración e información Ver Política de Cookies

Mi Vino

Vinos

CERRAR
  • FORMULARIO DE CONTACTO
  • OPUSWINE, S.L. es el responsable del tratamiento de sus datos con la finalidad de enviarles información comercial. No se cederán datos a terceros salvo obligación legal. Puede ejercer su derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos, así como ampliar información sobre otros derechos y protección de datos aquí.

Brindis de gigantes

  • Redacción
  • 2010-11-01 00:00:00

Qué difícil se hace encontrar la ocasión de descorchar un buen mágnum. A pesar de su espectacularidad, de lo bien que viste la mesa, no suele abrirse a menudo porque no es fácil hallar la ocasión óptima. Aunque aparentemente sólo se trata de una medida de litro y medio de preciado líquido -dos botellas de las normales-, es bien sabido, y comúnmente aceptado, que los grandes volúmenes son los mejores envases para que el vino crezca en aromas, en sabor, en complejidad de forma sorprendente en su interior, mucho mejor que en la botella de 75 cl. Cuando uno se hace el propósito de adquirir un mágnum es con la idea de darle una guarda apropiada para su mayor evolución, además de que nos proporcionará más satisfacción que abrir las dos botellas que conforman su medida por separado, que su buqué adquirirá proporciones tan gigantescas como su envase... En fin, aunque sólo sea por su atractiva imagen, uno se imagina que su degustación será mucho más placentera. Y es que para ello se necesitan una serie de condiciones que no son fáciles de conseguir con la loca vida que llevamos. Sobre todo se precisa una buena reunión, que se llenen (y se vacíen) las copas necesarias para que no quede mucho sobrante y no se eche a perder su preciado contenido, y más si se trata de cava. Por ello las fechas que se acercan, navidades o fin de año, la celebración premio gordo de la lotería, la reunión de familiares y amigos, son ideales para disfrutar de estos buenos botellones, bien sea porque les hemos echado el ojo en nuestra tienda favorita o para presumir y lucir aquel ejemplar que guardamos en la bodega con ilusión pero que nunca hallamos la ocasión propicia para descorchar. Por ello, para disfrutar sin cortapisas de estas grandes botellas traemos a estas páginas los mejores cavas embotellados en este envase único, primoroso y conservador de las mejores virtudes del vino. No sólo brindaremos con medidas de gigante, no sólo gozaremos de un buqué único, la llegada a la mesa de uno de estos mágnum será todo un espectáculo.

enoturismo


gente del vino