Política sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).

Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.

Configuración e información Ver Política de Cookies

Mi Vino

Vinos

CERRAR
  • FORMULARIO DE CONTACTO
  • OPUSWINE, S.L. es el responsable del tratamiento de sus datos con la finalidad de enviarles información comercial. No se cederán datos a terceros salvo obligación legal. Puede ejercer su derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos, así como ampliar información sobre otros derechos y protección de datos aquí.

Arranque de vid

  • Redacción
  • 2006-09-01 00:00:00

Otra vez desde la Unión Europea nos llega el desconcierto, la irritación o la desesperación con el asunto de la OCM del vino. El proyecto de arrancar casi un tercio de nuestro viñedo parece una medida traumática, pero los hechos son tozudos. España es el mayor viñedo del mundo, casi 1.100.000 hectáreas, con un bajísimo rendimiento, posiblemente el más bajo por hectárea del mundo. Y sin embargo todavía se producen unos cuarenta millones de hectolitros que hay que vender como sea, pues las demás cosecha abundantes vienen empujando. Por si fuera poco, el índice de consumo de vino está bajando alarmantemente, mes tras mes, año tras año. Sobran, pues, miles de hectáreas de viñedo. La situación ideal sería poseer un viñedo “a la francesa”, con menor extensión y parecida producción. Pero la decisión no es tan fácil. Toda reestructuración de la viña lleva consigo una rebaja de la calidad. Porque desgraciadamente se arranca la viña vieja, la que produce la mejor uva para la elaboración del vino, pero la que menos margen de ganancias ofrece al agricultor. Pero las pegas no acaban aquí. La viña en la península cumple una misión medio-ambiental fundamental para frenar la creciente desertización ¿Se imaginan toda esa Mancha despoblada de cepas y sin serias alternativas de cultivo? El arranque podría derivar en graves problemas de desarraigo. Y no solo en esa inmensa llanura: existen cientos de rincones en los que la única alternativa objetiva es la viña, aunque posiblemente sean los viñedos menos rentables del mundo. Ahora bien, si los problemas que afectan al sector vitivinícola son cuestiones de desarraigo o medioambientales, es el Estado español o la Unión Europea los que deben asumir el asunto, no el sector. Entre la situación ideal y la situación actual, España necesita un amplio periodo de transición, una moratoria para adaptar lo real a lo ideal VINUM

enoturismo


gente del vino