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Aroma de optimismo

  • Antonio Candelas
  • 2022-09-02 00:00:00

A ntes de que agosto acabara, de que guardásemos con agridulce sabor de boca la sombrilla, la toalla y el bronceador, más de un lugar vitícola de nuestro país ya estaba recolectando el fruto de la vid, bien por exigencias de un año especialmente caluroso y seco o bien porque en algunas zonas la maduración de las uvas es temprana. Sin embargo, septiembre sigue siendo el mes de la vendimia, el mes en el que los amaneceres se vuelven perezosos y los mercurios pierden el ansia de batir récords. Septiembre, como todos los meses en los que se cambia de estación, tiene algo de mágico que elimina los restos de pereza y parsimonia estival y nos anima a comenzar el curso con ganas. De mágico, pero también de humano, porque no se me ocurre una labor más conmovedoramente humana que la vendimia: familias enteras que participan en la recolección del fruto que ha dado todo un año de esfuerzos e incertidumbres, grupos de personas que vuelven al mismo pueblo, un año más, para participar en la noble labor de la cosecha, fiestas que anuncian que el vino nuevo está a punto de llegar... Pero estoy convencido de que lo que hace que este mes sea especial es su propio aroma. Pasar por delante de un majuelo en plena actividad o de una bodega en esta época en la que se está depositando en el lagar la uva recién cortada no se olvida. Los aromas que se desprenden del trajín alimentan el espíritu. Una sugerente mezcla entre recuerdos entrañables y ganas de ponerle vida al futuro, de rociar con ánimo los últimos meses del año.
En MiVino queremos que os dejéis embelesar por todos los aromas y sabores de septiembre. El aroma de esa uva que sabe que en breve será vino es el mejor remedio para que la vuelta al cole, a la oficina y a los quehaceres cotidianos resulten hasta estimulantes.

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