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Encontrar el equilibrio

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  • Antonio Candelas
  • 2024-09-11 00:00:00

El vino se encuentra en una encrucijada con muchos retos que afrontar: a un excedente de producción, un consumo comprometido sin una tendencia de recuperación clara y un comportamiento titubeante de las exportaciones, hay que sumar un contexto geopolítico incierto, una dependencia excesiva de la Administración y una descarnada campaña antialcohol en la que el vino siempre se lleva la peor parte. Sin embargo, en medio de este panorama desafiante, considero posible la búsqueda de un equilibrio en el sector.
Las políticas intervencionistas, que en muchos casos buscan proteger al productor, también generan restricciones que limitan la capacidad de innovación y adaptación. Los fondos de ayudas, los programas de estabilización de producción y las medidas de regulación del mercado, si bien son necesarios, muchas veces crean una dependencia que dificulta la evolución hacia modelos más sostenibles y competitivos.
A pesar de los desafíos, la viticultura será siempre una fuente inagotable de oportunidades. La viña custodia el paisaje y garantiza la biodiversidad, desempeñando un papel crucial en la lucha contra la despoblación. El vino es también una experiencia enoturística que dinamiza la economía rural, atrae visitantes y conecta al consumidor con la tierra y sus productos.
El futuro del vino reside en la capacidad del sector para innovar, adaptarse y comunicar su relevancia. La tecnología, las nuevas formas de vinificación y la exploración de variedades resistentes a los cambios climáticos son ejemplos de cómo la innovación puede jugar un papel fundamental en este reequilibrio. Además, la cooperación entre viticultores, bodegueros y denominaciones de origen, unida a una mayor flexibilidad regulatoria, puede ayudar a reconfigurar un sector que necesita encontrar la senda de la serenidad.

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