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No es tendencia, es supervivencia

  • Redacción
  • 2012-11-01 09:00:00

Conocemos, y reconocemos, nuevos términos gastronómicos. A veces poco sabemos de su autoría, pero más allá de algunas polémicas sobre los derechos de propiedad intelectual, lo interesante es analizar cómo surgen vocablos, algunos de ellos efímeros, pero otros que seguro formarán parte del lenguaje, aunque solo sea de expertos. Detrás de esas palabras suele estar la moda, y muchas veces las modas son asunto marketingiano alejado de la realidad de cada sector. Predominan en cierta época, y pueden volver, como las hombreras o los pantalones de campana, pero en general tienen carácter poco estable. Otra cosa distinta es la tendencia, un rumbo en el mercado acentuado en una dirección. Una secuencia en el tiempo a la que se asocian cambios colaterales. Pero no se trata tanto de divagar sobre las diferencias entre moda y tendencia, resulta más interesante observar de dónde viene esta propensión. ¿Quieren los departamentos de marketing crear tendencias pero la mayoría se quedan en moda?, ¿son las agencias de comunicación, obligadas también a reinventarse constantemente, las que bombardean con banalidades que impactan en un consumidor falto de visión global?
Que algo logre convertirse en tendencia incluye su uso extendido, su popularidad. En este sentido, el papel de la industria en el paso de la moda a la tendencia es fundamental. Un ejemplo, los vinos sin. Ya se acabó ese concepto sociológico de masa, ahora apuntan a los llamados nichos. La segmentación social para llegar con nuevas fórmulas a grupos sociales y de consumo. El micromarketing o cómo entender las motivaciones de cada nicho de consumidores. ¿Quién crea la marca? ¿El consumidor, el medio o la empresa? Cambios y más cambios, canales y nuevos canales. El consumidor cada vez es más escéptico. Una cosa es inventar y otra muy diferente entender las necesidades de los consumidores. Por ejemplo, decir que las redes sociales son moda, y por tanto pasajeras, sería falso.
La inmediatez de la información. ¿Quién no quisiera que su fascinante idea calase en millones de personas? Lo que debería ser tendencia es tratar con profesionalidad los temas de los que se habla, y que en muchos casos se banalizan.
La crisis provoca brechas que ni siquiera llegan a moda porque van de la mano de campañas de marca que tienen poco sentido. Ciclos de ventas reinventadas. Esa es la supervivencia de los mercados.

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