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Un festín bien regado

  • Redacción
  • 2000-12-01 00:00:00

Es bien sabido, y está comúnmente aceptado, que resulta imposible concebir un auténtico festín gastronómico sin el aporte imprescindible del vino. Pero no de cualquier vino. El perfecto maridaje de plato y bebida es esencial para el pleno goce de ambos. Pueden ser excelentes por separado y ruinosos si se realiza un mal acoplamiento. Pues bien, este saber empírico resulta imprescindible en Navidad, cuando el vino se hace fiesta y recupera su grandeza gastronómica junto a la cocina más elaborada -no siempre de lujo- y sabrosa.
La Navidad, con sus momentos de gloria en las cenas de Nochebuena y Nochevieja, es la gran ocasión para degustar esa marca mítica de vino tinto, tan elogiada a lo largo del año, conocer los prestigiosos varietales extranjeros que nos invaden, descubrir la maravilla de los blancos fermentados en barrica, asomarse al abismo aromático de los geniales generosos, recuperar el viejo y entrañable sabor de nuestros dulces magistrales.
Es el tiempo del vino como complemento inexcusable de la comida o cena navideña.
Sin embargo, muchas veces, más atentos a la comida que a la bebida, pueden originarse desagradables encontronazos: de nada sirve un excelente jamón ibérico, el mejor marisco, la sopa más delicada, los pescados más frescos, las carnes más sabrosas, o los dulces más sugestivos si no se toman con el vino adecuado.
Así pues, la elección de los vinos es de suma importancia para asegurar un feliz festín navideño. Y su importancia se acrecienta si pensamos que el buen vino puede, en caso necesario, hacernos olvidar fácilmente una mala comida.
Lo importante a la hora de establecer las oportunas alianzas no es tanto la marca como el tipo de vino, su perfil y carácter, que siempre debe adaptarse a las necesidades del menú y los gustos particulares. Para acompañar los platos más comunes en las fiestas navideñas hemos seleccionado distintos tipos de vino de acuerdo al precio, desde el caro hasta el económico, pasando por el que posee ese don apetecible de la buena relación/calidad precio. Más de cincuenta excelentes vinos, de lo mejorcito en su categoría, que acompañan a la perfección los platos festivos. Puedo asegurarles que con todos tendremos una inolvidable Navidad, en un año en el que, finalmente, termina el siglo y empieza el milenio.

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