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Cena con tu bodeguero

  • Redacción
  • 2002-10-01 00:00:00

En El Sumiller se cena con tu bodeguero Fiel a la filosofía de su nacimiento, el restaurante El Sumiller celebra dos jueves al mes unas veladas originales, ineludibles para los buenos gastrónomos, al sugerente precio de 50 euros. “Cena con tu Bodeguero”. La mecánica es ingeniosa: cada una de estas noches se invita a un bodega de alto nivel. Ella propone una serie de vinos, y Luis Miguel Martín, oficiante de su oficio -el de sumiller- trata de buscarle el plato idóneo para que los afortunados gastrónomos -clientes habituales en general- que logren un disputado asiento, gocen con plenitud de los vinos y platos que con un ritmo pausado y constante van saliendo al comedor. Valga como ejemplar ejemplo el banquete que la noche del jueves 19 de septiembre tuvo lugar en el acogedor restaurante de San Sebastián de los Reyes. La bodega invitada era “Cavas de Perelada”. El representante de la casa catalana fue Ignaci López, que tuvo la delicadeza de hablar de cada uno de sus vinos. Con mucho cariño, con la sabiduría del que sabe bien su oficio y con la chispa de humor del que lleva muchas representaciones, nos llenaba el corto lapso de tiempo que discurría en cada cambio de plato. Las variedades, la zona de procedencia, la técnica de elaboración y hasta el precio de cada botella. Lo ameno del programa es que no todos los vinos degustados pertenecían a esta excelente bodega. Cavas de Perelada ha añadido a su ya extenso catálogo, vinos de importación, y entre sus productos figuran vinos australianos, italianos, argentinos o franceses. La noche comenzó con un cava de los de alto nivel: el famoso Gran Claustro de Perelada, que fue correspondido con unos aperitivos a base Marisco Salteado con cama de Nabo y Queso trufado. Después se dio buena cuenta de un Chardonnay australiano de la casa Penfolds, el Coonunga Hill 2001. Una sopa de Boletus con virutas de jamón hizo de contrapunto. Para contrastar sabores y aromas fue servido un “bacalao de Bilbao”, o sea, con cama de berza y salsa al pil-pil, regado en abundancia con un Gran Lurton 99 que esta familia francesa de excelentes enólogos elabora en Mendoza, Argentina. A continuación llegó otro vino del Empordà, Finca Malaveina 2000, de relucientes matices rubí y tonos violáceos. A modo de acompañante sólido le tocó salir a un Magret de Pato Asado con Tosta de Patata que estaba realmente en su punto. Como la noche iba in crescendo llegó al cenit con un gran vino de Gewürztraminer alsaciano. Un “vendanges tardives” del 98 de la casa Weinbach, que con su dulce paladar se entregó sin reservas al postre de Cacao, pan de Higos y helado de Anís. Todo el llamativo menú fue preparado por Jaime Tejero y Goyo Sisón, los chef de la casa.

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