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Los vinos del buen anfitrión

  • Redacción
  • 2003-06-01 00:00:00

El sol no quiso esperar al cuarenta de mayo y nos invita con fuerza a salir al jardían o la terraza. La parrilla necesita que le limpiemos el polvo. Se acerca el tiempo de compartir al aire libre los grandes vinos de los grandes momentos. No estaría mal comenzar, como aperitivo, para compartir con nuestros invitados un Chardonnay de Gramona o el magnífico Gewürztraminer de Viñas del Vero, a una temperatura fresca (dos horas en la nevera, o en cubitera con agua y hielo durante 8 minutos). También podemos sorprender con unos aperitivos de cocina asiática y un Gran Feudo rosado de 2002, joven y fresco. Los vinos blancos -a pesar de las malas costumbres- armonizan muy bien con quesos, desde los suaves a los semicurados, aunque no los muy curados porque apabullarían al vino. Hagamos una progresión de aromas y sabores, comenzando por los más suaves y finalizando por los más complejos y delicados. Para ello reservamos un Casa Castillo Pie Franco 1998, el Aalto 2000 o el delicado 200 Monjes. Y si nuestro bolsillo lo permite podemos culminar con un Pingus, un lujo que merece la pena darnos por lo menos una vez en la vida. Todos ellos aireados en jarra o decantados con dos horas de anticipación. Como último consejo, llévelos un par de grados por debajo de su temperatura normal (entre 16 y 18º C) porque pronto alcanzarán su temperatura idónea.

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