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El placer del infierno

  • Redacción
  • 2009-06-01 00:00:00

Existen en la toponimia canaria numerosas referencias al infierno, claro exponente del magnetismo atávico que el fuego inspira en el ser humano. Desde la misma formación de Las Afortunadas, el extremo calor ha torturado sus entrañas, incluso a veces en el exterior, y muestra su poder y magnificencia moldeando su admirable orografía, en claro contraste con la dulzura de su clima o su esplendorosa flora. Sobre este poder de la naturaleza, incontrolado por el hombre, se han edificado las más bellas leyendas del repertorio canario. Para los guanches, los volcanes eran las entradas del infierno, donde habitaba Tibizena, demonio demoledor, sagaz y fisgón. En el bello municipio de Tegueste, en el norte de la isla de Tenerife, valle colmado de volcanes, hay un barrio llamado precisamente El Infierno, donde la familia Viera trabaja su bien cuidado viñedo perteneciente a Tacoronte-Acentejo, denominación de las más antiguas de Canarias. La usanza bodeguera de la familia se remonta al abuelo, que elaboraba y guardaba sus vinos en una cueva enclavada en los volcánicos parajes. Uno de sus nietos, Daniel, se ha permitido un capricho enológico muy interesante, porque el objetivo es transmitir a la última generación, Azariel e Ivana, los valores tradicionales. La familia posee 13 hectáreas de viñedos, y con lo mejor de ellos ha diseñado un vino casi en exclusiva para la saga familiar. Contó con las variedades autóctonas Listán Negro, Negramoll y algo de Baboso, que fermentaron por separado. Más tarde, el vino se pasó a barricas de roble húngaro y de Allier, donde realizó la fermentación maloláctica y se mantuvo hasta el mes de mayo. Como ya es imperante en estos vinos exclusivos, nada de filtrados o de clarificados. En resumen, nada que pueda enturbiar sus facultades naturales. El resultado es sugestivo, muy exótico, de aromas de fruta negra, profunda carga mineral y una sutil carnosidad. Un vino que recoge la tradición canaria bien entendida. Pero el problema es que la corta tirada, de apenas de 1.000 botellas, lo hace casi inalcanzable, incluso para Tibizena, que de esos negocios de la indagación, el artificio y el embeleco siempre se ha considerado un pozo de sabiduría. Así como la sana codicia de los miembros de la familia, que con su afán acaparador aspiran a conservar la mayor parte de la cosecha. Tibizena 2007 Cueva El Infierno. D.O. Tacoronte-Acentejo. Subida AntonioViera, 10. 38280 Tegueste (Tenerife). E-mail: daniel@cuevadelinfierno.com. Precio: 15 E.

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