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Dos añadas, una noble idea

  • Redacción
  • 2009-01-01 00:00:00

Samaniego es tierra de vinos. Entre sus cuidadas calles se respira la tradición vitícola, se observa el ajetreo de aperos y trabajadores en época de vendimia. El viñedo forma parte inseparable de su paisaje y en este pequeño municipio alavés se atarean un buen número de bodegas. Una de ellas, Remírez de Ganuza, irrumpió con fuerza hace unos años: su cuidada imagen y la excelente calidad de sus vinos pronto se abrió camino en el siempre difícil mercado. Y es que su manera de proceder, la filosofía de esta familia, va mucho más allá de cualquier previsión de higiene en el lagar, de sus ya famosas mesas de selección o las cámaras frigoríficas. Su propósito es llegar siempre al máximo de calidad. Una de sus viñas, ahora bautizada como La Coqueta, situada en una ladera con orientación sur a la salida del pueblo, sirvió para que la familia Remírez de Ganuza emprendiera una previsora empresa llamada Nueva Cuna. La idea es que los hijos se involucraran en ese proyecto de forma directa. La primera añada producida fue 2003. Sólo se eligieron 31 barricas, las que guardaban el mejor vino de dicha viña, con un coupage clásico del terruño, más del 90% Tempranillo y el resto de un magnífico Graciano. El proyecto siguió adelante, pero después de la terrible desgracia sufrida por la pequeña de las hijas, María, la iniciativa quedó postergada. Ahora en su homenaje, una bella idea viene a ennoblecer el mundo del vino. Una exclusiva selección de aquellas barricas (cinco concretamente) junto a otras cinco de la añada 2004, salen al mercado en pos de una causa altruista: el importe total de su venta será donado a la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer). Todos los que trabajan en la casa han puesto el mayor empeño para que resultara un vino muy especial. Hasta la etiqueta está diseñada sobre un boceto de Javier, hijo de Fernando Remírez y su esposa Marisol. Dentro del inequívoco y peculiar aire de familia de los dos vinos, cada uno de ellos expresa claramente la añada, como debe ser. El de 2003, en estos momentos más redondo, es muy voluminoso, de agradables notas tostadas y especiadas, todo dominado por su expresión frutal. En la boca da sensación de densidad, amplitud y profundidad. El de 2004 es corpulento y de enorme estructura, con aromas de especias y frutillos de bosque, una parte mineral, un toque de regaliz, taninos presentes y una excelente acidez, lo que presagia su larga vida. María Remírez de Ganuza Reserva Especial 2003 María Remírez de Ganuza Reserva Especial 2004 Bodega Remírez de Ganuza www.remirezdeganuza.com Precio: 125 E.

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