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Oro dulce por triplicado

  • Redacción
  • 2000-12-01 00:00:00

Es para no creérselo: algo que en otras zonas sería suficiente para despegar causa problemas a los vinos dulces de Sauternes. Después de cuatro años problemáticos (1991 a 1994), desde 1995 sólo han obtenido cosechas extraordinarias y producido vinos excelentes… con el resultado de que los precios se desploman. Los primeros de esos años ya están embotellados y han cumplido con creces lo que prometían en las catas como vinos jóvenes. Esto hace que los amantes del vino tengamos que enfrentarnos a una elección difícil: ¿compramos algo más del cremoso 95, o mejor del delicado 96, o debemos invertir en el extraordinariamente completo 97? Pero de algo no cabe duda: no se puede renunciar a esta oportunidad seguramente única. Probablemente nunca más se pueda elegir entre unos vinos tan magníficos. Tener seis o doce vinos dulces en la bodega no arruina a nadie, y son muchas las oportunidades de servirlos: una reunión de amigos, el aperitivo, los quesos, los postres, platos de pescado o ave… Rolf Bichsel ha catado unos 80 vinos para esta guía. Los vinos classés se obtuvieron a través de la correspondiente asociación, y los demás directamente en la propiedad. Por desgracia, dos bodegas importantes dejaron pasar el plazo para remitirnos sus vinos: Doisy Daëne y Raymond Lafon.

Sauternes, crus classés 1995
Tras cuatro años más bien mediocres (aunque los vinos del 94 resultan bastante agradables en la actualidad), 1995 fue recibido con alivio en Sauternes: ¡por fin un gran año! En su estilo, los vinos del 95 pueden compararse sobre todo con los «vinos del calor» de las añadas 89/90. Cremosos, plenos, con una acidez más bien baja, muchos vinos de ese año ya resultan muy agradables en este momento.
Château d’Arche
14 Totalmente maduro para consumir: dulzor pegajoso, poca longitud y profundidad, final más bien corto. 2000 a 2004.
Château Lamothe
14 Dulce y redondo, con agradable nota amarga y densidad y longitud medias. 2000 a 2004.
Château Myrat
14 Dulce y pleno, final agradablemente amargo. 2002 a 2008. lll
Château Rayne-Vigneau
14,5 Para amantes del dulzor: nariz estridente muy marcada por la madera nueva; licoroso en boca, lo que proporciona una impresión pegajosa. 2000 a 2004. lll
Château Caillou
16 También en este año que tiende a la opulencia se muestra muy delicado, por lo que resulta un vino ideal para un encuentro de pareja; acacia, un soplo de menta y azahar; gran finura y elegancia en boca, fresco, gustoso y agradablemente estructurado; ya se disfruta mucho en esta fase frutal y viva. 2000 a 2010.
Château Sigalas-Rabaud
14,5 Nariz algo basta que no invita demasiado, con trementina y pan de especias; los mismos aromas en boca, con dulzor oleoso y alcohol perceptible. 2000 a 2004. lll
Château Suduiraut
14,5 Intensamente marcado por la madera, lo que le hace perder mucha de su tipicidad. En boca hay abundante dulzor pleno, con cierta aspereza condicionada por la madera. 2002 a 2010. lll
Château Filhot
15 Vino agradable y equilibrado, que hay que beber en esta etapa temprana: dulzor y acidez bien compensados, bonito final con notas de confitura de naranja. 2000 a 2004. lll
Château Coutet
15,5 Perfecto para acompañar pescados o aves: tal vez le falte algo de cuerpo y plenitud, pero a cambio tiene elegancia, casta y el agradable amargor del Barsac. Todavía puede madurar un poco más. 2002 a 2008. lll
Château La Tour Blanche
15,5 Aún debe madurar algo para que se pueda beber: nariz vigorosa y llamativa, componentes frutales, hierbas, licor de monjes, flores, acacia, también harina de arroz, seguidos por cítricos; los aromas están aún más desarrollados en boca y resultan incluso chillones, el vino casi queda aplastado por los aromas tan especiados y la plenitud oleosa. lll
Château Lafaurie-Peyraguey
15,5 Tal vez no posea toda la complejidad aromática que este Cru suele presentar, pero tiene notas francas y frutales de pasas y ciruelas amarillas, y mucho dulzor suave. 2000 a 2005. lll
Château Lamothe-Guignard
15,5 Ya puede disfrutarse; pasas y ciruelas amarillas en nariz, redondo y maduro en boca, final de orejones de albaricoque, con la casta suficiente. 2000 a 2004. ll
Château de Malle
16 Posee potencial, puede madurar; nariz fina y seductora, notas ahumadas, acacia; licor pleno y abundante en boca, redondo y opulento, con agradable nota amarga. 2002 a 2010. lll
Château Guiraud
16 Los amantes de los vinos potentes y opulentos lo elegirán para acompañar un postre de albaricoque; nariz vigorosa, chocolate blanco, cacao, menta; pleno y rico en boca, poderoso, acidez profunda, final con notas de naranja confitada. 2000 a 2010.
Château Nairac
16 Un clásico «vino para postres», totalmente comprometido con la opulencia y la plenitud; color dorado sorprendentemente maduro, como muchos vinos del 95; menta, canela, manzanas Golden maduras; pleno en boca, abundante licor. 2001 a 2008. lll
Château Doisy-Védrines
16,5 Un vino excelente que ya puede disfrutarse, por ejemplo para acompañar un trozo de queso duro: dulzor pleno en boca, mucha casta a pesar de la opulencia, y un final marcado por la fruta. 2001 a 2010. lll
Château Climens
17 Como un capullo justo antes de florecer, con notas de frutas exóticas y kiwi; concentrado y denso, aunque elegantemente vaporoso, dulzor marcado sin ningún peso; sencillamente magnífico también este año, fiel a sí mismo. 2000 a 2010. lll
Château Rieussec
17 El buqué nos indica que este vino no sólo posee una gran concentración, sino que también encierra grandes reservas; efectivamente, en boca es muy concentrado, pleno y dulce, aunque también de estructura asombrosa, con un refrescante final con notas de pomelo; debe madurar. Para los amantes del dulzor oleoso y concentrado. Acompaña muy bien a un queso duro, un trozo de Roquefort o una tarta de albaricoque. 2002 a 2020. lll
Château d‘Yquem
17 Color dorado en ligera maduración; aromas discretos, recatados pero muy finamente delineados, con notas frutales y de flores blancas; en boca posee una gran elegancia y finura, dulzor discreto, duración agradable y suave; ya resulta embriagador en este estadio. 2001 a 2010 y más.
Sauternes, crus classés 1996
El clima alternativamente cálido y lluvioso de agosto y septiembre y el periodo de buen tiempo a principios de octubre permitieron a los vinicultores de Sauternes y Barsac componer unos vinos a los que no falta botritis, y que si bien no poseen la concentración y plenitud o la intensa frutosidad de las añadas 90 ó 95, presentan a cambio una gran elegancia y finura. Un año para los amantes de vinos nobles equilibrados, recatadamente dulces.
Château Broustet
14 Opulento, dulzor algo pegajoso, maduro para beber. 2000 a 2005. lll
Château d’Arche
14,5 Para beber en este estadio; equilibrado y de densidad media, dulzor suave, agradable nota amarga. 2000 a 2006.
Château Filhot
14,5 Todavía debe madurar un poco más; buen licor, compacto y denso, aunque algo excesivamente amargo al final. 2003 a 2010. lll
Château Lamothe
15 Confirma sus buenas tendencias de la cata en primeur: más jugo y plenitud que el vino del 95, también más casta; tardará más en madurar. 2004 a 2010.
Château Myrat
15 Abundante licor pleno en boca, dulzor oleoso, agradable nota amarga. 2000 a 2008. lll
Château Rayne-Vigneau
15 Chocolate blanco y mucha madera nueva que aún resulta algo verde; con algo más de elegancia que el vino del 95, aunque igualmente comprometido con la concentración, el perfume de madera y el dulzor.
2003 a 2010. lll
Château Sigalas-Rabaud
15 Nariz recatada, botritis y pera, seguidos de nuevo por las notas de trementina y canela que ya nos llamaron la atención en el vino del 95; sin embargo, en boca es mucho más equilibrado, con casta, aunque el final es algo seco. 2002 a 2008. lll
Château Lamothe-Guignard
15,5 Equilibrio perfecto, opulencia no excesiva, aunque con estructura densa; un vino agradable que, cuando esté un poco más maduro, podrá tomarse como aperitivo o para acompañar una comida ligera. 2000 a 2004. ll
Château Caillou
16 Aunque más cerrado que su hermano del 95 –que podrá beberse un poco antes–, globalmente lo supera; es más pleno y denso aunque marcadamente elegante, con nota amarga presente y magnífico final de orejones de albaricoque. 2002 a 2020.
Château Coutet
16 Aromas prometedores de gran seducción, cítricos, menta, un toque de botritis; en boca no sólo es elegante, sino también denso y fresco, con agradable nota amarga al final. 2002 a 2020. lll
Château de Malle
16 En este estadio resulta más cerrado que su homólogo del 95, aunque probablemente dure más: pleno y abundante en boca, y al mismo tiempo elegante y fino, con una cierta aspereza. 2002 a 2015. lll
Château Nairac
16 Opulento y rico, pleno y largo, cuerpo jugoso, buen equilibrio entre dulzor y extracto; lo único que nos estorba en este estadio son las notas de menta y canela de la madera. Conviene dejar que madure un poco más. 2004 a 2020. lll
Château Doisy-Védrines
16,5 Probablemente mejore con la madurez; ya en estos momentos presenta una nariz prometedora, fina, pero apenas desarrollada; en este momento es menos opulento que el vino del 95, y también menos expresivo, pero, a cambio, más elegante, fino, complejo y denso. 2004 a 2020. lll
Château Guiraud
17 Nariz discreta pero ya agradable, a menta, acacia, piña, pera y pomelo; magnífico dulzor afrutado, gran densidad, cuerpo pleno, final prolongado. 2000 a 2030.
Château Lafaurie-Peyraguey
17 Ya es excelente en estos momentos –para acompañar melón o queso– pero posee un gran potencial de maduración: hermoso buqué, notas de botritis, cítricos, flores; delicado y fino, de elegancia seductora, dulzor equilibrado que resulta presente pero no pesado. 2004 a 2020. lll
Château Clos Haut-Peyraguey
17,5 Gracias a su carácter equilibrado ya resulta muy agradable, pero todavía puede madurar mucho; aromas frescos embriagadores, eucalipto, menta; gran finura en boca a pesar del imponente licor, final intenso y largo con agradable nota amarga; un vino estupendo. 2001 a 2020.
Château La Tour Blanche
17,5 Un vino excelente que todavía debe madurar algo. Tal vez no por su elegancia, pero por su densidad y frutosidad es sin duda uno de los mejores del año. Dulzor suavísimo, gran densidad, jugosidad y duración con casta, agradable nota amarga al final. 2004 a 2030. lll
Château Rieussec
17,5 En este estadio, en nariz recuerda a un excelente y purísimo aguardiente de pera, con abundante botritis juvenil aún fuertemente perceptible; en boca es aceitoso, jugoso, pleno, menos opulento que el del 95, con más casta y mayor complejidad aromática. Excelente, pero aún muy joven, por lo que es imprescindible dejar que madure. 2005 a 2030. lll
Château Climens
18 Un maravilloso elixir; nariz etérea, aún no concretada pero increíblemente compleja, con fruta, especias y mineralidad; cuerpo suave, pleno, muy denso, con tanta casta como jugo, gran duración, dulzor pleno y ligero. 2005 a 2030. lll
Sauternes, crus classés 1997
El clima tropical y húmedo del verano del 97 permitió una botritis perfecta, y el interminable veranillo de San Miguel logró una gran concentración. En el futuro, 1997 competirá con 1999 por el puesto de mejor añada de vinos dulces de la década del 90, y posiblemente supere a la mayoría de los vinos de la década anterior, incluso a los del 88 tan ricos en matices y a los elegantísimos del 86. En todo caso, el 83, con sus vinos extremadamente plenos en boca, sería el único año que podría rivalizar con el 97. Éstos durarán una eternidad.
Château Broustet
14 Cuerpo equilibrado con un toque de elegancia, aunque los aromas tienden hacia unas notas de canela algo extravagantes. 2000 a 2005. lll
Château d’Arche
14,5 Aromas de canela, menta, frambuesa y arroz; exactamente así olían los cucuruchos de golosinas de mi infancia; en boca tiene un dulzor más bien pegajoso, pero con cierta densidad. 2000 a 2008.
Château Lamothe
15 Dulzor pleno en boca, estructura compacta, buena duración; muy agradable y logrado. 2001 a 2012.
Château Myrat
15 Nos satisface ver cómo esta propiedad mejora de año en año. Muy marcado por notas de uvas frescas plenamente maduras, elegante, con densidad y duración medias. 2000 a 2008. lll
Château Sigalas-Rabaud
15 Aromas florales y especiados; dulzor acaramelado en boca, pero también frescura asombrosa, madera algo excesivamente presente en el final. 2002 a 2008. lll
Château Lamothe-Guignard
15,5 Un vino bien hecho y gustoso, especialmente apropiado para tomar con postres o quesos, dulce y pleno en boca, aterciopelado, de casta y longitud medias, con agradable nota amarga al final. 2001 a 2012. ll
Château Coutet
16 Dulzor delicado en boca, textura oleosa, plenitud buena pero no exagerada; bien hecho y gustoso. 2003 a 2020. 2003 bis 2020. lll
Château Rayne-Vigneau
16 Nariz aún muy marcada por la madera, pan de especias; pleno en boca, pero también muestra buena casta y estructura y densidad perceptibles, con gustosas notas finales de mermelada de albaricoque; puede disfrutarse joven en este estadio frutal o dejarlo madurar mucho tiempo. 2000 a 2020. lll
Château Suduiraut
16 Un vino fiable que puede madurar mucho: cuerpo pleno, estructura densa y compacta, posee finura a pesar de la concentración. 2002 a 2010. lll
Château Caillou
16,5 De las tres añadas que hemos catado, es la que más cuerpo tiene, pero el extracto no perjudica a la elegancia; nariz seductora que recuerda a uvas frescas sólo ligeramente pasificadas, también acacia, componente mineral, cítricos; dulzor pleno, estructura firme, final delicadamente amargo. 2002 a 2020.
Château Lafaurie-Peyraguey
17 Tal vez no conserve toda la complejidad que tanto nos gustó en primeur, pero si tiene mucha frutosidad y frescura en boca; resulta muy dulce, pero también muy elegante, con final muy afrutado y agradable con notas de mermelada de albaricoque. 2002 a 2020. lll
Château Clos Haut-Peyraguey
17 Ya puede disfrutarse en esta etapa afrutada, pero con algunos años de maduración no hará sino mejorar; aromas recatados pero muy francos, puros y florales, acacia; dulzor y riqueza oleosos pero también jugosos, con magníficas notas frutales al final, de piña fresca, ciruelas amarillas y limón y una agradable y discreta nota amarga. 2000 a 2020.
Château de Malle
17 Tengan paciencia para esperar a que madure. Cuerpo pleno y jugoso, frutosidad abundante y densa, pero también enorme frescura y casta; un vino excelente, con tanta riqueza como opulencia. 2007 a 2030. lll
Château Guiraud
17 Desde luego, no es un vino apto para dietas; es tan consecuentemente exótico y opulento que no hay más remedio que encontrarlo agradable. El golpe final después de una comida suculenta, para acompañar "crepes" u otros suicidios dulces; nariz vigorosa, con notas de madera, regaliz, canela, mentol, trementina, botritis, no demasiado fina pero muy intensa; pleno y oleoso en boca, dulzor melífluo, inmensa concentración pero también un frescor y amargor asombrosos, que casi resultan forzados pero son los que salvan al vino, final con notas de albaricoques en conserva y otros sabores dulces. 2005 a 2020.
Château La Tour Blanche
17 Probablemente sea el vino más dulce y opulento de toda la cata, aunque con un final de frutosidad notablemente fresca que salva a este seductor oleoso. 2015 a 2030. lll
Château Nairac
17 Se diferencia de los demás vinos ya por su color algo más maduro e intenso; después, la nariz es marcadamente especiada: pan de especias, canela, compota de ciruelas amarillas, también muchísima madera; increíblemente opulento, pleno, denso y largo en boca, oleoso hasta el límite como un Pedro Ximénez, con final ardiente como un oporto blanco. Exagerado, exaltado, pero precisamente por eso resulta simpático. Le habría gustado a Fellini. Se gana la nota no por su finura (que brilla por su ausencia en esta fase) sino por su dulzor aceitoso. 2003 a 2030. lll
Château Doisy-Védrines
18 Un vino magnífico, desbocado, con mucho carácter y elaborado para la eternidad: nariz compleja con notas de cedro, canela, toda clase de frutas exóticas, pomelo; increíblemente concentrado y denso en boca, no sólo es dulce y fogoso, sino que además presenta casta y densidad; duración infinita. 2005 a 2050. lll
Château Rieussec
19 Un vino que primero choca por su carácter reservado y sus aromas aún muy juveniles marcados por la botritis; después, en boca posee una plenitud casi indomable y un dulzor oleoso, con densidad infinita y duración interminable; el opuesto del elegante Climens: un bloque errático de licor. Aún debe madurar mucho para poderse beber, pero entonces será arrollador. Podemos envidiar a nuestros hijos e hijas una experiencia increíble. 2020 a 2050. lll
Château Climens
20 Un vino de ensueño, y uno de los mejores Sauternes que haya catado nunca: nariz exquisita, gran finura, aromas extremadamente seductores de flores y especias, muy ligero y vaporoso, máxima casta a pesar del viscoso licor, áspera nota amarga al final, duración interminable. 2020 a 2050. lll
otros VINOS DULCES de 1997
Como 1998 no sólo fue un gran año en Sauternes y Barsac, sino también en las otras zonas de vinos dulces, hemos invitado a esta cata a unas cuantas bodegas y vinos «non classés» de Cerons, Sainte-Croix-du-Mont y Loupiac. Es una lástima que algunas de estas bodegas hayan declinado nuestra invitación. Aunque aquí presentamos estos vinos por separado, fueron catados a ciegas junto con los vinos «classés».
Château La Rame
Sainte-Croix-du-Mont
15 Agradable, para el aperitivo; nariz reservada y mineral, prometedora y fina; también en boca es muy equilibrado, reservado y elegante. 2000 a 2008.
Château Bastor-Lamontagne
16 Vino muy agradable que quiere gustar y lo consigue. Nariz aún muy recatada; abundante jugo y vigor en boca, sorprendente frutosidad y densidad, final con notas marcadas de confitura de ciruelas amarillas y mermelada de naranja, salida de boca agradablemente amarga. 2001 a 2020. lll
Château du Mont
Sainte-Croix-du-Mont
14 De dulzor pleno, oleoso, casi indigesto, como un Pedro Ximénez, pero (aún) con poca finura. Deberá madurar mucho para poderse beber. 2010 a 2020.
Château Closiot
Sauternes/Barsac
14,5 Ahumado y muy marcado por la madera; compacto y oleosamente dulce; fiable. Puede madurar. 2007 a 2015.
Château du Cros
Loupiac
14,5 Puede beberse joven como aperitivo, pero también puede madurar; nariz especiada a pan de especias y membrillo, dulzor oleoso y consistencia media. 2001 a 2008.
Clos du Roy
Sauternes
14,5 Para tomar con queso, por ejemplo un Camembert; nariz especiada aún marcada por la evolución; dulzor pesado y oleoso y amargor bastante marcado pero no desagradable; interesante a pesar de lo rústico de los aromas, auténtico, debe madurar. 2005 a 2015. lll
Cru Barréjats
Sauternes
15 Color dorado intenso, maduro; después, sin embargo, la nariz es aún muy juvenil, con un soplo de botritis y trementina; dulzor pleno y oleoso, increíble concentración y densidad, fluye como miel por la lengua y el paladar, pero presenta una sorprendente casta al final; un vino fogoso, opulento pero temperamental, con mucho alcohol; es como una mezcla de Pedro Ximénez (miel) y oporto blanco (alcohol), pero también resulta original, testarudo y tan auténtico que no hay más remedio que quererlo. 2008 a 2030. lll
Château-Haut Bergeron
Sauternes/Barsac
16 Supera en opulencia a muchos "Crus classés", aunque le falte algo de casta; dulzor oleoso, intenso, pesado, máxima concentración, final sorprendentemetne persistente y largo a pesar del licor desbordante, pero ese dulzor sólo será soportable dentro de 20 años. Por eso conviene dejarlo madurar mucho tiempo. 2010 a 2030. lll
Château La Rame
Sainte-Croix-du-Mont
16 Habría obtenido una nota aún mejor si la madera fuera más recatada; dulzor jugoso y oleoso, duración con casta, final con notas de confitura de albaricoque y naranja y roble. 2002 a 2020. ll
Château Les Justices
Sauternes
17 Ejemplo de vino al que no le apetece gustar desde su juventud. Mucho alcohol, mucho licor, gran casta, increíble potencia, aromas muy reservados pero al mismo tiempo francos. En realidad no puede valorarse en ese estadio, y le concedemos la nota por su potencial, franqueza y carácter. Supera con distinción la «prueba del aire»: se afina perceptiblemente una vez abierta la botella y sigue sabiendo estupendamente después de varios días. 2010 a 2030. lll

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